Lengua y literatura

Aumentativo: características, tipos y ejemplos


El aumentativo es una terminación agregada a una palabra (afijo) para denotar incremento o exageración del volumen o de la calidad de un sujeto u objeto. Por lo general, los aumentativos son añadidos a los sustantivos mediante el empleo de sufijos que le confieren mayor importancia.

Estas modificaciones suelen tener un tono subjetivo. Es decir, la intensidad del aumentativo depende del sujeto que lo aplique y del contexto en el que se encuentre. Se puede apreciar entonces cómo palabras con afijos de grandeza como “bonachón” en ciertos lugares y circunstancias significa “buena persona” y en otros “ingenuo” o “confiado”.

Ejemplos de aumentativo son perrazo, hombrazo, amorzote, cochazo, altísimo, ricachón, mujeraza, librote, entre otros.

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Características del aumentativo

Género

Los aumentativos finalizados en “–ón” casi siempre son de género masculino, también cuando la palabra base es de origen femenino. La única excepción a esta regla es cuando los aumentativos son aplicados a una persona. Ejemplos:

– La taza > tazón.

– La mesa > mesón.

– La casa > caserón.

– La pizarra > pizarrón.

Carácter subjetivo

Los aumentativos en el español son empleados de una forma muy liberal. De hecho, hoy en día el uso correcto de los aumentativos es una cuestión muy subjetiva. Si bien sus mejores usos son vinculados al incremento de una cualidad (positiva), en muchos sitios de habla hispana el empleo de aumentativos se convierte en una cuestión confusa.

Incluso, no son extraños los aumentativos utilizados para acentuar intenciones vulgares o burlescas, así como sentimientos de desagrado, ridículo o fealdad. Y todo esto está sujeto a su vez a apreciaciones de carácter individual, grupal y contextual. De allí que este recurso no sea tan fácil de organizar para los estudiosos en la materia.

El contexto determina la intención del sufijo aumentativo

Gran parte de la complejidad del idioma castellano proviene de la variedad de significados que pueden obtenerse de un mismo término colocada en contextos diferentes. Es más, una oración completa —copiada de forma idéntica— puede tener intenciones radicalmente opuestas nada más al cambiar la entonación.

Por ejemplo: la palabra «grandote» se usa en deportes como el baloncesto o el fútbol para describir a una persona de gran estatura y condiciones físicas impresionantes. En cambio, su doble-sentido apunta hacia un tipo torpe, lento y —en un tono bastante despectivo— bobo.

Formación

En comparación con los diminutivos, los aumentativos se observan en menor proporción dentro de la lengua castellana. Sin embargo, las reglas para su formación son más simples. En algunas ocasiones los aumentativos derivan de palabras compuestas, con significados ligeramente diferentes causados por cambios u omisión de una o dos letras.

Por ejemplo, la palabra «gordinflón» puede definir a una persona gorda, “muy inflada”. Mientras que «gordiflón» es asociado a alguien gordo, “de carnes flojas”. Del mismo modo ocurre con «corpachón», en referencia a un cuerpo de dimensiones enormes y «corpanchón», específico de un cuerpo muy ancho.

Tipos de aumentativo y ejemplos

Los aumentativos pueden ser agrupados de acuerdo con su terminación de la siguiente manera:

“-azo” o “-aza”

Puede ser utilizado para denotar tosquedad, rudeza, terquedad o persistencia.

Ejemplos:

– Buenazo (de bueno o condescendiente).

– Pelotaza (de pelota).

Pero, esas mismas terminaciones pueden referirse también a un golpe fuerte o sorpresivo. Por ejemplo:

– Pelotazo (golpe con una pelota).

– Balonazo (impacto con un balón).

– Mazazo, puñetazo, porrazo…

“-ón” u “-ona”

Acentúan la cualidad o el calificativo de un sustantivo.

Ejemplos:

– Gritón (persona que grita mucho).

– Pobretón (de pobre).

