Lengua y literatura

Juan Valera: quién fue, biografía y obras


¿Quién fue Juan Valera?

Juan Valera (1824-1905) fue un escritor y diplomático español, una de las figuras intelectuales más representativas del siglo XIX. Fue novelista, ensayista, cuentista, poeta, cronista, dramaturgo, articulista y crítico, además de dejar una extensa colección de diarios de viajes y epístolas.

Recibió de España innumerables títulos, órdenes y condecoraciones, así como también en varios de los países que visitó. Fue también jurisprudente.

Su marcado ojo crítico y su habilidad como ensayista le ganó un puesto como miembro de la Real Academia Española, y en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

Biografía de Juan Valera

Nacimiento y familia

Juan Valera y Alcalá-Galiano nació el 18 de octubre de 1824 en Córdoba, en la localidad de Cabra. Su padre fue José Valera y Viaña, y su madre, Dolores Alcalá-Galiano y Pareja, marquesa de Paniega.

El matrimonio Valera Alcalá Galiano tuvo, además de a Juan, a otras dos hijas. Tuvo un medio hermano, hijo de la madre de un matrimonio anterior con Santiago Freuller, general suizo al servicio de España. 

Primeros estudios

A los 13 años, Valera estudió filosofía en el Seminario de Málaga. Estos estudios, que duraron 3 años, fueron de gran importancia en el joven autor. 

Leyó a Shakespeare, Voltaire, Byron, Victor Hugo, Zorrilla o E.T.A. Hoffmann, entre otros.

Primeras publicaciones

Sus primeros escritos fueron unos poemas que publicó en el periódico malagueño El Guadalhorce. También aprendió otros idiomas.

Tradujo algunos fragmentos del Manfred de Lord Byron, y compuso otros en imitación del estilo de Alphonse de Lamartine. Sus lecturas tuvieron un viraje importante: pasó de lecturas desordenadas a leer marcadamente los clásicos latinos.

Escasos años después, partió a Madrid a completar sus estudios de derecho. Fue así como en 1844 se graduó de bachiller en jurisprudencia y en 1846, obtuvo la licenciatura.

Vida literaria en Madrid

Tras la graduación, sin empleo, Valera comenzó a asistir a teatros y tertulias literarias en Madrid, aunque siempre “a escondidas”, o de incógnito, en un principio. Por su facilidad de palabra, amenizó muchas de esas reuniones.

Carrera diplomática en Nápoles y amoríos

En 1847, y gracias a amigos nobiliarios del padre, Juan Valera fue agregado en Nápoles ad honorem. A pesar de no tener respaldo por parte del Estado, el escritor asumió el cargo y se administró excepcionalmente bien mientras estuvo en la Legación de Nápoles.

En Nápoles tuvo varias aventuras amorosas, de las cuales quedó registro en sus cartas de viaje y diarios. 

Estos amoríos fueron de conocimiento popular porque se publicaron en sus epistolarios y diarios en España sin el permiso del autor.

Encuentro con don Serafín Estébanez y retorno a Madrid

En 1849 conoció a don Serafín Estébanez Calderón, quien fue una gran influencia en su vida. Estébanez fue un estudioso del árabe, la numismática y un bibliófilo empedernido. Este hombre moldeó y preparó la prosa y el verso en castellano de Juan.

Ese mismo año, Juan volvió a Madrid, aunque se sintió prontamente hastiado de la vida madrileña. Intentó ser diputado en Córdoba, cosa que terminó abandonando.

Transcurrieron algunos años donde Valera ni escribió ni leyó, ni tuvo trabajo nuevo. Durante un tiempo, solo se dedicó a asistir a cafés y tertulias.

Nombramiento en Lisboa y retorno a las letras

El 26 de agosto fue nombrado agregado de número de la Legación de Lisboa, con un sueldo fijo esta vez.

De ahí viajó a Río de Janeiro como secretario de Legación. Para ese entonces, publicó Genio y figura, una novela humorística con muchas anécdotas autobiográficas.

En 1853, regresó a Madrid y publicó diversos artículos en la prensa, así como en La revista española de ambos mundos, donde salió un artículo sobre el Romanticismo español que fue muy bien recibido.

En 1857 se estableció el gobierno liberal en España y Valera aceptó formar parte del cuerpo diplomático que se encargó de viajar a Dresde, Alemania, y luego a Rusia.

Ya para entonces, y con 33 años, Valera era reconocido y respetado en los más diversos círculos literarios nacionales y extranjeros.

Fama creciente

Fundó la Revista Peninsular, en la que publicó varios de sus poemas y algunos ensayos. Al mismo tiempo, colaboró en otras revistas, como El Semanario Pintoresco Español, La Discusión, El Museo Universal o La América, en donde publicó artículos literarios.

Otros nombramientos y constantes publicaciones

En 1858 fue electo diputado a Cortes por Archidona. Si bien ese fue un cargo totalmente político, nunca estuvo más alejado de la política que en ese entonces.

Se interesó en fundar el periódico La Malva. En 1860 colaboró con gran frecuencia en El Cócora, una revista satírica, y en diciembre de ese año se convirtió en redactor principal de El Contemporáneo.

En este último periódico publicó gran cantidad de artículos de fondo, otros sueltos, crónicas, gacetillas, sobre asuntos literarios, poesías y otros temas diversos, como críticas y obras de teatro.

En febrero del año siguiente publicó por entregas su novela Mariquita y Antonio.

Entrada a la Real Academia Española

El año siguiente, 1861, Valera publicó un ensayo titulado Sobre la libertad en el arte, con el cual fue admitido como miembro de la Real Academia Española. Simultáneamente, contrajo matrimonio con Dolores Delavat, en Francia.

Años más tarde explotó la revolución de 1868, de la que Valera fue un cronista minucioso. 

