Ciencia

Alfred Russel Wallace: quién fue, biografía, teoría, aportes


¿Quién fue Alfred Russel Wallace?

Alfred Russel Wallace (1823-1913) fue un explorador, biólogo y naturalista británico que propuso la teoría de la evolución llevada a cabo mediante la selección natural, independiente de la de Charles Darwin (1809-1882).

Ambos científicos llegaron a la misma conclusión durante el mismo período, y fue lo que llevó a Darwin a publicar sus hallazgos logrados después de 20 años de investigación.

Wallace también es distinguido por haber realizado un arduo trabajo de campo, primero por el Amazonas brasileño y luego por el archipiélago malayo, en el sudeste de Asia.

En sus exploraciones se percató de la distribución geográfica de las especies de cada región, por lo que se le conoce como el padre de la biogeografía.

Otro de los rasgos que caracterizaron a este científico fue su inclinación por el espiritualismo, lo que lo diferenció de forma radical de Darwin.

Wallace defendía fielmente la creencia de que existía un origen divino, el cual le otorgó la vida a las diferentes especies que habitan la Tierra. Esta idea creó mucha polémica entre los evolucionistas.

Biografía de Alfred Russel Wallace

Nacimiento y familia

Alfred Russel Wallace nació el 8 de enero de 1823 en Usk (Gales) y falleció el 7 de noviembre de 1913 en Broadstone, Inglaterra, a los 90 años.

Sus padres fueron Mary Ann Greenell y Thomas Vere Wallace. La familia Wallace era de clase media; sin embargo, debido a la realización de malos negocios, tuvieron muchos problemas económicos. 

Estudios realizados

Cuando tenía cinco años, Alfred Russel se trasladó junto con su familia al norte de Londres. Allí recibió clases en la Hertford Grammar School hasta 1836, cuando tuvo que abandonar la escuela debido a las dificultades económicas que afrontaba la familia.

Tras esto, se mudó a Londres junto con uno de sus hermanos mayores, William, quien lo instruyó en la disciplina de la agrimensura, rama de la topografía que se encargaba de delimitar las superficies terrestres.

Se considera que Wallace fue un joven autodidacta ya que, a pesar de la difícil situación financiera, se dedicó a asistir a diversas conferencias y a leer diferentes libros que adquiría a través del Instituto de Mecánica de la ciudad.

Durante 1840 y 1843, Wallace se propuso ejercer el oficio de agrimensor en el oeste de Inglaterra. No obstante, el negocio de su hermano mayor tuvo un fuerte decrecimiento en aquella época, por lo que Alfred se vio obligado a dejar el trabajo un año después.

Faceta de profesor

Posteriormente adquirió otro empleo como profesor en la Collegiate School, ubicada en Leicester. Allí, Wallace dio clases de agrimensura, dibujo y cartografía. 

Gracias a su notable interés académico, Wallace pudo conocer al naturalista y explorador Henry Walter Bates (1825-1892), de quien se hizo muy amigo. En aquel entonces Bates ya tenía experiencia en el mundo de los insectos y sabía de qué manera atraparlos, conocimiento que influyó en Wallace.

Tras la muerte de su hermano William en 1845, Alfred decidió aceptar un empleo como ingeniero civil en una compañía de ferrocarriles; esto le permitió pasar mucho tiempo al aire libre, satisfaciendo su curiosidad como biólogo.

Viajes emprendidos

Para poder viajar por el mundo, el naturalista tuvo que ahorrar mucho, pues el viaje lo costearía él. Se embarcó hacia Brasil junto con Henry Bates, con la finalidad de recolectar una gran cantidad de insectos y venderlos en el Reino Unido.

Durante su primera expedición a la selva amazónica, en 1849, Wallace rellenó cientos de cuadernos con sus anotaciones; sin embargo, por causa de un naufragio del cual pudo sobrevivir, perdió casi todos sus apuntes y especímenes.

A pesar de esto, el científico no se dio por vencido, y en 1854 se fue al archipiélago malayo. Durante esta exploración, Wallace logró archivar un aproximado de 125.000 especies, siendo estas en su mayoría escarabajos.

Contexto histórico y científico

En el momento en el que Wallace se desarrollaba como naturalista, se manejaba la teoría conocida como catastrofista, que establecía que en la Tierra había ocurrido una serie de hecatombes casi consecutivas, siendo la última de ellas el diluvio universal; recordemos que aquella época era profundamente religiosa.

Se consideraba que las únicas especies que habían sobrevivido dentro del arca eran las que se mantenían vivas para el momento. A partir de esta lógica, el resto de las especies se había extinguido.

La figura de Thomas Malthus

Thomas Malthus (1766-1834) ya había propuesto una teoría sobre la sobrevivencia de las especies, estableciendo que el ser humano se había visto en la necesidad de evolucionar, debido principalmente a la necesidad básica de la alimentación. 

Esta teoría implicaba que cada generación evolutiva se hace más lista, adaptándose al medioambiente. Esto trae como consecuencia que los supervivientes sean mucho más fuertes y adaptables que los que no lo consiguieron.

