Amenaza de reconquista y necesidad de reconocimiento internacional
Al hablar de la amenaza de reconquista y la necesidad de reconocimiento internacional nos referimos a los intentos del ejército español por recuperar los territorios mexicanos durante el mandato del rey Fernando VII.
Estos enfrentamientos bélicos se desarrollaron hasta 1829. Sin embargo, España no reconoció a México como república libre hasta el 28 de diciembre de 1836, cuando se firmó un tratado de paz entre las naciones.
La independencia de México comenzó el 27 de septiembre de 1821; no obstante, los territorios de esta nación no se encontraban protegidos de posibles reconquistas españolas. Por ejemplo, los terrenos de San Juan de Ulúa todavía estaban bajo el mando de la Península Ibérica.
Por esta razón el primer ministro de guerra, Antonio de Medina Miranda, decidió tomar el castillo de San Juan de Ulúa, ya que temía algún acto de invasión por parte de la Corona. Además, en aquel entonces México tenía notorias debilidades en el poder naval, por lo que debía actuar antes de que los españoles debilitaran sus defensas con mayor rigor.
Índice del artículo
- 1 Enfrentamientos bélicos por el territorio de San Juan de Ulúa
- 2 Llegada de Antonio López de Santa Anna y la colocación de Francisco Lemaur
- 3 Intento de reconquista en 1829
- 4 Necesidad de reconocimiento internacional
- 5 Referencias
Enfrentamientos bélicos por el territorio de San Juan de Ulúa
En San Juan de Ulúa se encontraba José García Dávila, un español que había sido designado como gobernador de Veracruz.
Dávila se había propuesto defender la fortaleza con doscientos soldados de artillería, infantería y municiones, contando con la ayuda de Antonio López de Santa Anna. Esta cantidad animó a los mexicanos, puesto que se trataba de una defensa reducida.
Sin embargo, España decidió enviar desde Cuba a 2.000 soldados, no solo para que protegieran la fortificación de San Juan de Ulúa, sino para que también intentaran penetrar los territorios que ya se consideraban legalmente mexicanos.
Debido a las contundentes fuerzas españolas, el emperador Agustín de Iturbide decidió negociar con los españoles, ya que los mexicanos no contaban con los navíos necesarios para enfrentarse a los 2.000 soldados venidos desde Cuba.
Dichas negociaciones no lograron ningún acuerdo entre las partes; no obstante, establecieron un período de paz entre ambas naciones.
Llegada de Antonio López de Santa Anna y la colocación de Francisco Lemaur
Con la llegada de Santa Anna a la ciudad de Veracruz en 1822, las negociaciones entre las autoridades mexicanas y las españolas comenzaron a quebrarse, especialmente cuando la Corona decidió destituir a Dávila para colocar a Francisco Lemaur, cuyas inclinaciones políticas y militares eran mucho más radicales que las de su predecesor.
Lemaur convirtió la fortaleza en un lugar seguro para la recogida de comerciantes extranjeros. También implementó leyes que atentaban contra la soberanía mexicana. Además, este militar consideraba que todos los puntos adyacentes a la fortaleza deberían ser de dominio español, como ocurría en los casos del Fondeadero y Sacrificios.
En 1823 las negociaciones llegaron a su fin cuando los españoles decidieron bombardear el puerto de Veracruz, ocasionando que más de seis mil civiles tuvieran que desplazarse para escapar del lugar.
Después de este bombardeo, el gobierno de México decidió acabar de una vez por todas con los intentos de reconquista españoles, aunque este no contaba con un ejército naval adecuado para cumplir el objetivo.
El plan de José Joaquín de Herrera
José Joaquín de Herrera, secretario de Guerra y Marina, decidió acudir al Congreso mexicano con la finalidad de exigir a las autoridades que adquirieran todo tipo de embarcaciones bélicas, para de esta forma frenar la entrada de los españoles y atacar a sus tropas.
En otras palabras, Herrera proponía bloquear los refuerzos que recibía España desde los territorios cubanos.
