Anatomía y fisiología

Bursa: concepto, tipos, localización, trastornos relacionados


La bursa o bolsa sinovial es una estructura anatómica que debe su nombre a que tiene una forma muy similar a la de una bolsa, con la particularidad que esta se encuentra sellada herméticamente.

La bolsa o bursa consta de una fina membrana que envuelve o rodea a un líquido viscoso y resbaladizo que ella misma produce, y a su vez conforma el recubrimiento interno de la cápsula articular. El fluido interno es denominado sinovia o líquido sinovial.

La bolsa sinovial es una estructura que cumple una función protectora de las uniones anatómicas en donde hay movimiento, es decir, evita que los huesos se froten de forma directa con otras estructuras.

Si la bolsa no existiera, los huesos y otras estructuras se desgastarían entre sí, además que el movimiento de las articulaciones sería casi imposible de realizar por el dolor que causaría.

Por tanto, como se puede evidenciar, las bursas están colocadas estratégicamente entre dos estructuras anatómicas en la que existen deslizamiento o movimiento; asumiendo ella el trabajo de la fricción o roce.

El líquido sinovial que contiene la bursa es quien mantiene lubricada a las paredes de la bolsa en su parte interna; lo que permite el deslizamiento entre sus paredes.

La bolsa sinovial debe mantenerse intacta para evitar que el líquido sinovial se derrame o se infiltre. Una afectación de la bolsa produce un cuadro clínico inflamatorio denominado bursitis, el cual puede tener diversas causas.

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Concepto

El nombre bolsa sinovial proviene del latín bursa, que significa «bolsa». Mientras que, la palabra sinovial viene del latín synovia compuesta por el prefijo griego syn- (con, junto) y el término en latín ovum que significa (huevo), más el sufijo al (relativo a).

Entonces, según el significado de las palabras se puede deducir que es una bolsa hermética que contiene en su interior un líquido similar a la clara de huevo en cuanto al aspecto, color y textura.

Tipos de bursa o bolsa sinovial

Las bursas sinoviales están presentes en las articulaciones del tipo diartrósica o también llamadas sinoviales, diferenciándose de las articulaciones sólidas, donde la bursa está ausente.

Las bursas sinoviales no solo protegen la unión entre dos huesos, también están presentes en otros sitios anatómicos, es decir, separa un hueso de un ligamento, de un tendón o simplemente de la piel. Existen dos tipos de bursa, las profundas y las superficiales.

Bursa sinovial profunda

Este tipo de bursa sinovial son las que protegen del roce o fricción entre dos estructuras óseas o entre un hueso con músculos o ligamentos cercanos.

Bursa sinovial suprayacente o superficial

Este tipo de bursa sinovial como su nombre lo indica se encuentra más hacia la superficie y protege del roce o fricción entre una estructura ósea (hueso o protuberancia ósea y la piel).

Localización de las bursas sinoviales

Existen muchas bursas sinoviales distribuidas en el organismo. Principalmente se encuentran en las articulaciones de mucho movimiento, o donde se requiere la protección de ciertas estructuras. Se estima que el cuerpo humano puede tener hasta mil bolsas sinoviales distribuidas en todo el aparato locomotor.

Los nombres que reciben las bursas se relacionan con el sitio anatómico y la estructura que involucra. En la siguiente tabla se mostrarán las más relevantes.

Es importante recalcar que la bursa y las estructuras que la rodean (cápsula y ligamentos) reciben vasos sanguíneos que la alimentan. También recibe nervios sensitivos que envían información al cerebro en cuanto a la tensión ejercida sobre las articulaciones.

Trastornos relacionados

– Bursitis

Esta afectación es debida a la inflamación de la bursa o bolsa sinovial. La bursa se inflama por diversos motivos, tales como: por uso repetitivo y exagerado de una articulación en particular, por una infección o por traumatismos.

También puede ser consecuencia de enfermedades previas, como la artritis reumatoide, la esclerosis sistémica progresiva, la gota, entre otros.

La sintomatología más frecuente de la inflamación de la bursa son: dolor a la palpación, limitación en el movimiento de la articulación afectada y muy importante hay aumento de volumen, debido a que la bursa segrega más líquido sinovial de lo normal, entre otros.

Tipos de bursitis

Los nombres que reciben las bursitis dependen del sitio anatómico o articulación involucrada. Por ejemplo, la inflamación de la bursa a nivel de la articulación escapulotorácica se denomina bursitis escapulotorácica, la del codo (bursitis olecraneana) debido al hueso olécranon.

