Psicología educativa

Respeto en la familia: características, señales, fomento


El respeto en la familia implica la práctica de valores constructivos en el hogar, lo que se traduce en la generación de un núcleo sólido que dará herramientas a las personas para relacionarse de forma positiva y solidaria con su entorno.

Es necesaria una labor de enseñanza consciente y comprometida por parte de los padres, para así poder garantizar que se está fomentando el respeto. Por ejemplo, es parte de este compromiso ser conscientes de que se ofrece y se exige respeto, no dejar pasar señales de irrespeto y, si fuese necesario, enfrentar las dificultades que surjan.

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Algunos autores plantean que en la familia se dan los primeros pasos hacia la formación en ciudadanía, desde los primeros ensayos y experiencias de socialización en la infancia temprana. Parte de esta expresión de respeto viene dada por la comprensión y reconocimiento de que los niños son sujetos de derecho.

El ser humano es un ser social por excelencia, no está configurado para vivir en soledad. Sin embargo, en la historia de la humanidad se ha puesto una y otra vez de manifiesto la dificultad para solventar las tareas sociales que requieren de logro de acuerdos y respeto fundamental hacia el otro.

Estas dificultades en tareas que parecen básicas —como llegar a acuerdos para poder vivir en mínima armonía y convivencia—, no es posible erradicarlas si en principio no se demuestra respeto por sí mismo y por los otros. Allí radica la importancia de que, desde el seno de la familia, el individuo valore el respeto como centro rector de toda relación.

Expertos en el área como José Luis Parada explican que tanto los valores públicos como privados son transmitidos de generación en generación desde el seno de la familia como institución social. El respeto es un valor público que en principio debe ser procesado individualmente, y luego debe extenderse a relaciones sociales externas a la familia.

Otros autores enfocados en la filosofía señalan que el respeto es la madre de todas las virtudes, porque es una virtud que a la vez contiene otras que solo son posibles si existe el respeto como condición necesaria. Solo el individuo que respeta puede observar y reconocer la presencia o falta de respeto en una relación o situación.

Índice del artículo

Características del respeto familiar

Fomentar el respeto dentro de la familia es fundamental debido a que, por ser esta el núcleo primigenio de educación social, es en esta donde comienza la formación tanto individual como social del individuo. La dinámica familiar debe garantizar que realmente se aprenda a valorar el respeto como base de las relaciones sociales.

A continuación se describen las tres características principales que denotan la presencia de la virtud y/o valor del respeto en la relación familiar:

Estructura y comunicación abierta

Se refiere a que en la familia exista una estructura clara de funcionamiento. Deben establecerse clara y abiertamente las normas por las cuales se deben regir el comportamiento y la operatividad familiar, y dichas normas deben ser conversadas en reuniones familiares.

De esta manera, lo que se emprenda, organice y se lleve a cabo puede estar relativamente previsto para todos sus integrantes.

Así mismo, es importante mantener cierta flexibilidad y crear un ambiente de afecto profundo y sincero, que promueva la libertad y espontaneidad necesarias para expresarse honestamente, Tomando en cuenta al diálogo como principal medio para expresar lo que cada uno piensa.

En esta comunicación abierta se considera importante que los integrantes de la familia hagan valer su derecho a expresarse según lo que sientan, sin ser coartados, descalificados o ignorados y sin que la edad sea una limitante.

Confianza

La confianza es fundamental en todo ámbito individual y social. La confianza sirve incluso como el punto del cual partir para decidir si una acción o establecimiento de normas es adecuado o no.

En este sentido, la confianza se equiparara con la seguridad que puede expresarse y sentirse con respecto a sí mismo y con respecto a otros.

Si está presente este nivel mínimo de seguridad entre los miembros del grupo familiar, entonces existe la certeza de que se puede contar con el otro. En principio, esto es básico para que se pongan en marcha la mayoría de los procesos dentro del seno de la familia.

Inclusión

Este aspecto se refiere no solo a la consideración de la diversidad en sentido declarativo, pues la inclusión también se evidencia en la forma en la que se escogen las decisiones.

Habrá verdadera inclusión cuando se tomen en cuenta las diferencias, las opiniones divergentes y los diferentes argumentos, se consideren las diferencias de género, de creencias y de puntos de vista y, además, se apoyen desde el vínculo primario afectuoso.

Señales de falta de respeto en la familia

– Se toman decisiones sin estar incluidos los interesados en el proceso.

– Presencia de burlas, comentarios descalificativos y/o nombres ridiculizantes para mencionar o llamar a alguno de los miembros de la familia, internamente o con otras personas ajenas al círculo familiar.

-Se permite que entre los miembros de la familia se traten con golpes, así comiencen en forma de broma, o se agredan física y emocionalmente. Esto generalmente va en aumento en vez de revertirse.

– El padre o la madre no tienen posibilidad alguna de controlar, supervisar y mucho menos evitar que los hijos realicen actividades que no son beneficiosos para ellos.

– La estructura de funcionamiento reflejada en una rutina es prácticamente inexistente y cada quien lleva su vida de manera paralela sin ningún orden. Así mismo, no hay momentos para compartir en familia.

¿Cómo fomentar el respeto en la familia?

Para que sea posible fomentar el respeto entre los miembros de una familia deben estar presentes las características mencionadas anteriormente y una serie de reglas claras que fomenten un comportamiento respetuoso. Así mismo, es indispensable que exista un clima afectuoso, de comprensión profunda y de aceptación sincera.

Sobre esta base se debe establecer toda la organización de tareas y actividades de interés para la familia, creando una estructura sólida y constructiva.

Por otra parte, también es requerido el establecimiento de un procedimiento de toma de decisiones transparente, y esto incluye desde las más cotidianas hasta las más eventuales.

Los criterios de decisión deben ser claros, pues esto ayuda a que especialmente los niños de la familia aprendan que para tomar decisiones es necesario un proceso reflexivo y, además, un ejercicio de consideración de la opinión del otro, por lo que se debe tomar el tiempo necesario para ello.

Referencias

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