Medicina

Adenomegalia: tipos, síntomas, causas, tratamientos


La adenomegalia es el crecimiento de los ganglios linfáticos en una o varias regiones del organismo; dicho crecimiento es consecuencia de la reacción de los ganglios linfáticos (los cuales forman parte del sistema inmune) ante algún proceso patológico benigno o maligno.

La respuesta natural del organismo ante alguna noxa es la expansión clonal de linfocitos T y B a fin de responder a la agresión. Dado que parte de este proceso ocurre en los ganglios linfáticos, cuando hay alguna condición inflamatoria, infecciosa o neoplásica los ganglios linfáticos de la zona aumentan de tamaño.

Desde el punto de vista clínico las adenomegalias se identifican por la palpación de los ganglios en las cadenas linfáticas regionales. El espectro de los hallazgos clínicos va desde la palpación de ganglios aumentados de tamaño sin ningún otro síntoma asociado, hasta ganglios dolorosos, con enrojecimiento de la piel suprayacente e incluso fiebre.

Dependiendo de la edad y condiciones clínicas del paciente, tanto la causa como las características de las adenomegalias pueden variar. Debido a ello la evaluación clínica y de laboratorio resultan indispensables para poder llegar a un diagnóstico preciso y así poder instaurar un tratamiento adecuado. En algunos casos incluso es necesario realizar una biopsia de ganglio linfático para poder alcanzar un diagnóstico definitivo.

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Tipos 

Existen diversos tipos de clasificación para las adenomegalias dependiendo de sus características clínicas y tiempo de evolución; dichos sistemas no son excluyentes, por el contrario se complementan entre sí ayudando a establecer un diagnóstico etiológico  con precisión.

Así pues, según el tiempo de evolución las adenomegalias se clasifican en agudas y crónicas; por su parte cuando se clasifican de acuerdo a su causa las adenomegalias pueden ser de origen benigno o maligno.

Adenomegalias agudas

Se considera que una adenomegalia, o síndrome adenomegálico como suele llamarse en medicina, es aguda cuando aparece de manera súbita (entre pocas horas y algunos días de evolución) y no persiste por más de 15 días.

Suelen ser muy frecuentes en los niños asociándose a fiebre y malestar general; en estos casos la causa principal suelen ser las enfermedades de origen viral aunque no se pueden descartar de entrada otras patologías sin haber estudiado al paciente detalladamente.

Adenomegalias crónicas

Se clasifica una adenomegalia como crónica cuando esta persiste por más de 15 días después de su aparición. En estos casos la adenomegalia puede persistir por meses o incluso años, estando o no asociada a otros síntomas.

Por lo general las adenomegalias crónicas suelen verse en pacientes adultos y están asociadas a enfermedades granulamotosas crónicas como la tuberculosis o la lepra; así mismo son frecuentes en ciertos tipos de cáncer.

Adenomegalias de origen benigno

Conocidas también como adenomegalias reactivas o adenitis, las adenomegalias de origen benigno suelen estar asociadas a enfermedades inflamatorias, infecciosas o traumatismos que suelen resolverse sin dejar secuelas para el paciente.

Por lo general son agudas (aunque existen excepciones) y están asociadas a otros síntomas como malestar general, fiebre y en algunos casos erupciones cutáneas.

El diagnóstico clínico es fundamental para poder decidir el mejor tratamiento aunque en la mayoría de los casos este estará orientado a controlar los síntomas dado que este tipo de adenomegalias (y las enfermedades asociadas a ellas) suelen ser autolimitados.

Adenomegalias de origen maligno

Se considera que una adenomegalia es de origen maligno cuando el crecimiento del ganglio se debe a la infiltración de células tumorales malignas.

Si el cáncer se originó en los ganglios linfáticos se habla de Linfomas. En estos casos el origen del cáncer son las células del propio ganglio linfático y desde allí pueden migrar a otras áreas del organismo.

Por otra parte cuando las células cancerosas se han originado en otro órgano y llegan al ganglio se habla de metástasis ganglionar, siendo este un indicativo de diseminación del cáncer primario más allá del sitio de origen.

Generalmente las adenomegalias de origen maligno son de evolución crónica. Sin embargo, en algunos casos la detección precoz y el estudio clínico agresivo permiten que el diagnóstico de una metástasis o tumor primario de ganglio sean detectadas antes que el ganglio supere los 15 días de evolución.

