Relaciones intraespecíficas: tipos y ejemplos
Las relaciones intraespecíficas son aquellas que ocurren entre individuos de una misma especie. Estas pueden establecerse bien sea en forma de competencia por algún recurso o para unirse y obtener algún beneficio mutuo.
Todos los seres vivos en estado natural se relacionan con individuos de su misma especie al menos una vez en su vida. Dependiendo de la especie estas relaciones pueden variar en el intervalo de tiempo que permanecen (intervalo de duración).
Algunas especies mantienen relaciones intraespecíficas que solo duran varios segundos, mientras que otras mantienen relaciones que duran incluso su vida entera.
Es una regla establecida por los ecólogos que la frecuencia con que ocurren las relaciones intraespecíficas depende de la abundancia y la distribución de las especies, pues existen pocas especies que tienen relaciones intraespecíficas independientes de esta relación.
La “regla” implica que las especies que posean mayor cantidad de individuos (mayor abundancia) y, a su vez, ocupen mayor espacio (mayor distribución) serán las especies que tengan mayor cantidad de relaciones intraespecíficas.
La abundancia y la distribución de las especies depende de los nichos que estas ocupan, ya que, por ejemplo, si una especie es una “especie generalista” que se alimenta de muchos recursos diferentes, será propensa a tener una distribución mucho más amplia que la que pueda tener una “especie especialista” que solo se alimente de un recurso específico.
Índice del artículo
Tipos de relaciones intraespecíficas
Las relaciones intraespecíficas se clasifican en dos tipos: relaciones de competencia y relaciones benéficas.
– Relaciones de competencia
Un incremento en el número promedio de individuos de una especie que ocupa un mismo nicho siempre conlleva al incremento de la competencia entre ellos por los recursos que necesitan para vivir.
Cuando las poblaciones alcanzan un tamaño mucho más grande de lo que el nicho donde habitan puede sustentar se dice que la especie está en sobrepoblación o que el nicho está sobrepoblado. En este punto los recursos son escasos y los individuos de dicha población que pierden la competencia por los recursos mueren.
Las competencias entre los individuos de una población pueden ocurrir por diferentes factores: por recursos naturales como el agua, el alimento, el espacio, entre otros; competencia reproductiva (reproducción sexual) e incluso competencia social por “respeto” de sus semejantes.
Competencia por los recursos naturales
Todos los ecosistemas poseen recursos escasos y las especies compiten por aprovecharse de estos. Así, los individuos de una misma especie e incluso, de una misma población, compiten férreamente por quién aprovecha la mayor cantidad del recurso y por quién se beneficia del recurso antes que los demás individuos de la misma especie.
En los individuos de algunas especies se dan eventos de canibalismo, pues existe una competencia de uno de los individuos que asume una actitud de depredador, mientras que otro asume la de presa. El primero compite por alimentarse de su presa y el segundo compite por salir ileso.
Competencia por la reproducción sexual
Es muy normal que cuando los individuos de una misma especie se encuentran en temporada reproductiva ocurran eventos de competencia respecto a las parejas sexuales, especialmente entre machos por la misma hembra.
Esto, en algunas especies, puede conducir a fuertes enfrentamientos en los cuales pueden perecer los competidores.
Competencia jerárquica social
En los animales vertebrados y algunos invertebrados existen organizaciones eusociales dentro de las poblaciones. En estas los individuos adquieren funciones diferentes dentro de la población, es decir, que individuos de la misma especie y de la misma población se separan en grupos que ocupan nichos “funcionales” diferentes.
En muchas ocasiones los individuos compiten a lo largo de su vida para entrar en el grupo que ocupa un nicho específico y, en algunos casos, este nicho puede ser el del líder de la población.
– Relaciones benéficas
Las relaciones de este tipo pueden tener intervalos de tiempo cortos, largos e incluso permanentes (toda la vida). Algunas solo ocurren durante la época reproductiva, otras para la caza de presas en grupo y otras son colonias enteras donde el individuo desarrolla toda su vida.