Antes se consideraba que las especies que sobrevivieron al diluvio universal se habían conservado de manera inmutable desde la creación divina; es decir, que siempre habían sido de la forma en la que se podían observar para aquel momento, manteniéndose invariables desde el origen de la vida.

Con los avances de la ciencia y los descubrimientos tanto de Wallace como de Darwin, estos conceptos comenzaron a cambiar, lo que permitió un gran progreso en los diferentes estudios biológicos y naturalistas.

Teoría de Wallace

Mediante sus trabajos de campo, Wallace decidió estudiar de qué forma la geografía afectaba la distribución de las diferentes especies.

Gracias a esto, el científico se dio cuenta de que existía la posibilidad de que los especímenes estrechamente relacionados coexistieran en el mismo espacio y en el mismo tiempo. Este fenómeno es conocido como la ley de Sarawak.

Selección natural

La idea de la selección natural se le ocurrió a Wallace gracias a Thomas Malthus, quien había propuesto la existencia de unos “frenos positivos” (enfermedades o desastres naturales).

Según Malthus, estos frenos tenían como finalidad controlar la natalidad y mortalidad del humano para que se mantuviese el equilibrio de la vida en el mundo.

De esta forma le llegó la idea de que en el mundo natural solo sobrevive aquel que sea más fuerte y tenga mayor capacidad para adaptarse al medioambiente.

Esto quiere decir que los cambios que ocurren dentro de las especies no son arbitrarios sino inducidos, y la finalidad es la preservación de la especie.

Diferencias entre las teorías de Darwin y de Wallace

A pesar de que ambos llegaron casi a las mismas conclusiones, existen algunas diferencias considerables entre los dos.

Uno de los aspectos que diferencian a Wallace de Darwin, es que Wallace decidió estudiar al ser humano como algo más que una especie, nutriéndose de diferentes culturas, etnias y civilizaciones.

Wallace estaba convencido de que el ser humano escapaba de las leyes evolutivas, puesto que consideraba que tanto la inteligencia como el habla (características propias humanas) eran habilidades que no podían explicarse mediante la evolución.

Pensaba que la mente humana había sido infundida de forma inexplicable en algún simio evolucionado; según el autor, esto se llevó a cabo gracias a lo que definió como “el mundo invisible del espíritu”.  

Por otra parte, una de sus teorías más conflictivas fue la afirmación de que era posible la transmisión del pensamiento a distancia; es decir, que consideraba viable la existencia de lo que se conoce como medium.

Esta clase de ideas no permearon de manera favorable en las escuelas de ciencia, provocando el rechazo de sus teorías.

En otras palabras, Wallace apostaba por un origen espiritual mientras que Darwin mantuvo un punto de vista más científico.

Se dice que Wallace fue tratado injustamente por la historia de la ciencia, ya que algunos estudiosos consideran que él fue el verdadero descubridor de la evolución de las especies. En otras palabras, algunos le atribuyen a Wallace el descubrimiento de la selección natural como motor de la evolución.

No obstante, el mismo Wallace nunca cuestionó a Darwin como padre de la evolución. Según algunos historiadores, la modestia de este autor causó que en la actualidad se conozca como darwinismo lo que realmente debería ser el “wallacismo”.

Sin embargo, hay que acotar que ya Darwin tenía dos décadas investigando el tema, y que la aparición de Wallace solo apresuró la publicación de su obra, redactada y lista. No la había publicado por temor a lo que pudiese generar.

Y hay que decir también que Darwin presentó los dos trabajos, no solo el suyo, pero luego de publicar El origen de las especies por medio de la selección natural, en 1859, Wallace cayó en el olvido.

Otros aportes

Espiritismo y la creencia en un origen inexplicable

Wallace se dedicó a estudiar la mente humana.

Esta curiosidad por el cerebro humano nació del hecho de que, para Wallace, el ser humano era especial y diferente en comparación con las demás especies, no solo en su origen, sino también en su desarrollo y en su esencia.

Aportes biogeográficos y ecológicos

A Wallace se le atribuye la creación de los principios de las regiones zoogeográficas, que consisten en una serie de divisiones de la Tierra basadas en la evolución geológica y se llevan a cabo teniendo en cuenta los diferentes patrones de distribución.

También se anticipó a la preocupación por preservar el medioambiente ya que, a través de sus estudios, pudo percatarse del impacto negativo que genera el humano en la Tierra, pronosticando las consecuencias de la deforestación.

Referencias

  1. Villena, O. (1988) Alfred Russel Wallace: 1833-1913. Recuperado de revistas.unam.mx
  2. Vizcanio, S. (2008) Alfred Russel Wallace Crónica de un hombre olvidado. Recuperado de sedici.unlp.edu.ar
  3. Wallace, A. (1962) The Malay Archipelago: The Land of the Orang-utan and the Bird of Paradise. Recuperado de books.google.es
  4. Wallace, A. (2007) Darwinism: An Exposition of the Theory of Natural Selection with Some of Its applications. Recuperado de books.google.es
  5. Wallace, A. (2007) The geographical distribution of animals. Recuperado de books.google.es