Botánica

Champiñón común: características, propiedades, reproducción


El champiñón común (Agaricus bisporus) es un hongo de la división Basidiomycota que se caracteriza, entre otros aspectos, por presentar un carpóforo redondeado de color blanquecino y una gran cantidad de laminillas en el himenio. Este último está protegido por un velo que se rompe al alcanzar el hongo su total desarrollo.

Esta es la especie de hongo con mayor producción a nivel mundial, debido no solo a su agradable sabor, sino también a las propiedades nutricionales y medicinales que posee, destacando que es pobre en carbohidratos y rico en vitaminas del complejo B, potasio, hierro, cobre y selenio.

Además de ello, contiene sustancias que pueden actuar como inhibidoras de la aromatasa, por lo que ayuda a prevenir el cáncer de mamas en mujeres menopáusicas, a mantener la próstata sana, así como a potenciar el sistema inmunológico gracias sus betaglucanos.

El champiñón común es de hábitos saprófitos, por tanto puede ser cultivado en composteros. En estas condiciones de cultivo, Agaricus bisporus puede ser atacado por algunos patógenos y plagas, como por ejemplo Mycogone perniciosa, Pseudomonas spp, y varias especies de moscas.

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Características

El sombrero de Agaricus bisporus es inicialmente globoso, pero luego cambia a cóncavo o ligeramente aplanado. Este sombrero puede alcanzar hasta los 18 cm de diámetro, pero generalmente no sobrepasa de los 13 cm. Su superficie está cubierta por una cutícula pulverulenta en la que pueden surgir escamas y manchas con la edad.

El himenio (estructura que contiene los basidios), presenta numerosas laminillas que no están sujetas al pie. Estas laminillas presentan una consistencia carnosa y de una coloración blanca o rosada pálida, pero luego se tornan pardas oscuras o negras en la madurez.

Los basidios son marginales y bispóricos, en lugar de tetraspóricos como ocurre normalmente en el género Agaricus. Las esporas son de color marrón tirando ligeramente a púrpura, de forma elíptica a ovoidal, lisas y con un tamaño que oscila entre 5 y 8 por 4 y 6 micras.

Presenta un anillo simple y membranoso, ascendente, que en su juventud está unido a la campana y es persistente en la parte media o baja del pie en la madurez. Carece de volva.

El pie de Agaricus bisporus es liso, fibroso, cilíndrico, con una altura de hasta 8 cm de largo y un diámetro de 3 cm, fácilmente desprendible del sombrero.

Taxonomía

El género Agaricus pertenece a la familia Agaricaceae, clase Agaricomycetes de los Basidiomycota. Fue descrito por Carlos Linneo en 1735, para abarcar una gran diversidad de hongos terrestres provistos de lámina y pie. Este nombre fue rebautizado como Pratella y posteriormente como Psalliota.

Actualmente este género contiene más de 300 especies a nivel mundial, algunas de las cuales, incluyendo al champiñón común, son comestibles, pero otras son muy venenosas. La especie Agaricus bisporus fue descrita por el micólogo danés J.E. Lange y actualmente cuenta con algunas variedades.

La variedad más comercializada es A. bisporus var hortensis, que presenta una coloración blanca en toda su superficie, con algunos matices rosados en su carne. Agaricus bisporus var brunnescens es la variedad comercializada bajo los nombres de portobello o crimini, dependiendo de su tamaño y estado de desarrollo.

Importancia comercial

El champiñón común es la especie con mayor producción en el mundo entre las especies cultivadas, con unos volúmenes anuales estimados de más de 4 millones de toneladas para 2009. Los principales productores son China y Francia.

Estos volúmenes, sin embargo, deben estar subestimados debido a la facilidad del cultivo y pocos requerimientos de espacio para el mismo.

Cultivo artesanal

El champiñón común es fácil de cultivar si se controlan adecuadamente sus exigencias de luz, humedad, nutrientes y temperatura. Puede ser cultivado en pequeños huertos aislados de la luz solar, e incluso en sacos o cajones. Las esporas pueden ser adquiridas en tiendas especializadas.

La persona interesada puede preparar un compost con abundante materia orgánica en descomposición, siendo el estiércol de caballería un buen compuesto para esta actividad. Debe mantenerse húmedo pero no en exceso, para evitar la proliferación de otros organismos no deseados. Tampoco puede recibir la luz del sol.

Enemigos naturales

Diferentes organismos actúan como patógenos o como plagas del champiñón común. Entre los patógenos se encuentran bacterias, así como hongos y grupos relacionados. A su vez, sus principales plagas las componen insectos.

Patógenos

La principal enfermedad que ataca a Agaricus bisporus recibe el nombre de burbuja seca y es ocasionada por diversas especies del género Verticillum. Los vectores son roedores, insectos y el propio ser humano.

Mycogone perniciosa es uno de los patógenos más frecuente, el cual produce la enfermedad denominada burbuja húmeda o mole, que ocasiona la pudrición interna del hongo.

Otros patógenos a destacar son Trichoderma spp., Dactylium spp., Diehliomyces spp., Pseudomonas tolaasii y P. aeruginosa.

Plagas

Las principales plagas que afectan a Agaricus bisporus son moscas pertenecientes a la especie Lycoriella mali, así como varias especies de Megaselia y de Mycophila. Estos insectos se alimentan del hongo y pueden dejar áreas necróticas en el lugar de ataque y en las galerías de perforación.

