Relaciones

Terapia de pareja: qué es y 6 ejercicios para practicar en casa


¿Qué es la terapia de pareja?

La terapia de pareja es un tipo de psicoterapia centrado en solucionar problemas existentes en una relación sentimental. Al trabajar con un terapeuta de pareja se tratan las formas de interactuar y los comportamientos individuales y en conjunto.

En este tipo de terapia hablan los dos miembros de la relación para comunicar sus sentimientos y problemas en un ambiente privado y controlado, en el que ambos se sienten seguros. Esto permite que los dos se entiendan mejor a ellos mismos y al otro.

Los ejercicios de terapia de pareja que explicaremos te ayudarán a tener una vida mucho más feliz y enriquecedora. Cuando tienes pareja es normal que haya discusiones, malentendidos, celos y otros problemas de convivencia.

Ejercicios de terapia de pareja para practicar en casa

1. Mira a tu pareja como si no le conocieras

¿Te sientes identificado/a con esta escena?

  • Alicia: He conocido a tu marido, me lo encontré el otro día, ¡qué simpático, no sabía que era tan divertido!
  • Ana: sí, sí, es muy divertido (con una sonrisa).

Sin embargo, lo que en realidad estás pensando es “cómo se nota que no vives con él. Si yo te contara…”.

Como explica Antonio Bolinches, experto en terapia de pareja, en la relación de pareja se va produciendo un fenómeno que él llama la matemática de los sentimientos.

La matemática de los sentimientos es que, durante los primeros años de la relación, ves en el otro toda una serie de virtudes que te cautivan: es muy divertido, muy trabajador, encantador…

No obstante, al cabo de varios años de estar juntos, tu pareja ya no es divertido, sino pesado, y ya no es trabajador, sino obseso del trabajo.

Siguiendo con el ejemplo inicial, el ejercicio propuesto para poner remedio a este fenómeno, es que trates de ponerte por un momento en los ojos de Alicia.

En un momento en el que veas a tu pareja despistada con algo, por ejemplo, andando por la calle hablando con alguien o en casa ocupado haciendo algo, haz el esfuerzo de observarlo como si lo vieras por primera vez.

Observa cómo se desenvuelve, su forma de interactuar con los demás, sus movimientos, sus gestos. Hazlo con una mirada ajena. ¿Hay algo que te cautiva? ¿Qué es lo que te gusta?

Piensa que en su momento te encantó, pero te ha quedado la imagen contaminada de las discusiones, los desencuentros y la rutina.

Ponerte en la piel de un desconocido puede hacer que veas aquellas cosas de tu pareja que el día a día ha ido escondiendo pero que todavía están allí. Simplemente las has perdido de vista.

2. Yo soy tú y tú eres yo

La base de la mayoría de los problemas de pareja y la base de la mayoría de las discusiones está en la falta de empatía hacia el otro.

Las discusiones pueden ser por muchos motivos: problemas de comunicación, dinero, sexo, tareas del hogar, educación de los hijos, etc. Sin embargo, todas tienen en común que si estáis discutiendo es porque sientes que tu pareja no te está entendiendo.

Aprender a ponerte en el lugar de tu pareja y entender sus sentimientos es la clave de una relación de pareja satisfactoria. El intercambio de roles suele ser efectivo.

Después de una discusión en la que no habéis llegado a ningún acuerdo, propónle a tu pareja lo siguiente:

Vamos a hacer que yo soy tú y tú eres yo. Vamos a volver a tener la discusión que hemos tenido pero cada uno hablará y argumentará desde el punto de vista del otro. A ver qué pasa.

Lo que termina pasando es que tendréis la perspectiva del otro, y cómo percibe la situación. Así se aprende a ponerse en el lugar de la otra persona y entender su punto. Con lo cual las discusiones serán cada vez más breves, menos frecuentes y más civilizadas.

3. Aprende a comunicarte

La comunicación es uno de los aspectos principales en la relación de pareja.

Evalúa cómo es la comunicación con tu pareja. A grandes rasgos podemos encontrar dos tipos de problemas comunicacionales:

Cantidad comunicacional

Puede ser que haya una falta de comunicación, es decir, que hayáis cogido la dinámica de no contaros mucho las cosas.

Por ejemplo, las cosas que os pasan en vuestro día a día, aspectos del trabajo, o bien aspectos que tienen que ver más con la pareja, como decirle las cosas que te gustan y que no te gustan de él/ella, o hablarle de tus sentimientos.

Es evidente que la falta de comunicación provoca un gran distanciamiento y a la larga un sentimiento de vacío. Además el déficit de comunicación provoca más déficit de comunicación. Ya que como menos cuentas, menos ganas tienes de contar. Y así sucesivamente.

Para resolver este asunto, un buen ejercicio es tener 30 minutos al día de comunicación a solas, sin que nadie os moleste. Estos 30 minutos al día están destinados a sentaros y hablar.

Puede ser de cualquier cosa: de cómo te ha ido en el trabajo, de lo que te gustaría hacer el fin de semana, de la noticia que has visto en el periódico o que te gustaría que tu pareja fuese más cariñosa.

