Animales

Foca monje del Caribe: características, hábitat, causas de la extinción


La foca monje del Caribe (Monachus tropicalis) fue una especie que perteneció a la familia Phocidae. Actualmente está considerada extinta, debido principalmente a la sobre explotación sufrida para obtener aceite a partir de la grasa de su cuerpo. Se encontraba distribuida principalmente en las aguas del mar Caribe y al este del Golfo de México.

Esta especie puede llegar a medir alrededor de 270 centímetros, aunque se cree que pudo haber individuos que alcanzasen longitudes de hasta 325 centímetros. Con relación a su coloración, dorsalmente era oscura, con tonos marrones o negros. Contrariamente, el vientre tenía un color blanco amarillento.

La foca monje del Caribe constituyó una de las tres especies de focas monjes existentes en el mundo. Sin embargo, la relación entre esta y la foca monje del Mediterráneo y la de Hawái no estaba bien definida.

En estudios recientes, los científicos clarificaron la evolución del Monachus tropicalis. Para esto analizaron muestras de ADN y compararon el cráneo de las tres especies. Los resultados arrojaron que la especie caribeña se encontraba más estrechamente relacionada con la foca monje hawaiana que con la especie mediterránea.

Además, los expertos señalan que la división entre las focas monjes de Hawái y la del Caribe ocurrió alrededor de 3 a 4 millones de años. En esa época, el istmo panameño cerró la conexión entre los océanos Pacífico y Atlántico, siendo un factor decisivo en la divergencia de ambos pinnípedos (mamíferos carnívoros).

Así, las profundas diferencias morfológicas y moleculares entre las especies de Nuevo Mundo y la mediterránea, dio origen a un nuevo género: Neomonachus. En este se encuentran incluidas la foca de Hawai y la foca monje del Caribe.

Características de la foca monje del Caribe

Cuerpo

El cuerpo de la foca monje del Caribe era relativamente grande, robusto y largo. Poseía una gruesa capa de grasa, en forma de capucha, que rodeaba el cuello. Las hembras contaban con dos pares de mamas.

En comparación con el tamaño del cuerpo, las aletas anteriores eran cortas y tenían uñas bien desarrolladas. Con relación a las aletas posteriores, estas eran delgadas, con uñas más simples.

Tamaño

En esta especie existió dimorfismo sexual, siendo la hembra de menor tamaño que el macho. En el caso de este último, su longitud podía ser entre 1,8 y 2,7 metros, aunque pudo llegar hasta los 3,25 metros de longitud. La masa corporal oscilaba de 250 a 300 kilogramos.

Cabeza

La cabeza tenía forma redondeada, destacándose un hocico extendido y amplio. En la cara, tenía dos grandes ojos, de color marrón-rojizo claro. Estos se encontraban separados ampliamente entre sí. En cuanto a las fosas nasales, su abertura se enfocaba hacia arriba. Carecía de orejas externas.

Coloración

La foca monje del Caribe tenía un pelaje rígido y corto. Con relación a su coloración, no existió diferencia entre el macho y la hembra. La región dorsal del cuerpo era oscura. Así, variaba de marrón a negro, con ligeros tonos grisáceos, debido a que el extremo de los pelos podía tener un tono más claro.

Por otra parte, sobre el pelaje crecían algas de diversas especies. Esto le añadía tonos verdosos a su aspecto general. En los lados del cuerpo, el color se torna más claro hasta llegar a la zona ventral, que era blanca o gris amarillento. En algunas especies, dicha zona exhibía ciertas manchas oscuras.

Con relación a la cara, el extremo terminal del hocico y las áreas alrededor del labio superior e inferior eran blanco amarillento. En cuanto a las vibrisas, generalmente eran lisas y blancas, aunque también podía tener unas oscuras, que eran cortas.

Existía una notable diferencia entre las tonalidades del adulto y las del joven. En el caso de los adultos solían ser más claros, mientras que en los juveniles tenía un dorso amarillento, en contraste con la zona ventral, que era ocre. En el extremo terminal del hocico, se destacaba un área central oscura.

Hábitat y distribución

Distribución

El Monachus tropicalis se distribuía principalmente en el mar Caribe y al noroeste de la de zona este del Golfo de México. Así, se localizaba en diversas islas, cayos y arrecifes, incluyendo las Bahamas, los Cayos de Florida y las Antillas Menores y Mayores.

También vivió en la Península de Yucatán y a el sureste, a todo lo largo de la zona costera de Centroamérica y de América del Sur, llegando hasta el este de Guyana. El registro más septentrional ocurrió en Georgia, al sureste de los Estados Unidos.

Entre los países donde encontraba la foca monje del Caribe están Bahamas, Antigua y Barbuda, Belice, Cuba, Costa Rica, Dominica, Guadalupe, República Dominicana, Haití y Puerto Rico. Además, se extendió en Estados Unidos (Georgia y Florida), Jamaica, México (Yucatán y Veracruz) y en las islas caribeñas de Honduras y Nicaragua.

