Historia

Historia de la criminología desde su origen hasta la actualidad


La historia de la criminología como disciplina científica es relativamente joven. Sin embargo, se pueden encontrar ejemplos de cómo el crimen y el estudio de los delincuentes ha preocupado a la humanidad desde, al menos, la Antigua Grecia. Filósofos como Platón o Aristóteles ya hablaron sobre el tema, al igual que hizo siglos después Tomás de Aquino.

La definición contemporánea de la criminología afirma que se trata de una ciencia multidisciplinar que tiene el objetivo de estudiar el delito, el delincuente, las conductas desviadas, el control social y las víctimas. Además, se centra en prevenir el crimen y tratar las conductas y circunstancias que los provocan.

Para ello, la criminología se apoya en disciplinas como la sociología, el trabajo social, la medicina, la psicología, la antropología, las matemáticas o la química. Con todo ello, los criminólogos intentan entender al criminal y las motivaciones que le llevaron a cometer el crimen.

El primero en utilizar el término criminología fue Paul Topinard, un antropólogo francés. Una de las figuras más importantes de esta ciencia, Raffaele Garófalo, acuñó después el término de manera formal, mientras que Cesare Lombroso es considerado como uno de los padres de la criminología por sus estudios sobre antropología criminal.

Índice del artículo

Origen de la criminología

El delito y quienes los cometen han sido objeto de estudio desde la antigüedad. Aunque la existencia de la criminología como ciencia es relativamente reciente, existen numerosos antecedentes que se remontan hasta la Grecia clásica.

No fue hasta 1885 cuando se utilizó el término criminología de una manera formal. El pionero fue el profesor de derecho Raffaele Garófalo, que utilizó la palabra para titular un libro.

Antecedentes

Los grandes filósofos griegos ya consideraron el crimen como un asunto al que se debía prestar atención. Platón afirmaba que el crimen estaba motivado por la falta de educación, por lo que el castigo debía estar orientado a acabar con esa circunstancia.

Aristóteles, por su parte, era partidario de los castigos ejemplares para que el criminal no reincidiera.

Siglos después, a mediados del siglo XIII, Tomás de Aquino escribió sobre filosofía de derecho penal en su obra Escolástica.

Durante la Edad Media se empezaron a realizar estudios médicos para investigar crímenes, pero de manera aislada.

Por su parte, Tomás Moro vinculó el crimen con factores sociales y económicos en su obra Utopía. Este autor mantenía que la desigualdad en la distribución de la riqueza era una de las causas que llevaban a los criminales a actuar. Además, también criticó la falta de proporción del sistema penal de la época.

Escuela clásica

La primera etapa de la historia de la criminología ha sido denominada escuela clásica, vinculada a los principios de la Ilustración. Esta filosofía estableció la igualdad entre todos los hombres y propugnó la superioridad de la razón sobre el dogma.

Esas consideraciones determinaron que los ilustrados afirmaran que todos los individuos podían actuar responsablemente. Para ellos no había diferencia de fondo entre aquellos que respetaban la ley y los que no, por lo que el estudio sobre los crímenes debía estar centrado en el acto delictivo y no en el autor.

Los ilustrados, por lo tanto, concebían el delito como una creación jurídica y como una ruptura del pacto social entre los ciudadanos.

Los postulados de la Ilustración sobre el crimen y sus autores partían de la creencia en el libre albedrío de cada individuo. Además, consideraba que todos podían tener un comportamiento desviado en un momento dado.

Por otra parte, los ilustrados pensaban que el castigo debía ser proporcional al daño social causado. Esta corriente se posicionaba en contra de la crueldad en las penas y de la arbitrariedad de los jueces.

Cesare Beccaria

Beccaria fue un jurista y filósofo italiano que destacó por su crítica a los modos existentes en su época de procesar a los criminales. Para este autor ilustrado, existía una clara desigualdad de los ciudadanos ante la ley.

Para solucionarlo, propuso que los juicios fuera públicos, así como que se implementara un sistema de pruebas.

Montesquieu 

Este filósofo francés fue el padre de la separación de poderes en el Estado. Para este autor, era fundamental que el poder judicial se desvinculara del ejecutivo para que la justicia fuera independiente.

Además, se posicionó en contra de las torturas y a favor de la idea de legislar pensando en prevenir el crimen y no solo en castigarlo.

Rousseau

En su obra El contrato social, una de las más influyentes en la Ilustración, defendía que el hombre es bueno por naturaleza, pero que se pervierte cuando vive bajo las reglas de un Estado.

Rousseau afirmaba que el crimen era la prueba de la deficiente estructura del pacto social y de un Estado desorganizado.

Escuela biológico-positivista

En el siglo XIX, la criminología comenzó a constituirse como disciplina científica. La primera corriente que apareció fue la escuela positivista italiana, que consideraba que la conducta humana, incluidos los crímenes, estaban predestinadas por sus características innatas.