Si poniendo en práctica este tiempo de comunicación al día observas que tenéis dificultad a la hora de comunicaros, es decir, en cuanto a la calidad, habría que añadir el ejercicio siguiente.

Calidad comunicacional

La calidad de la comunicación tiene que ver con respetar el turno de palabra, tratar de entender lo que tu pareja está diciendo, hablar con un tono adecuado, no usar las palabras como armas, etc.

Si crees que os comunicáis pero no lo hacéis de forma adecuada y tenéis dificultad a la hora de llegar a acuerdos a lo largo de una discusión, debéis aprender a comunicaros de una forma más efectiva y asertiva.

Paso 1:

  • Planea algo divertido para hacer a los 30 minutos de terminar el ejercicio.

Paso 2:

  • A habla durante 10 minutos (tiene el derecho de consumir todos los minutos).
  • B escucha de forma activa y en silencio (clarificando solo si es necesario). Aunque no esté de acuerdo en lo que A está diciendo deberá respetar sus 10 minutos sin intervenir.

Paso 3:

  • B habla durante 10 minutos (tiene el derecho de consumir todos los minutos).
  • A escucha de forma activa y en silencio (clarificando solo si es necesario). Aunque no esté de acuerdo en lo que B está diciendo, deberá respetar sus 10 minutos sin intervenir.

Paso 4:

  • A le devuelve durante 5 minutos los pensamientos, sentimientos y acciones que B ha expresado en una muestra de que lo ha entendido (sin valoraciones ni opiniones).
  • B le devuelve durante 5 minutos los pensamientos, sentimientos y acciones que A ha expresado en una muestra de que lo ha entendido (sin valoraciones ni opiniones).

Paso 5:

  • Id juntos a realizar la actividad que inicialmente habíais propuesto sin hablar del asunto, simplemente concentraros en disfrutar.

Se trata de un entrenamiento para aprender la habilidad de la comunicación. Al principio os resultará muy mecánico y artificial, pero a medida que lo vayáis haciendo veréis cómo se vuelve más espontáneo y natural.

4. Haz una lista de cosas divertidas

¿Cuáles son las 10 cosas que más os gusta hacer juntos? Este es un ejercicio muy útil y fácil para recuperar la ilusión con tu pareja.

Si crees que habéis entrado en la dinámica rutinaria ponle remedio cuanto antes. Afortunadamente es un problema de fácil solución. 

Simplemente realiza con tu pareja una lista de 10 cosas que os gustan, o bien que os gustaría hacer juntos. Una vez realizada la lista, asegúrate de tachar al menos un ítem de la lista al mes.

Podrás observar cómo rápidamente retomáis la ilusión de hacer cosas juntos y de dejar atrás la rutina en la que os encontrabais.

5. 15 minutos de ternura

Este ejercicio tiene como objetivo ayudarte a tener más acercamiento y contacto físico con tu pareja.

Consiste en sentarte cómodamente con tu pareja en el sofá o en dos sillas, uno frente al otro. Retirad cualquier complemento como gafas, pulseras, relojes, etc.

Comienza a acariciarle el pelo a tu pareja. Puedes masajear su cabeza con un tacto suave. Mientras lo hagas, cierra los ojos y concéntrate en sentir conscientemente el tacto de su pelo y de su cabeza. Hazlo durante 10 minutos.

Seguidamente pasa a acariciar su cara. Y como si lo tocaras por primera vez, explora suavemente con tus manos cómo es su frente, sus cejas, sus ojos, sus mejillas, sus orejas, su nariz, sus labios y su barbilla. Hazlo durante 5 minutos.

La persona que recibe las caricias debe concentrarse en cómo siente esas caricias.

Si en algún momento no le gusta cómo lo estás haciendo, ya sea porque lo haces demasiado fuerte o demasiado débil, es recomendable parar y que te lo comunique en positivo: “¿Puedes hacerlo un poco más suave?”, en vez de “Estás siendo muy brusco”.

Una vez finalizados los 15 minutos, hablad sobre lo que habéis sentido cada uno durante el ejercicio. Por ejemplo, “Tu pelo es muy suave”, “Me sentí mimado”, “Me gustó mucho cuando tocaste mis orejas”.

Ahora cambiad los papeles y repetid el ejercicio. No hace falta que sea ese mismo día. Podéis dejar pasar unos días pactando la próxima vez que lo vayáis a hacer.

6. Simplemente, abrázale

Este es otro ejercicio diseñado para acercarte a tu pareja y tener más momentos de contacto físico que te aporten mayor seguridad, cariño y ternura.

Funciona bien para parejas que se han ido distanciando físicamente y para aquellas parejas en las que, normalmente la mujer, siente que no quiere acceder a besar o tener contacto físico con su pareja porque percibe que eso le llevará a tener que mantener relaciones sexuales.

Una forma de solucionar este conflicto es abrazar frecuentemente sin pretensión sexual sino de cariño, calidez y ternura.

Abrazaros en la cocina, en el garaje, en el jardín, en el ascensor, donde sea. Simplemente siente cómo tu estrés se esfuma, nota la calidez del cuerpo, solo eso. Intenta mantener el abrazo unos minutos.

Este ejercicio tan sencillo tiene resultados asombrosos. Incluso puede derivar a renovar la pasión de la pareja.