Cultura general

Huehuetlatolli: origen, características y ejemplos


Los huehuetlatolli son los testimonios tradicionales que contienen todo el legado de cultura y conocimiento del pueblo nahua. Servían como instrumento de enseñanza para que los antiguos tlamatini -hombres sabios en náhuatl- transmitieran a niños, jóvenes y adultos la sabiduría de sus antepasados.

Se definen como textos cargados de retórica, algunos muy extensos, que mediante distintos recursos literarios eran utilizados por los antiguos mexicas para educar a sus hijos.

Hacen referencia principalmente a los principios y las normas aceptadas en el universo náhuatl, exponiendo cómo debe ser la vida de los humanos en la tierra y la relación con su entorno.

Índice del artículo

Origen

El nacimiento de los huehuetlatolli se remonta al establecimiento de la cultura prehispánica de Mesoamérica, mucho antes de la llegada de los españoles.

Esta cultura alcanzó grandes niveles de desarrollo tanto social como intelectual, siendo los huehuetlatolli su principal fuente de sabiduría y conocimiento. Unos textos aupados por la maravillosa escritura maya que en la época era una de las más avanzadas en el mundo.

En la época precolombina de México, existían dos escuelas principales que aplicaban sus enseñanzas: Calmecac (enseñanza superior en náhuatl) y Telpochcalli, que se traduce del náhuatl como ‘casa de jóvenes’.

La diferencia entre una y otra es que en la primera se educaban a los nobles, en especial aquellos de clase inferor. En la segunda se preparaba a los futuros combatientes para la guerra.

Lo que ambas tienen en común es que se aprendían los huehietlatolli de memoria, palabra por palabra, aunque con enfoques diferentes.

Pero pese a que son hoy manuscritos, sus orígenes se dieron a partir de las tradiciones orales de México central. Discursos que, aunque eran emitidos por los más experimentados y estudiados, eran transmitidos incluso por adultos jóvenes que ya los conocían a la perfección.

Fueron los primeros misioneros en llegar al Nuevo Mundo quienes comulgaban en gran medida con los ideales implícitos en los huehuetlatolli.

Así, es como en la actualidad aún se conservan estas joyas de la literatura indígena, que no dejan de ser objeto de estudio por la estética de la palabra tan sutil que las caracteriza y por todo el contexto que las rodea.

Características

Los huehuetlatolli cumplían la función de persuadir a los oyentes, con la finalidad de guiarlos por un camino específico de valores, conducta, comportamiento social y religión.

Tipos de huehuetlatolli

La palabra “testimonios” con las que podrían definirse más claramente, tiene muchas variables. Los investigadores concuerdan en que incluso pueden tomar otras formas como amonestaciones, salutaciones, exhortaciones, súplicas o charlas para consolar, según lo amerite la circunstancia. Si lo definiéramos por tipos o situaciones, podrían ser:

-Gobernantes dirigiéndose a su pueblo o a los dioses.

-Discursos para un recién nacido, por un matrimonio o por avances educativos.

-Sabios aconsejando a sus oyentes para que vayan siempre por el camino correcto.

-Padres aconsejando a sus hijos.

Sin embargo, existen muchas otras variaciones de huehuetlatolli, como algunos que se personifican en súplicas a los dioses por circunstancias de la naturaleza, como una lluvia muy fuerte o una tormenta; y favores por conceder a gobernantes o sacerdotes.

Valores, moral y ética

Los huehuetlatolli se caracterizan en cada palabra por ser exponentes y defensores de la humildad, la cortesía y la generosidad, entre otros valores tradicionales.

Hasta hoy siguen siendo representativos de una buena conducta y parte esencial del comportamiento humano más correcto, pero a la vez extremadamente conservador y ortodoxo.

El complemento indispensable del contenido de los huehuetlatolli, para que surgieran su efecto deseado, eran las habilidades discursivas de quienes tenían la tarea de difundirlos y enseñarlos.