Síntomas 

Las adenomegalias pueden considerarse en sí mismas un síntoma de un proceso patológico más allá del ganglio linfático. En este sentido el crecimiento ganglionar puede o no estar asociado a otros síntomas.

El síntoma cardinal en todos los casos es el crecimiento del ganglio linfático, pero … ¿cuándo se considera que un ganglio linfático está aumentado de volumen?

Pues bien, clínicamente los ganglios linfáticos no deben ser palpables en condiciones normales, por lo tanto se considera que cuando estas estructuras son detectables mediante la palpación de las cadenas ganglionares durante el examen físico es porque ya su tamaño supera lo normal.

En este sentido la consistencia de los ganglios linfáticos resulta muy útil para orientar el diagnóstico. En los casos de patología benigna o granulomatosa crónica los ganglios suelen ser de consistencia renitente (similar a la goma) mientras que en los casos de enfermedad maligna los ganglios suelen ser pétreos.

En muchos casos la adenomegalia se presenta como un hallazgo clínico aislado no asociado a otros síntomas evidentes, mientras que en otros existen hallazgos concomitantes como dolor (en el ganglio), fiebre, enrojecimiento de la piel suprayacente y en algunos casos hasta descarga purulenta.

Causas 

Las causas de adenomegalias son múltiples y muy variadas, de hecho dado que los ganglios constituyen una especie de “alcabala” que protege al cuerpo de cualquier invasión o agente externo, es posible que se presenten adenomegalias ante situaciones tan triviales como una uña encajada (onicocriptosis).

Ahora bien, a fin de dar una visión más o menos general de las posibles causas de adenomegalias, a continuación se incluye una lista de las condiciones clínicas más comunes en las cuales los ganglios linfáticos aumentan de tamaño:

Infecciones virales 

Muchas infecciones virales, en especial las eruptivas de la infancia, están asociadas a adenomegalias. El grado de afección es variable siendo más notable en patologías como la mononucleosis infecciosa donde el síntoma cardinal son precisamente las adenomegalias)

Infecciones de origen bacteriano 

Aunque es menos común que en las infecciones virales, algunas infecciones bacterianas pueden cursar con adenomegalias, en especial cuando se trata de procesos infecciosos extensos como las celulitis y los abscesos de partes blandas; así mismo en las infecciones bacterianas del tracto respiratorio superior – como la amigdalitis o la faringitis – pueden desarrollarse adenomegalias.

Enfermedades granulomatosas crónicas

Se trata de un conjunto de enfermedades caracterizadas por la formación de granulomas y evolución lenta, las cuales afectan no sólo a los ganglios linfáticos sino también a otros órganos.

Las enfermedades granulomatosas pueden ser de origen infeccioso, tal como ocurre en la tuberculosis, lepra y algunas micosis profundas, o de origen autoinmune como es el caso de la granulomatosis de Wegener.

Respuesta al trauma

Esto es especialmente visible en niños pequeños donde los ganglios linfáticos aumentan de tamaño en ciertas zonas debido a traumatismo crónico; por ejemplo en los pequeños que juegan al fútbol pueden verse adenomegalias en la región inguinal debido al traumatismo constante y pequeñas heridas en los miembros inferiores. Así mismo en los pacientes que sufren de quemaduras extensas es posible que se desarrollen adenomegalias.

Neoplasias malignas 

Cuando el ganglio aumenta de tamaño debido al desarrollo de células malignas el tejido linfático del ganglio [cáncer primario de los ganglios linfáticos] o estas llegan desde otro órgano [metástasis ganglionar])

Tratamiento 

La adenomegalia en si misma no requiere tratamiento alguno, de hecho en la mayoría de los casos los ganglios linfáticos van a involucionar (desaparecer) de manera espontánea y sin dejar secuela alguna.

Ahora bien, cuando se presentan síntomas asociados como fiebre o dolor se puede indicar tratamiento sintomático específico para aliviar dichos síntomas; así mismo una vez que se identifica la causa de la adenomegalia el tratamiento debe estar orientado a tratar dicha condición.

En este sentido algunos pacientes con adenogalias no necesitarán más que tratamiento sintomático (como en el caso de las adenomegalias reactivas secundarias a enfermedades virales), mientras que otros requerirán el uso de antibióticos (infecciones bacterianas) e incluso quimioterapia cuando se trata de adenomegalias de origen maligno.

Referencias 

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