Este tipo de relaciones son las más frecuentemente observadas dentro de los grupos animales, ya que en muchas ocasiones los individuos de una especie, al juntarse, obtienen mayores ventajas para conseguir recursos alimenticios, defensa frente a depredadores, fácil reproducción, entre otras.
Beneficios de los grupos de caza
Algunos animales como los lobos, las orcas, los leones y otros se organizan para cazar grandes presas. Estas organizaciones comprenden estrategias complejas para perseguir y acorralar a la presa en cuestión.
La estrategia de emboscada les permite a todos los individuos del grupo alimentarse de animales que cazando como entes individuales tendrían una muy baja probabilidad de conseguir. En este video se observa un grupo de orcas cazando:
Beneficios contra los depredadores
Cuando los individuos son perseguidos por sus presas estos tratan a toda costa de escapar. Sin embargo, una buena estrategia es juntarse con muchos individuos de la misma especie que puedan mantenerse alerta simultáneamente para responder a cualquier perturbación causada por el depredador.
Probablemente los individuos perciben que estando en conjunto las oportunidades de supervivencia aumentan, ya que es probable que dentro del grupo se encuentre algún individuo más lento, más torpe o menos ágil y que este sea atrapado en lugar de los demás.
Beneficios en la reproducción
Esta relación facilita al individuo reproducirse para engendrar nuevas crías, ya que al encontrarse en grupos es muy probable que consiga un individuo del sexo opuesto con el cual reproducirse.
En los grupos de animales por lo general existe un macho alfa que es el que se reproduce con mayor frecuencia con las hembras. Sin embargo, los demás machos del grupo aprovechan en momentos en que el macho alfa está “desprevenido” para aparearse con las hembras del grupo.
Recientemente se ha observado que este fenómeno es mucho más frecuente de los que se pensaba y solo puede ocurrir porque los individuos andan en grupos, ya que, de otra forma, un macho con menor capacidad que el macho alfa difícilmente podría reproducirse.
Beneficios en el criado de la progenie
En muchos animales los individuos recién nacidos son “frágiles” durante las primeras etapas de su vida, por lo tanto, los padres mantienen una relación constante hasta que la cría se encuentra completamente desarrollada para sobrevivir a las condiciones del entorno en donde viven.
Ejemplos de relaciones intraespecíficas
Pingüinos emperadores
Los pingüinos emperadores (Aptenodytes forsteri) viven en los hielos antárticos en temperaturas que rondan los -60◦C. Estos poseen un comportamiento particular de colaboración para enfrentarse al entorno gélido.
En ocasiones los pingüinos se juntan unos contra otros para calentarse y aislarse del viento. Los individuos de un grupo toman turnos para cambiar de posición, es decir, los individuos que se encuentran más “afuera” pasan al “interior” y los del interior pasan al “exterior”, de forma tal que se calientan todos.
Salmón real
El salmón real (Oncorhynchus tshawytscha) viaja cerca de 3 mil kilómetros desde el mar de Bering hasta los ríos de Yukón- Canadá, para reproducirse. Toda la travesía es realizada en cardúmenes muy numerosos para protegerse de los depredadores.
En el momento de la reproducción en el río de Yukón-Canadá, las hembras liberan los huevos de salmón sin fertilizar y los machos liberan el esperma, de esta manera tal que se da la fecundación y consiguen una reproducción exitosa.
Alce
El alce (Alces alces) habita en las zonas templadas de América del Norte y Europa. Los alces son, usualmente, animales solitarios, pero en la época reproductiva las hembras comienzan a atraer a los machos con su olor y sus sonidos.
Los machos que detectan el llamado de la hembra luchan con sus cornamentas en peleas feroces para poder aparearse con una hembra en particular. Estas peleas son muy competitivas y por lo general los machos resultan heridos.
El macho vencedor de la pelea es el que logra reproducirse con la hembra y permanecer con ella durante parte del periodo de gestación.
Referencias
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- Smith, T. M., Smith, R. L., & Waters, I. (2012). Elements of ecology. San Francisco: Benjamin Cummings.
- Clarke, G. L. (1955). Elements of ecology (Vol. 79, No. 3, p. 227). LWW.