Carrera armamentista: concepto, etapas y sus características
La carrera armamentista es la lucha que sostienen algunos países para obtener y mantener el predominio mundial en sus parques de armas bélicas. Estos países buscan contar con los ejércitos más numerosos y con mejor entrenamiento y capacidad de acción y reacción, tanto a nivel de táctica como tecnológicamente.
La lucha puede darse entre países o entre bloques de Estados. Los efectos de esta interacción pueden ser reales y directos, y también simbólicos e indirectos. Dos naciones (o dos bloques de naciones) que incrementen su capacidad de fuego y sus efectivos militares ejercerán un efecto real y directo, con resultados concretos, objetivos y cuantificables.
Además, esa interacción conlleva un tipo de influencia simbólica que refiere a la demostración de superioridad de un bloque sobre otro o de una nación sobre otra, según sea el caso. El objetivo principal en una carrera armamentista no es otro sino sobrepasar a los otros países o bloques en número y calidad de armamento.
La interacción también derivará en la intimidación geo estratégica y presión política, y su influencia será indirecta, ya que afectará regiones e instituciones mundiales, lo cual alterará el equilibrio de convivencia supranacional.
Se trata de obtener cada vez más y mejor armamento, y desarrollar tecnología que permita tener el ejército con más poder. La carrera armamentística se puede dividir en cuatro etapas que a continuación se describen: Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial, Guerra Fría, actualidad.
Índice del artículo
- 1 Carrera armamentística en la Primera Guerra Mundial
- 2 Carrera armamentística en la Segunda Guerra Mundial
- 3 Guerra Fría
- 4 Actualidad
Carrera armamentística en la Primera Guerra Mundial
El siglo XX comenzó con un ambiente tenso entre las naciones que se disputaban los frutos de la industrialización.
En Europa esta situación desató una carrera armamentista. Los países aumentaron gradualmente sus arsenales militares y poco a poco agruparon más y más efectivos en sus ejércitos. Las fronteras nacionales comenzaban a moverse.
Años antes de desatarse la Primera Guerra Mundial, los países que ejercían la figura hegemónica en el ámbito de la geopolítica mundial eran el Imperio austro húngaro, el Imperio británico, Francia, el Imperio ruso, el Imperio alemán, el Imperio turco, el Imperio japonés y el Reino de Bulgaria.
Todos estos países desarrollaban programas armamentistas cada vez más ostentosos, tecnificados y numerosos.
Estados Unidos, desde su posición aislacionista, puso especial énfasis en incrementar su complejo industrial militar elevando su estatus a nivel de potencia mundial. Sin embargo, no hizo una aparición formal en el tablero de juego de las relaciones internacionales.
El contexto geopolítico de ese naciente siglo se caracterizó por la tensión permanente entre las naciones. Estas tensiones se hacían cada vez más latentes y el auge de los nacionalismos, sumado a la intransigencia de las posturas supremacistas y a las ambiciones territoriales, generaron rivalidades consideradas irreconciliables.
Entonces, tuvo lugar una escalada sin precedentes en la producción de maquinaria de armas.
Paz armada
Por contradictorio que suene, se hizo popular el término “paz armada”, con el cual se justificaba el aumento de las partidas de gastos para armamento.
El Imperio británico pasó de 44 000 000 libras esterlinas en 1899 a 77 000 000 en los albores de 1914. Alemania elevó su presupuesto militar de 90 000 000 en 1899 a 400 000 000 en la década previa a la Primera Guerra Mundial.
Muchos países se unieron con otros, formando así alianzas estratégicas que redundaron en mayor armamentismo.
Carrera armamentística en la Segunda Guerra Mundial
La humillación a la que se sometió Alemania con la eliminación de su poderío militar luego de la Primera Guerra Mundial, la reducción de sus territorios y las multas económicas para resarcir los daños materiales causados a los países atacados exacerbó los sentimientos nacionalistas y preparó el terreno fértil para la ascensión de la maquinaria nazi.
El canciller Adolf Hitler inició su administración con la reestructuración del ejército alemán, el desarrollo de un parque de tanques de guerra de última generación y la dedicación a tiempo completo de científicos y técnicos para la recreación de las fuerzas aéreas más modernas de la época.
Todo esto aumentó de forma imponente el estatus bélico de la Alemania de los años treinta del siglo XX y consiguió importantes victorias durante la Segunda Guerra Mundial.
En respuesta a ese esfuerzo alemán nazi, los gobiernos de los demás países que tenían intereses geográficos, económicos y políticos en los territorios de la Europa occidental, comenzaron a actualizar sus arsenales militares.
Los países comenzaron nuevamente a aglutinarse en alianzas en función de incrementar sus posesiones territoriales e incrementar sus capacidades armamentísticas.
Guerra Fría
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, surgió otro despliegue de movimientos políticos para penalizar a las naciones beligerantes consideradas culpables del conflicto mundial recién terminado.
Para ello se hizo una repartición de territorios supervisados a manera de ocupaciones pacíficas armadas por parte de las naciones vencedoras de la guerra.
Dentro del bloque vencedor se suscitaron luchas internas que provocaron un antagonismo entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos de América como principales protagonistas. Esa ruptura condujo a un nuevo conflicto: la Guerra Fría. Esta motivó una nueva y más salvaje oleada de armamentismo.
El feroz enfrentamiento se dio en el terreno político, cultural, económico, social, deportivo, artístico, tecnológico y hasta en lo educativo, sin llegar a ocurrir en ningún momento un enfrentamiento militar.
Durante el tiempo que duró la Guerra Fría (desde 1945 hasta 1989) la carrera armamentística hizo crecer los complejos militares industriales de esas potencias internacionales a niveles jamás imaginados.
Entre las estructuras creadas destacan arsenales nucleares, satélites espaciales, armas de destrucción químicas y el desarrollo del espacio digital, dominado por multimillonarios complejos comunicacionales capaces de desestabilizar gobiernos, países, regiones y acceder a cualquier territorio en pro de sus intereses geoestratégicos.
Actualidad
En el presente, los esfuerzos por contar con mejores ejércitos y arsenales militares se caracterizan por un desequilibrio avasallante.
Algunos ejemplos son el inusitado poder nuclear y la proyección de ejércitos no humanos, de mano del desarrollo cada vez más perfeccionado de la robótica, los vehículos no tripulados, las naves con poder de fuego teledirigido y la manipulación de fuerzas de la naturaleza.
Actualmente los ejércitos más poderosos del mundo son los de Estados Unidos, China, Rusia, India, Francia, Japón, Corea del Sur y Reino Unido.
Referencias
- Pearson, Paul N. (2001) Red Queen hypothesis. Rescatado de: Encyclopedia of Life Sciences els.net
- David Zucchino (18 de marzo de 2012). «Stress of combat reaches drone crews». Los Angeles Times. Rescatado de: articles.latimes.com
- Melvin P. Leffler (2008). La guerra después de la guerra. Estados Unidos, la Unión soviética y la Guerra Fría. Crítica.
- ¿Cuál es el ejército más poderoso del mundo?. Rescatado de elheraldo.es
- Berruga Filloy, E. (25 de junio de 2017). Inicia nueva carrera armamentista en el mundo. Restacado de eluniversal.com.mx