Algunas especies de nematodos pueden alimentarse del micelio del hongo. Los ácaros también pueden afectar al champiñón, pudiendo ser estos observados como un polvo rojizo en el sombrero del hongo cuando se concentran en esa zona.

Propiedades nutricionales

Los champiñones se caracterizan por ser muy pobres en hidratos de carbono, por lo cual aportan muy pocas calorías a la dieta (menos de 30 kcal por cada 100 gramos). También son pobres en grasas, fibras y proteínas.

En cambio son ricos en minerales, como por ejemplo, el potasio que ayuda en la transmisión nerviosa y al flujo de nutrientes en el cuerpo; el magnesio, que mejora la salud cardiovascular y controla el estreñimiento y el selenio, con propiedades anticancerígenas. También posee yodo, fósforo, calcio y zinc.

Además de ello, contiene vitaminas A, complejo B (B2, B3, B1 y ácido fólico), C, D y E. Por todo esto, los champiñones son buenos para adelgazar, aumentan las defensas del organismo, ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre, tienen propiedades antioxidantes, diuréticas, hepatoprotectoras y antianémicas.

El consumo frecuente de champiñones ayuda a evitar los efectos de los radicales libres, migrañas y la retención de líquidos. También evita el crecimiento y proliferación de células cancerosas y ayuda a regular el tránsito intestinal y a conservar sanos piel, cabellos y uñas.

Extractos acuosos de los carpóforos han mostrado propiedades anticancerígenas, evitando hasta en un 100% la proliferación de algunos tipos de células cancerosas en estudios de laboratorio. El champiñón también contiene agaritina, un compuesto con demostradas propiedades carcinogénicas.

Sin embargo, las cantidades de tal compuesto en los champiñones son tan bajas, que se necesitaría consumir diariamente 350 gr de champiñones frescos durante un período de 50 años, para que el riesgo de desarrollar tumores sea significativo.

Reproducción

Los basidomicetos en general presentan tanto reproducción sexual como asexual. La reproducción sexual involucra la formación de basidiosporas. En este último tipo pueden intervenir solo un progenitor (homotálica, seudohomotálica) o intervenir más de uno (heterotálica).

Reproducción asexual

En Agaricus bisporicus, como en el resto de los basidomicetes, la reproducción asexual puede ocurrir por fragmentación del micelio.

Reproducción sexual

La reproducción sexual en el champiñón común puede variar ligeramente dependiendo de la variedad de la cual se trate. Tres taxones son anfitálicos, es decir, a la vez heterotálicos y pseudohomotálicos. El ciclo reproductivo de Agaricus bisporus var. bisporus es anfitálico con predominancia del pseudohomotalismo.

En esa subespecie o variedad, un esporóforo produce una mayoría de esporas heterocarióticas y un pequeño porcentaje de esporas homocarioticas. En A. bisporus var. burnettii al contrario que en la anterior, existe predominancia hacia el seudohomotalismo, en donde las esporas son mayoritariamente homocarióticas.

Agaricus bisporus var. eurotetrasporus es homotálica. El micelio y el esporóforo son haploides, la fusión de núcleos gaméticos y la meiosis tienen lugar en el basidio a partir de núcleos idénticos.

Ciclo de vida

Una basidiospora germina para producir un micelio primario haploide, luego un par de micelios de tipo reproductivo distinto (o dos hifas de un micelio si es una variedad homotálica) se fusionan y se obtiene como resultado un micelio secundario en el cual no ocurre la cariogamia.

El micelio secundario crece en el suelo y cuando las condiciones son óptimas, desarrolla el cuerpo fructífero que emerge del suelo. Este cuerpo fructífero (carpóforo) está formado por el pie y el sombrero o píleo. En la parte inferior del sombrero se encuentra el himenio con cientos de laminillas, donde se alinearán los basidios.

Luego de pocos días, los dos núcleos de cada basidio se fusionan para producir un cigoto diploide, el cual rápidamente sufre meiosis para formar las esporas haploides. En cada basidio se producirán dos esporas, lo cual es característico y da origen al nombre de la especie.

Nutrición

Agaricus bisporus es una especie saprófita y se alimenta de materia orgánica en descomposición, para lo cual libera una serie de enzimas que le permite digerir dicha materia orgánica y luego absorberla. En cultivo se aprovecha este tipo de alimentación del hongo cultivándolo directamente en composteros.

Una combinación que resulta adecuada en el cultivo de estas setas contiene paja de avena, cebada o trigo, aserrín, tierra arenosa y estiércol de caballería.

Referencias

  1. Agaricus bisporus. En Wikipedia. Recuperado de: en.wikipedia.org.
  2. M.A. Calvo Torras, M. Rodríguez & L. Domínguez (2011). Agaricus bisporus: cultivo, problemas y prevención. Anales de la Real Academia de Doctores de España.
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  5. W. Breene (1990). Nutritional and medicinal value of special mushrooms. Journal of Food Products.
  6. G. Mata, R. Medel, P. Callac, C. Billette & R. Garibay-Orijeld (2016). Primer registro de Agaricus bisporus (Basidiomycota, Agaricaceae) silvestre en Tlaxcala y Veracruz, México. Revista Mexicana de Biodiversidad.
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