Esta escuela, a diferencia de la clásica, enfocaba su estudio en el delito y no en el criminal. Además, defendía que la sociedad debía defenderse de cualquier acto antisocial.

Para los miembros de esta corriente, el delito era solo una manifestación del carácter innato de su autor. Así, la peligrosidad del sujeto debía ser la base para decidir la sanción. Al estar considerados como enfermos sociales, no se descartaba ningún tipo de castigo.

Sus postulados básicos eran los siguientes:

  • La existencia de un determinismo en la conducta delictiva.
  • El autor del crimen se convierte en el centro del análisis.
  • La existencia de diferencias biológica y antropológicas entre los criminales y los que no lo son.
  • La escuela estaba orientada empíricamente.

Los postulados deterministas y biológicos de esta escuela fueron desmentidos por Charles Goring en su obra The English Convict, publicada en 1913. Este autor comparó a un grupo de convictos con otro grupo que no había cometido ningún delito y concluyó que no existían las diferencias físicas entre ellos descritas por los positivistas.

Cesare Lombroso

Cesare Lombroso es considerado como uno de los padres de la criminología. En 1876, publicó uno de los libros más importantes sobre la materia: El hombre delincuente, en el que anunciaba la existencia de lo que llamaba “delincuente nato”.

Esta teoría afirmaba que ciertos individuos estaban peor desarrollados que el resto y que tenían una tendencia innata a cometer delitos y a practicar la violencia. Según el autor, esas personas se podían reconocer por sus características físicas.

Entre los rasgos físicos que, según Lombroso, distinguían a los delincuentes se encontraban los cráneos con forma de pentágono; el mayor tamaño de las caras; una separación mayor entre los pómulos; mandíbulas más anchas y alargadas; sobrepeso; frente hundida; o frentes salientes.

Enrico Ferri

Otro de los autores pertenecientes a esta corriente fue Enrico Ferri. Como Lombroso, también consideraba a los delincuentes como individuos anormales y señalaba sus características físicas, hereditarias y psíquicas.

Criminología moderna

La criminología comenzó a ampliar sus miras a partir del siglo XX. En algunos países se aumentó el campo de estudio y se incluyeron materias como la criminalística, la penología o la reacción social que provocan los delitos.

Igualmente, los avances en psicología y sociología han tenido una gran repercusión entre los estudiosos en criminología.

A mediados del siglo XX, se produjo un gran cambio de paradigma en la criminología. A partir de ese momento, la atención pasó a fijarse en cómo el criminal llegaba a serlo, en el ambiente social y en las víctimas.

Escuela de Chicago

A comienzos del siglo XX, las obras de Robert E. Park, Ernest Burguess y otros sociólogos inspiraron la aparición de la escuela de Chicago. Los dos primeros identificaron cinco zonas concéntricas típicas de las ciudades en crecimiento, entre las que la “zona en transición” era donde más desorden se producía.

En los años 40 del siglo XX, Henry McKay y Clifford R. Shaw estudiaron en profundidad a los delincuentes juveniles y encontraron que estos solían concentrarse en la “zona en transición”.

En líneas generales, los sociólogos de esta escuela utilizaron la ecología social para aplicarla a las ciudades. Entre otros aspectos, descubrieron que los barrios urbanos con peores indicadores económicos eran más propicios para que se rompiera la estructura social, educativa y familiar. Esto era un foco de cultivo para que aparecieran las actividades delictivas.

Otros estudiosos afirmaron que existía un vínculo social y psicológica añadido. Así, Edwin Sutherland concluyó que los individuos aprenden e imitan el comportamiento delictivo de otros criminales mayores y más experimentados.

Criminología crítica

Otra corriente contemporánea de esta ciencia es la criminología crítica, basada en el marxismo, la economía política, la teoría crítica y el feminismo.

Esta escuela pretende estudiar la delincuencia y la justicia en relación con la estructura de clases y los procesos sociales. De esta manera, sus seguidores contemplan las leyes y los castigos partiendo de la base de la existencia de un sistema opresor y que fomenta la desigualdad. La criminología crítica, por lo tanto, da especial importancia al contexto del delito.

Esta desigualdad afecta con especial incidencia a la clase obrera, a las mujeres, a las minorías étnicas y a los niños.

La criminología crítica tuvo su momento fundacional en 1968, cuando se celebró la Conferencia Nacional de Desviación.

Referencias

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  2. Estudio Criminal. Historia y Evolución del Concepto de Criminología. Obtenido de estudiocriminal.eu
  3. ESERP. Diferencia entre criminología y criminalística: ¿qué es qué?. Obtenido de es.eserp.com
  4. Roufa, Timothy. What Is Criminology?. Obtenido de thebalancecareers.com
  5. Longley, Robert. Criminology Definition and History. Obtenido de thoughtco.com
  6. Mannheim, Hermann. Criminology. Obtenido de britannica.com
  7. Bowling, Ben; Ross, James. A brief history of criminology. Recuperado de crimeandjustice.org.uk