En los Estados Unidos, dicha especie fue avistada por última vez en 1932, frente a la costa de Texas. Posteriormente, en 1952, los especialistas confirmaron la presencia de un pequeño grupo en Isla Serranilla, ubicada en el mar Caribe.

Hábitat

Esta especie vivía en las aguas templadas, tropicales y subtropicales, en regiones con costas arenosas o rocosas. Dicha preferencia se debe a que dichas zonas eran utilizadas por este mamífero marino como un sitio para refugiarse, descansar y para reproducirse.

Así mismo, habitaron playas de arena, islas y atolones. De manera ocasional pudieron visitar las aguas más profundas y las costas continentales.

Causas de la extinción

Las focas monje del Caribe fueron identificadas por primera vez en 1494, en el segundo viaje de Cristóbal Colón. Dichos animales fueron cazados para consumir su carne. Luego de la colonización europea, ocurrida entre 1700 y 1900, estos fócidos sufrieron una sobreexplotación, principalmente para obtener su grasa y piel.

Otras de las razones de su captura eran de tipo alimentario, para estudios científicos y para colecciones en zoológicos. Además, el sello fue altamente preciado por la industria pesquera.

Así, la grasa se procesaba, obteniendo aceite. Este era utilizado para lubricar y para cubrir el fondo de los botes. También, se empleaba para confeccionar prendas de vestir, bolsos, correas y forros para los baúles.

La alta demanda de los subproductos del Monachus tropicalis alentó a los cazadores a matarlas. La presión humana ocasionó que las poblaciones de este animal decayeran notablemente, lo que finalmente trajo como consecuencia la extinción de la especie.

Escasez de presas

El segundo factor que afectó la desaparición de la foca monje del caribe fue la sobrepesca de los arrecifes, uno de sus hábitats naturales. Esto provocó que, al no poder contar con peces y moluscos, el animal no pudo alimentarse.

Dicha situación se mantuvo por mucho tiempo, ocasionado una merma en el estado físico del pinnípedo, por lo que no pudo ni siquiera reproducirse. Como última consecuencia, se produjo la muerte del animal.

Acciones

La primera protección legal fue en 1945, cuando la especie fue incluida en la Ley de Vida Silvestre de Jamaica. Así mismo, desde 1973, el Monachus tropicalis estaba bajo la protección de la UICN.

De manera sorprendente, la gran mayoría de las acciones proteccionistas de esta especie fueron tomadas cuando probablemente ya estaba extinta.

Reproducción

La historia natural de la foca monje del Caribe es muy poco conocida. Esto es debido fundamentalmente a que cuando se extinguió existían pocos trabajos investigativos que aportaran mayores detalles sobre su desarrollo.

No obstante, los expertos señalan que pudo haber alcanzado la madurez sexual entre los 4 y 8 años, al igual que ocurre en otros pinnípedos. Así mismo, la época reproductiva tenía un amplio rango, propio de las especies de la familia a la cual pertenece.

Sin embargo, pudieron existir meses en los cuales la temporada de apareamiento alcanzaba un punto máximo. Así, los que habitaban en México, se reprodujeron en mayor proporción durante los primeros días del mes de diciembre.

Con relación a la gestación, la hembra desarrollaba una sola cría. Esta media alrededor de 1 metro de largo, pesando entre 16 y 18 kilogramos. En cuanto a pelaje, era largo y suave, de color negro brillante. Esta tonalidad se mantiene durante aproximadamente un año. Las vibrisas del joven eran oscuras.

Alimentación

Para alimentarse, la foca monje del Caribe pudo haberlo hecho en las lagunas y en los arrecifes de poca profundidad. Su dieta estaba conformada por diversas especies pelágicas, incluyendo anguilas, langostas, pulpos y peces.

En cuanto a la estrategia alimenticia, esta especie utilizaba la perforación, para lo cual capturaba a sus presas pequeñas empleando sus pequeños y afilados dientes. Así, tras una mordida penetrante, la foca puede tragar fácilmente al animal.

Dicho método alimenticio está respaldado por ciertas características mandibulares y craneales. Así, el Monachus tropicalis poseía un agujero infraorbital agrandado, una tribuna alargada y un engrosamiento del área dorso ventral del cráneo.

Además, tenía una apófisis coronoide mandibular delgada, mientras que la mandíbula era más gruesa dorsoventralmente.

Por otra parte, esta especie combinaba la nutrición por perforación con la succión. De esta manera capturaba, de manera oportunista, a sus presas.

Comportamiento

Los expertos señalan que la foca monje del Caribe tuvo patrones de alta actividad durante el anochecer y al amanecer. Así mismo la describen como una especie poco agresiva, que se desplazaba muy lento en tierra. Esta particularidad fue aprovechada por el hombre, puesto que facilitaba enormemente su captura.

Cuando se encontraba en las zonas de descanso, pudo haber formado grandes grupos, formados por entre 20 y 40 focas. Dichas agrupaciones estuvieron organizadas por edad y por la etapa de desarrollo en que se encontraba el animal.