Mientras que la inflamación de la bursa presente entre el bíceps braquial y la tuberosidad del radio se denomina bursitis bicipitoradial, etc. Ver la siguiente tabla.

Factores de riesgo de la bursitis

El consumo de alcohol aumenta la probabilidad de sufrir una bursitis infecciosa post-traumatismo. De igual manera sucede con el padecimiento de enfermedades inmunosupresoras, pues estos pacientes son más propensos a sufrir de una infección a nivel articular.

Pacientes que sufren de elevación exagerada de ácido úrico o calcio pueden formar cristales que se acumulan en las articulaciones y en los tejidos subyacentes. Estos cristales dañan e inflama la bursa.

Por otra parte, los estudiantes y las personas que se realizan hemodiálisis tienden a colocar el codo durante horas sobre una superficie muy dura, por lo que la compresión continua inflama a dicha articulación, causando una bursitis olecraneana.

Los deportistas tienen un riesgo mayor de sufrir de bursitis, así como también aquellas personas que realizan actividades que requieran un gran esfuerzo físico (levantar objetos pesados) o que involucre un movimiento repetitivo.

Finalmente, las personas con enfermedades autoinmunes y degenerativas, tales como las artrosis, artritis, entre otras.

Diagnóstico

Se descarta la presencia de fractura por imagen radiográfica y si esta no existe, entonces se realiza una ultrasonografía. En caso de sospecha de bursitis infecciosa se requiere la toma de muestra de líquido sinovial para su análisis microbiológico.

Tratamiento

Reposo, crioterapia y eliminación del agente agresor, bien sea de tipo mecánico (un movimiento en específico) o desintoxicación de elementos que se acumulan en la sangre, como tomar medicamentos para disminuir los niveles de ácido úrico o finalmente el suministro de antibióticos si la causa es un problema infeccioso.

Está contraindicado el masaje en las bursitis.

– Condromatosis sinovial

Es una patología poco frecuente, benigna, cuya causa es desconocida. Se caracteriza por generar dolor, inflamación y cambios osteoartríticos a nivel de la articulación afectada. El dolor se acentúa especialmente después de algún esfuerzo físico.

Su diagnóstico se realiza al observar radiológicamente en el interior del líquido sinovial o en la cápsula articular estructuras libres de color blanco brillante.

Estos fragmentos son de origen cartilaginoso u osteocartilaginosos, los cuales reciben el nombre de «loose body», semejando una tormenta de nieve. También pueden hallarse en tendones y ligamentos.

Las articulaciones afectadas pueden ser en orden de frecuencia las siguientes: rodilla, cadera, codo, muñeca, tobillo, siendo las articulaciones menos afectadas la del hombro y la temporo mandibular. Por lo general se encuentra afectada una sola articulación.

Aunque su causa es desconocida existen teorías de su origen.

En este particular, algunos autores piensa que estos cuerpos libres son nódulos pediculares que se han desprendido de la membrana sinovial, para luego flotar en el líquido sinovial, estos comienzan a crecer y posteriormente son triturados en pequeños trozos debido al movimiento de la propia articulación.

Las partículas fragmentadas pueden crecer nuevamente y el ciclo se repite. Los fragmentos que se conservan de mayor tamaño son aquellos que se han alojado en los recesos sinoviales.

Referencias

  1. Ko E, Mortimer E, Fraire A. Extraarticular synovial chondromatosis: Review of epidemiology, imaging studies, microscopy and pathogenesis, with a report of an additional case in a child. International Journal of Surgical Pathology 2004; 12 (3): 273-280. Available from: ncbi.nlm.nih.gov
  2. Mancilla L. Condromatosis sinovial del hombro. Rev Med Hered, 2007; 18 (3): 161-164. Disponible en: scielo.org.
  3. Zakir M, Tauqir J, Munawar F, Munawar S, Rasool N, Gilani SA, Ahmad T. Synovial osteochondromatosis; secondary synovial osteochondromatosis (SOC) of shoulder joint. Professional Med J 2018; 25(9):1442-1446.
  4. “Bolsa sinovial.” Wikipedia, La enciclopedia libre. 22 oct 2019, 23:26 UTC. 9 nov 2019, 01:50 es.wikipedia.
  5. Loría Ávila E, Hernández Sandí A. Diagnóstico y tratamiento de la bursitis olecraniana. Rev Cubana Ortop Traumatol. 2017; 31 (1): 110-117. Disponible en: scielo