Lo hacían con un carácter imponente, persiguiendo el objetivo de inculcar los valores y conocimientos necesarios para formar a futuros gobernantes y gestar las bases cívicas que sustentarían a las comunidades en un plazo corto, mediano y largo.

La moral, la ética y las buenas costumbres eran la parte más fundamental de los huehuetlatolli, cuya enseñanza partía desde la familia, el pilar más importante de la cultura de los nahuas, incluso antes de considerar la creación de las escuelas Calmecac y Telpochcalli.

Telpochcalli era también conocida como “la escuela de guerra”, donde los nahuas más jóvenes eran alistados y educados para el combate. Allí se entrenaban persiguiendo valores que partían de los huehuetlatolli: el guerrero correcto e ideal no era el más fuerte ni el más habilidoso, sino aquel que actuaba en función a su espíritu combatiente y a su servicio por el pueblo.

Calmecac, en cambio, destacaba a través de la palabra antigua que la grandeza se obtenía mediante la sabiduría y el conocimiento, al llevar una vida llena de virtudes y bondades.

De cualquier forma, la variedad en la direccionalidad de la educación no cambiaba su fin. Todos aprendían el buen lenguaje, los discursos apropiados, cómo contar los años, la interpretación de los sueños, de los astros y hasta cantos divinos.

Ejemplos de huehuetlatolli

Estos son algunos huehuetlatolli recopilados para dar una visión más aproximada de la retórica y los recursos literarios tan ricos que los caracterizan:

Gobernante después de su elección

¡Oh señor nuestro, humanísimo amparador y gobernador, invisible e impalpable!
Bien sé que me tenéis conocido, que soy un pobre hombre y de baja suerte, criado y nacido entre estiércol, hombre de poca razón y de bajo juicio, lleno de muchos defectos y faltas, ni me sé conocer ni considerar quién soy: habéisme hecho gran beneficio, gran merced y misericordia, sin merecerlo, ya que tomándome del estiércol me habéis puesto en la dignidad del trono real; quién soy yo, señor mío, y qué es mi valor.

Enseñanza de un padre a su hijo 

Mi collar, mi pluma preciosa; como se forja el metal precioso, (como) el jade se horada, en la misma forja has sido forjado, has sido horadado…

Ya sabes que el venado, cuando lo persiguen, va asustado, no sabe que va para caer en la trampa donde morirá. ¿Y tú, acaso eres venado para que no sepas a dónde vas? Porque te ha sido mostrado el camino que has de seguir, de tu arbitrio lo habrás consumado si lo pierdes…. Solo esto es ya lo que escuchas hijo mío.

Importancia de los antepasados 

Hijo mío, muchacho mío, escucha la palabra; coloca, dibuja en tu corazón
las breves sentencias que nos dejaron nuestros hacedores
los viejos y las viejas, los que contemplaron, gozaron
y cuidaron las cosas de la tierra.
Aquí está lo que nos dieron a guardar.

El hombre y la educación

Hijo mío, si haces esto, en verdad vivirás, con el favor de la gente. Así cumplo yo contigo, yo que te enseño y te educo. Porque nada se volverá engaño si tomas estas palabras, si las escuchas y las cumples, si las coges como las dejaron tus antepasados y las respetas como ellos.

Referencias 

  1. Sahagún, Bernardino de. El México antiguo (Selección y reordenación de la Historia general de las cosas de Nueva España de fray Bernardino de Sahagún y de los informantes indígenas). Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1981.
  2. Garibay K., Ángel María. Historia de la literatura náhuatl. México: Porrúa, 2000.
  3. León-Portilla, Miguel. El destino de la palabra. México: Fondo de Cultura Económica, 1996.
  4. Abbot, Paul, “The ancient word: rhetoric in Aztec culture”, 1987.
  5. Mónica Ruiz Bañuls, Los huehuetlatolli: modelos discursivos destinados a la enseñanza retórica en la tradición indígena, Castilla, Estudios de Literatura, 2004.