Madurez creativa

Entre 1867 y 1871, publicó en 3 tomos las traducciones del alemán al español de la Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia, del escritor alemán Schack.

Valera fue políglota: habló español, inglés, alemán, francés e italiano. Tuvo una memoria prodigiosa, además de una vasta cultura. Por estos motivos fue considerado uno de los hombres más cultos de su tiempo.

En 1872 Valera fue nombrado Director General de la Instrucción Pública, cargo que abandonó al poco tiempo y del que terminó en un retiro político de casi diez años.

La creatividad y Pepita Jiménez

Su labor creativa fue indetenible. Sus mejores textos vieron la luz en ese periodo. En ese tiempo escribió la que fue su mejor novela, Pepita Jiménez (1874).

Es una obra psicológica donde el autor abordó más plenamente sus ideales esteticistas (el arte por el arte). La novela narró el amor que surgió entre Pepita y el seminarista Luis Vargas.

La estructura de la novela es epistolar, y fue convertida en ópera por el compositor español Isaac Albéniz.

Inspiración incansable

En este periodo, Valera logró incluso escribir una novela por año, además de numerosos artículos y ensayos.

Cabe mencionar Las ilusiones del doctor Faustino (1874), novela crítica de gran contenido autobiográfico, y El comendador Mendoza (1876), en donde el autor plasmó la diferencia de edades de su matrimonio en los protagonistas (50 años él y 18 la mujer).

Este tono autobiográfico fue muy común en su obra, una diferencia similar entre edades de parejas lo hizo más adelante en Juanita la larga (1895).

Otra de sus novelas de su periodo de apogeo, aunque la menos lograda según opinión del propio autor, fue Pasarse de listo (1878).

En ese lapso conoció también a Marcelino Menéndez Pelayo, con quien intercambió una extensa correspondencia sobre temas de literatura y de creación personal de gran valor.

De vuelta a la diplomacia

En 1893 fue nombrado ministro de España en Lisboa, luego en Washington, Bruselas y Viena, aunque siguió escribiendo artículos, ensayos y poemas.

Para entonces la prensa se desvivió por publicarle, y los críticos más mordaces lo alabaron, nombrándolo incluso el “primer literato” de España desde el Siglo de Oro. Su alcance fue tal que sus Cartas americanas fueron publicadas en América.

Últimos años y muerte

A partir de 1895 se retiró de la vida diplomática y se fue a vivir a Cuesta de Santo Domingo. 

Aunque permaneció lúcido hasta el último de sus días, Valera se encontró muy mermado físicamente, y el 18 de abril de 1905, falleció.

Obras de Juan Valera

Sus novelas, si bien fueron realistas, trataron la vida de una forma idealizada. El principal postulado de Valera era que la finalidad del arte era procurar la belleza. La pena y los sufrimientos estuvieron matizados o incluso suprimidos de su obra.

Novelas

Entre sus novelas destacan: Pepita Jiménez (1874), considerada la mejor, Las ilusiones del doctor Faustino (1874), El comendador Mendoza (1876), Pasarse de listo (1878), Doña Luz (1879), Juanita la larga (1895), Genio y figura (1897), Morsamor (1899) y Elisa, la “malagueña” (inconclusa).

Además, dos novelas inconclusas: Cartas de un pretendiente (1850), y Mariquita y Antonio (1861).

Cuentos

Entre sus cuentos están: Cuentos y chascarrillos andaluces (1896), El pájaro verde, La buena fama, Garuda o la cigüeña blanca, La muñequita, El bermejino prehistórico, El espejo de Matsuyama, Cuentos y diálogos, todos sin fecha. 

Teatro

Entre sus piezas de teatro están: Asclepigenia (1878), Gopa, La venganza de Atahualpa, Estragos de amor y de celos, Lo mejor del tesoro, también sin fecha.

Ensayos

– De la naturaleza y del carácter de la novela (1860).

– Sobre el Quijote y sobre las diferentes maneras de comentarle y juzgarle (1861).

– Estudios críticos sobre literatura, política y costumbres de nuestros días (1864).

– Sobre el concepto que hoy se forma de España (1868).

– Disertaciones y juicios literarios (1878).

– Estudios críticos sobre filosofía y religión (1883-89).

– Apuntes sobre el nuevo arte de escribir novelas (1887).

– Nuevos estudios críticos (1888).

– Cartas americanas (1889).

– Nuevas cartas americanas (1890).

– Ventura de la Vega (1891).

– De lo castizo de nuestra cultura en el siglo XVIII y en el presente.

– Del chiste y la amenidad del estilo.

– La poesía lírica y épica en la España del siglo XIX.

– La poesía popular como ejemplo del punto en que deberían coincidir la idea vulgar y la idea académica sobre la lengua castellana.

– La libertad en el arte.

– Del influjo de la Inquisición y del fanatismo religioso en la decadencia de la literatura española.

– Del misticismo en la poesía española.

– La novela en España.

– Del romanticismo en España y de Espronceda.

– Crítica literaria (14 volúmenes).

– Consideraciones sobre el Quijote.

– De la doctrina del progreso.

– La enseñanza de la Filosofía en las Universidades.

– El racionalismo armónico (sobre el krausismo).

– De la filosofía española.

– Psicología del amor.

– Metafísica a la ligera.

– La metafísica y la poesía.

– Sobre los varios modos de entender la Historia.

– De la revolución en Italia, España y Portugal.

– La revolución y la libertad religiosa en España.

– Notas diplomáticas.

– Cartas desde Rusia.

Referencias

  1. Juan Valera. Recuperado de wikipedia.org
  2. Juan Valera. Recuperado de cervantesvirtual.com
  3. Juan Valera. Recuperado de elrinconcastellano.com