Ishtar: etimología, origen, atributos, distintas culturas
Ishtar fue una diosa de Mesopotamia relacionada con la fertilidad, el amor y la guerra. Habría que reseñar que Ishtar, Astarté e Inanna son la misma diosa, solo que en momentos diferentes de la historia.
El culto hacia Ishtar fue especialmente fuerte en Babilonia, ya que fue un imperio que duró desde 1792 hasta el 539 a C. Su importancia ha quedado reflejada en distintos restos arqueológicos, desde pinturas o esculturas o incluso edificaciones.
![Fuente: Aiwok [CC BY-SA 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], vía Wikimedia Commons](/academia/assets/jpg/B372BADDEFBC5659929ECCC29F5B7C96.jpg)
A Ishtar se le asoció con el rito de la prostitución sagrada. Algunos historiadores incluso han llegado a asegurar que la prostitución comenzó en los templos de Ishtar ya que estimuló la realización de trabajos de índole sexual.
Su relación con el amor y la guerra la convirtió en una diosa contradictoria. Su humor sufría cambios radicales, y era capaz de pasar rápidamente del amor al odio. Sus celos la llevaban a actuar en venganza, siempre con graves consecuencias para sus enemigos.
Las mujeres le rindieron más pleitesía que los hombres de la época. Y también fue considerada como una de las tres diosas más importantes durante la Edad de Bronce, junto con Isis y Cibeles.
Índice del artículo
- 1 Etimología
- 2 Origen de la diosa
- 3 Culto
- 4 Atributos
- 5 Ishtar en distintas culturas/civilizaciones
- 6 Referencias
El nombre Ishtar tiene su origen en las lenguas acadias que eran utilizadas en la antigua Mesopotamia. También fue conocida como Astarté o Inanna, cuyos nombres se originaron en el Oriente Medio. Astarté nació por los semitas, mientras que Inanna fue una diosa nombrada de esa forma por los pueblos de Sumeria.
Existieron algunas inscripciones en las que se hizo referencia a la diosa como madre Ishtar.
Los orígenes de Ishtar son complicados de establecer por la dicotomía que representó, ya que al ser la diosa del amor y la guerra llegó a representar dos características muy distintas. Se ha desarrollado con el paso del tiempo dos ideas sobre su origen.
Para empezar se habló que Ishtar, primero Inanna, nació por la unión de varias diosas diferentes que no tenían ninguna relación entre sí. Otra hipótesis se refirió a Ishtar como una deidad de los pueblos semitas a quien se le asignaron todos los papeles que no tenían dueño cuando formó parte del panteón de los sumerios.
Se asoció a Ishtar con la antigua ciudad de Uruk, parte de Mesopotamia, que actualmente se encuentra en Irak. Su presencia se puede remontar a los años 4000 o 3100 a. C.
La importancia de Ishtar creció durante el gobierno de Sargón I de Acad, creador del Imperio acadio. Uno de los mitos sobre Ishtar aseguraba que la diosa emergió ante Sargón junto con un gran grupo de aves
Aunque fue considerada como la diosa de la prostitución, no hay evidencias de que ocurrieran actos sexuales en el altar de los templos de Ishtar. Una de las tradiciones alrededor de Ishtar habló de que las mujeres debían ir al templo de la diosa, aunque sea en una ocasión, con el fin de tener relaciones con un hombre que le arrojara monedas.
Se le escribieron canciones en las que celebraban o lamentaban el amor. Algunas letras se conocen, pues se hallaron tablas con inscripciones en los restos de los templos. No se han identificado a los autores de estos himnos, aunque la poetisa Enheduanna (2285–2250 a. C.) llegó a crear varias canciones para la diosa.
Una de las ofrendas que se le hizo a Ishtar fueron unas tortas conocidas con el nombre de kamanu tumri, o torta pura en español. Era un pastel sin levadura y fino se cocía en las cenizas.
Las ofrendas a la diosa eran en múltiples formas. Se llegaron a sacrificar animales en su nombre, aunque también ardieron figuras de diferentes materiales como madera o cera. Las peticiones que se le realizaron tenían como objetivo poder lograr el amor de alguien o en el caso de los hombre evitar la impotencia.
El culto a Ishtar empezó a perder fuerza en el siglo III d. C., cuando los pueblos que habitaron Mesopotamia se fueron inclinando hacia el cristianismo.
Una muestra sobre la profunda importancia de Ishtar fue la creación, a principios del siglo VI a. C., de una puerta que daba acceso a la ciudad de Babilonia. Fue construida por orden de Nabucodonosor II, existiendo otras siete similares en honor a otras figuras.