Gracias a esto, las autoridades mexicanas compraron una escuadra que estuvo al mando de Pedro Sainz de Baranda y Borreiro, quien logró recuperar los territorios de San Juan de Ulúa el 23 de noviembre de 1825.
Intento de reconquista en 1829
En 1829 España intentó reconquistar nuevamente los territorios mexicanos desde Cuba, por lo que se designó a Isidro Barradas para contener al ejército de la Corona. No obstante, los españoles exiliados deseaban convencer a Barradas de que los ciudadanos mexicanos querían volver al yugo español.
Después de lidiar con la marea y con soldados rebeldes, los mexicanos finalmente pudieron tomar el Fortín de la Barra, con lo que culminó el enfrentamiento entre mexicanos y españoles.
Por su parte, Barradas consiguió la capitulación en Pueblo Viejo y reafirmó la capitulación en Tampico. Gracias a esta victoria las autoridades mexicanas lograron consolidar la Independencia.
Necesidad de reconocimiento internacional
Después de la Independencia de México en 1821, uno de los principales problemas a los que tuvo que enfrentarse la nueva nación latinoamericana fue obtener reconocimiento internacional.
El reconocimiento más necesario era el de España; sin embargo, como se mencionó en párrafos anteriores, la Península Ibérica se mantuvo reacia a asumir la pérdida de otro territorio de las Indias.
Participación de Gran Bretaña y primeros países en reconocer a México como territorio independiente
Es necesario tener en cuenta que la independencia mexicana, junto con la necesidad de su reconocimiento como nación, se desarrolló en un contexto internacional en el que los viajes y las rutas marítimas eran de total importancia. Por esta razón, países como Gran Bretaña desempeñaron un papel muy relevante.
La participación de Gran Bretaña fue decisiva dentro del conflicto hispano-mexicano, ya que la independencia de México significaba que Gran Bretaña podría conservar la libertad de tráfico de los viajes marítimos, con la que se había desenvuelto en las últimas décadas.
En otras palabras, el Imperio británico necesitaba asegurar la importación de materias primas, por lo que encontraba conveniente establecer una red de mercados que se extendiera más allá de Europa. Debido a esto, Gran Bretaña fue una de las primeras naciones en aceptar a México como un país libre.
Así mismo, varios países latinoamericanos también aceptaron casi de inmediato la independencia de México, junto con los Estados Unidos (con quien México se enfrentó posteriormente con la finalidad de recuperar el territorio de Texas).
Últimos países en reconocer a México
Los últimos países en reconocer a México como una nación independiente fueron el Vaticano y Francia, que finalmente cedieron entre 1830 y 1836. Para poder conseguir la aprobación de los franceses, las autoridades mexicanas tuvieron que llevar a cabo varias negociaciones.
Por otro lado, el Vaticano rehusaba a admitir la independencia de México debido a sus estrechas relaciones con España. No obstante, a mediados del siglo XIX ambos países cedieron y firmaron acuerdos de paz y de comercio con la nación mexicana.
Referencias
- Landavazo, M. (2018) La reconquista, el príncipe y la isla: Gran Bretaña y el reconocimiento español de la independencia de México. Recuperado el 5 de junio de 2019 de UNAM: historicas.unam.mx
- Piñeirua, L. (s.f.) Los conflictos internacionales y el despojo territorial: amenaza de reconquista. Recuperado el 5 de junio de 2019 de Red Magisterial: redmagisterial.com
- A. (2015) Historia II de México: conflictos internacionales y despojo territorial. Recuperado el 5 de junio de 2019 de Historia Mexicana: historiamexicana04.blogspot.com
- A. (s.f.) Intentos españoles de reconquista de México. Recuperado el 5 de junio de 2019 de Wikipedia: es.wikipedia.org
- A. (s.f.) Relaciones internacionales de México entre 1821 y 1855. Recuperado el 5 de junio de 2019 de Wikiwand: wikiwand.com