Músculo redondo mayor: anatomía y consideraciones clínicas
El músculo redondo mayor se ubica en los miembros superiores y conforma el hombro, junto con otras estructuras musculo-tendinosas vecinas se ocupa de la aducción y rotación interna del brazo.
El redondo mayor es un músculo corto y es uno de los seis músculos que conforma el grupo escapulo-humeral, es decir, que unen el hueso de la escápula con el húmero, que es el hueso superior del brazo. Forma parte de los llamados músculos intrínsecos del hombro.
La lesión aislada de este músculo es rara, pero puede ocurrir en atletas de alto rendimiento. Su importancia clínica se basa en que puede usarse como injerto cuando hay lesión por arrancamiento de otros músculos del hombro.
Es también de gran importancia como referencia anatómica para el cirujano en cualquier procedimiento quirúrgico que involucre la axila, ya que establece junto con otros músculos, el límite entre el hueco axilar y el brazo.
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El redondo mayor es uno de los músculos que conforma el hombro. Es corto y tiene forma cilíndrica. Se extiende desde la escápula hasta el húmero, si se proyectara hacia la piel su recorrido sería desde la parte inferior de la axila hasta la parte media del brazo.
Está en relación estrecha con los músculos: redondo menor y dorsal ancho, conocido también como latissimus dorsi. Sus fibras corren paralelas a las de este último músculo.
Recibe suministro de sangre por parte de una rama de la arteria circunfleja escapular, que es un importante vaso sanguíneo axilar. El nervio subescapular inferior se encarga de la inervación.
El músculo es de particular importancia en la anatomía quirúrgica, ya que forma la región conocida como cuadrilátero humerotricipital ubicada en la axila. Esta región define el límite entre la axila y el brazo cuando se realizan cirugías de esa región.
Junto con el músculo redondo menor y el tríceps, el redondo mayor conforma esta región anatómica axilar a través de la cual se abren paso importantes elementos vasculares y neurológicos, como el nervio axilar y la arteria circunfleja posterior.
Gracias a su inserción tanto en la escápula como en la parte superior del húmero, el músculo redondo mayor es responsable de la realización de tres movimientos del brazo.
Su activación logra la rotación interna del brazo, la aducción y también la retroversión, que es llevar el brazo por detrás de la espalda. Así, cuando tratamos de tocar el hombro contrario por delante o por detrás del cuerpo es gracias a la activación del redondo mayor.
Su estrecha relación con el músculo dorsal ancho lo lleva a cumplir funciones accesorias en algunos de los movimientos que realiza este último al activarse. Sus fibras y las del dorsal corren paralelamente, uniéndose en algún momento de ciertos movimientos, especialmente la extensión del hombro.
La lesión del músculo redondo mayor es un acontecimiento raro pero puede ocurrir y debe estar siempre en la mente del médico o del entrenador como posible zona de lesión. Debido a su ubicación, es difícil establecer que el redondo mayor es el músculo lesionado.
Aquellos ejercicios que llevan a la sobrecarga del músculo pueden ocasionar su lesión. Los movimientos como las dominadas y los deportes como el tenis, esquí, remo y natación, son actividades a tomar en cuenta en el interrogatorio médico de un paciente con signos de traumatismo del redondo mayor.
Típicamente los síntomas de lesión incluyen dolor que puede sentirse en la cara posterior del brazo, hacia el músculo deltoides o el tríceps, que forman la parte externa del hombro, incluso hacia el codo.
A pesar de que el músculo se inserta en la escápula, es raro que el dolor sea en esta localización.
El médico debe tratar de poner en evidencia la lesión del músculo a través de algunas maniobras clínicas. Primero debe intentar la movilización pasiva es decir, ayudando al paciente a realizar el movimiento y después comenzar la palpación de los puntos dolorosos o puntos desencadenantes de dolor.
Por la localización del músculo, es difícil llegar a palparlo. Una forma sencilla usada por los médicos para lograr la palpación de los puntos desencadenantes de dolor del redondo mayor, es siguiendo las fibras del músculo dorsal ancho.
Las fibras de este músculo corren paralelas al redondo mayor. De esta forma, al palpar el dorsal ancho ubicamos el redondo mayor palpando en la misma dirección, pero en la parte interna.
La mayoría de las lesiones del redondo mayor mejoran con la terapia clínica. Esto quiere decir que, con reposo y analgésicos vía oral, es suficiente para observar la curación del trauma.
Los masajes del músculo realizados por un fisioterapeuta o quiropráctico profesional son también de gran ayuda para la mejoría completa.
En algunos casos, sobre todo cuando hay desgarro o desprendimiento, es necesaria la terapia quirúrgica. Sin embargo, es importante aclarar que estas lesiones no son comunes.
Para evitar lesiones del músculo, los profesionales de la salud recomiendan realizar ejercicios que lo fortalezcan.
Muy pocas personas ponen énfasis en el entrenamiento de este músculo ya sea por ignorancia de su existencia o por considerarlo de poca importancia. Esta exclusión en la rutina de ejercicios puede concluir en la lesión del músculo.
Los ejercicios de fortalecimiento del redondo mayor son similares a los del músculo dorsal ancho. Lo importante es no sobrecargar el músculo, sino entrenarlo progresivamente hasta que se logre el aumento de su resistencia.
Las actividades que pueden realizarse tanto en el gimnasio como al aire libre incluyen remo y dominadas con el propio peso. Una vez que se haya logrado el dominio de estas actividades puede comenzar a agregar ejercicios con peso a las actividades de entrenamiento.
Uno de los ejercicios más efectivos para lograr el fortalecimiento del redondo mayor consiste en el llamado remo con mancuernas.
Esta actividad se logra utilizando una mancuerna de un peso que se pueda controlar. Debe apoyarse la rodilla y la mano del brazo contrario al que se va a ejercitar, en un banco de ejercicios.
Con la espalda recta, se lleva el codo hacia atrás, levantándo la mancuerna, como imitando el movimiento del remo. Con este ejercicio se trabaja en músculo redondo mayor y el músculo dorsal logrando su fortalecimiento y evitando lesiones.
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