– Pedrejón (piedra grande).

– Casona (casa grande, amplia).

No solamente son terminaciones utilizadas en formas de realce positivo. Obviamente, se convierten en aumentativos burlescos en los siguientes ejemplos:

– Bobalicón (de bobo).

– Tontón (de tonto).

Asimismo, las terminaciones “-ón” y “-ona” pueden ser usadas como significado de un movimiento brusco. Por ejemplo:

– Ventarrón (viento muy fuerte).

– Jalón (de jalar).

– Sofocón (de sofocar).

Por otra parte, los aumentativos terminados en “-ón” pueden, en ocasiones, cambiar el sexo de los objetos. Por ejemplo:

– La cigarra > El cigarrón (en referencia al macho de la especie, de mayor talla).

– La muralla > El murallón.

– LA pared > EL paredón.

“-ote” u “-ota”

Generalmente, se trata de sufijos empleados para indicar un tamaño de persona, animal o cosa extraordinariamente voluminoso o poco usual por sus grandes dimensiones. No obstante, existe una excepción: en el caso de la palabra «isla», cuando se le agrega la terminación “-ote”, quiere decir una isla pequeña y deshabitada, un «islote».

Ejemplos:

A continuación, se mencionan algunos de los ejemplos más comunes de aumentativos terminados en “-ote”, “-ota”:

– Gatote (de gato).

– Gafote (de gafo, descalificativo).

– Gordote (persona muy gorda, es un despectivo que reafirma una expresión de fealdad).

– Hombrote (hombre de grandes proporciones).

– Cubote (de cubo).

“-ísimo” o “ísima”

Comúnmente son aumentativos asociados a adjetivos calificativos convertidos en términos superlativos.

Ejemplos:

– Pobrísimo (extremadamente pobre).

– Grandísimo (extremadamente grande).

– Dulcísima (mujer de carácter considerablemente dulce, o comida con un sabor mucho más dulce de lo común o esperado).

– Bellísimo(a) (muy bello o bella).

Formas menos comunes de aumentativos

Se trata de los aumentativos terminados en “-achón”, “-achona”, “-ucho”, “-acho”, “-tón” y “-tona”. De igual forma, en muchos libros de lenguaje aparecen como “formas irregulares de aumentativos”.

Ejemplos:

– Ricachón (persona con una vasta cantidad de dinero).

– Bonachón (niño, muchacho u hombre, desinteresado, confiado, ingenuo).

– Hombrachón (de hombre, puede ser usado en doble sentido, en consecuencia, su significado va asociado directamente con el contexto).

– Vivaracho (de vivo o vivaz, más vinculado con la picardía o astucia de una persona que con su vitalidad física).

– Flacucho (niño, muchacho u hombre muy delgado, usualmente empleado como despectivo).

– Larguirucho (niño, muchacho u hombre bastante alto y delgado, también es un despectivo).

Otras formas irregulares de aumentativos

– Atracón (ingesta excesiva de alimentos).

– Filetanco (insulto, palabra ofensiva).

– Hombretón (de hombre, dependiendo del contexto puede significar un hombre valioso o un hombre falso).

– Serpentón (de serpiente).

– Huesarrón (de hueso).

– Pañolón (de pañuelo).

Referencias

  1. Martínez, J. (2016). Usos y funciones de los sufijos apreciativos en el habla coloquial de jóvenes universitarios de Caracas. Venezuela: Lengua y Habla, vol. 20. Universidad de Los Andes. Recuperado de: redalyc.org.
  2. (2020). España: Wikilengua del español. Recuperado de: wikilengua.org.
  3. Aumentativos en el español. (2020). España: Wikipedia. Recuperado de: es.wikipedia.org.
  4. Aumentativos, diminutivos, despectivos y superlativos. (2019). España: Real Academia Española. Recuperado de: rae.es.
  5. Los aumentativos en español. (S. f.). Práctica Español (N/A). Recuperado de: practicaespanol.com.