Una vez traspasada la puerta de Ishtar se entraba al camino procesional, donde se podían conseguir imágenes de leones, toros y dragones.
El arqueólogo Robert Koldewey fue quien halló los restos de la puerta de Ishtar, de la cual logró desenterrar más de 13 metros. Actualmente la puerta fue reconstruida y es uno de los reclamos turísticos más importantes en el Museo de Pérgamo, en Alemania.
La representación de Ishtar se hizo como una estrella de ocho puntas. Esta estrella ha sido llamada de diferentes formas a la largo de la historia (tartésica, de Salomón, rosa de los vientos). Actualmente es considerada más bien un emblema esotérico.
Existieron mujeres que estuvieron encargadas de cuidar los templos de Ishtar y entregarle las ofrendas a la diosa. Estas sacerdotisas fueron conocidas como las mujeres de los placeres.
La figura de Ishtar siempre es representada como un persona joven y delgada. En los mitos, las referencias a Ishtar siempre son sobre una diosa con características o cuerpo humano, aunque también se usó la estrella de ocho puntas para referirse a la diosa. Se habló de ella como una deidad caprichosa. Tenía barba, una característica propia de los hombres.
En las leyendas se hicieron muchas referencias a su virginidad, condición que siempre mantuvo aunque no precisamente por la ausencia de sexo. Ishtar amanecía siempre virgen gracias a las aguas sagradas en las que se bañó habitualmente.
Por ser diosa de la guerra se le consideró como sanguinaria y categórica en su manera de actuar. Se le culpó por la maldad de algunos de los reyes presentes en Mesopotamia.
Las imágenes que existen de Ishtar son las de una mujer desnuda, que se encuentra parada. Existe una imagen en relieve de la diosa que data de los años 1800 al 1750 a. C. En el relieve, que se encuentra en un museo en Inglaterra desde 2003, hay diferentes animales que completan la imagen de la deidad.
Este animal representó la sabiduría. En el caso de Ishtar se podían ver características de búho en sus pies en forma de garras. Algunos historiadores aseguraron que los búhos eran una forma de representar la dualidad de la deidad.
Simbolizó el poder de la diosa, que estaba parada sobre el lomo de este animal. Fue uno de los símbolos más importantes de Babilonia.
Ishtar también fue representada con alas en su espalda. Esta característica no se refirió a que tuviese capacidad para volar, sino que era alguien ágil. Las alas siempre estuvieron extendidas lo que representó que dominó las cosas a su alrededor.
En cada mano Ishtar sostiene un objeto. No hay un acuerdo aún sobre qué era cada cosa aunque en algunos escritos se denominan como varilla y línea. La imagen se ha repetido a lo largo de la historia en otros jeroglíficos. La diosa no está agarrando estos objetos, ya que sus manos siempre están abiertas.
Ishtar llegó a afirmar “yo soy una mujer, yo soy un hombre”. Desde ese momento se habla de la diosa como un ser andrógino o parte del tercer género.
Finalmente, llegó a tener varios roles entre ambos sexos. Hay poemas en los que la deidad es representada como una joven mujer, como esposa o incluso como prostituta. Mientras que en otros escritos tuvo algunos actos que eran considerados más propios de un hombre.
La dicotomía entre ser la diosa del amor y al mismo tiempo de la guerra hizo que las referencias al carácter fueran para catalogarla como bipolar. Algunos estudiosos acertaron a decir que una característica era la contraparte de otra, el lado masculino y el lado femenino. De esta forma a Ishtar se le catalogó como hermafrodita, andrógina o bisexual.
La influencia de Ishtar fue muy grande y se ha podido observar en otras culturas además de la babilónica. Por ejemplo, se han encontrado evidencias de que el culto a Ishtar se practicó en Ebla y con el paso del tiempo se fue trasladando a otros territorios como Chipre. En esta zona se le conoció más como Astarté. También la adoraron los sumerios o los acadios.
Más adelante llegó a Grecia gracias a los colonizadores de ese país que habían estado en Chipre. Así fue como nació otra diosa, quizás una de las más conocidas a nivel mundial como es el caso de Afrodita.
Se cree que las diosas Ainina y Danina y Durga, presentes en otras culturas, pudieron estar asociadas con Ishtar también.
Se ha llegado a afirmar que la Pascua, celebración propia de judíos o cristianos, empezó con Ishtar para celebrar la resurrección de su único amor, el dios Tammuz.
- Library of Alexandria. (1915). Descent of the Goddess Ishtar Into the Lower World.
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