100 frases de Michel Foucault para entender su pensamiento
Michel Foucault fue un filósofo e historiador francés, especialmente conocido por sus trabajos sobre la sexualidad humana y sus análisis sobre la relación entre el conocimiento y el poder. Al final de su vida Foucault era considerado el intelectual más influyente de Francia; en la primera década del siglo XXI fue el autor más citado en las investigaciones de humanidades.
Foucault estaba interesado en el cambio social y en el poder, y estudió particularmente los cambios de la Revolución francesa. Pensaba que aunque el cambio desde la monarquía a la democracia supuso un abandono de la tortura, en realidad el control pasó a ser mental.
En su obra Vigilar y castigar (1975) argumenta que la sociedad francesa ha realizado una reconfiguración del castigo, con la vigilancia y disciplina que existen en las prisiones, asilos, centros psiquiátricos, escuelas y centros de trabajo.
Las mejores frases de Michel Foucault
En estas frases de Michel Foucault podrás reflexionar sobre sus ideas y conocer otras que aún no conocías. Están tomadas de sus principales obras publicadas.
La libertad de pensamiento trae más peligros que la autoridad y el despotismo.
Tener ideas propias conlleva más responsabilidades que obedecer los mandatos de otras personas.
Las personas saben lo que hacen, frecuentemente saben por qué lo hacen. Pero, lo que no saben es qué hace lo que ellos hacen.
Generalmente, las personas no somos capaces de tener en cuenta la repercusión y las consecuencias de nuestros actos.
No soy un profeta. Mi trabajo es abrir ventanas en donde alguna vez hubo muros.
No todo es blanco y negro, debemos saber ver los matices de cada situación.
El conocimiento es poder.
En el mundo de hoy, las personas que más conocimientos tengan, serán las que tengan la fuerza para ejercer sus voluntades.
¿Por qué deberían ser la lámpara o la casa objetos de arte y no nuestra propia vida?
El arte debe enfocarse en las subjetividades de la vida humana, en los campos de lo íntimo, lo público y lo privado, y no quedar agotado en los objetos materiales.
Sería hipócrita o ingenuo pensar que la ley fue hecha por todos y en nombre de todos.
Las leyes son confeccionadas por las personas que se encuentran en el poder, y las hacen pensando y protegiéndose sus derechos; sin contemplar al resto del pueblo.
La mirada que ve es la mirada que domina.
Para Foucault, quien tiene acceso a información, tiene acceso al poder.
Únicamente aquello que nunca deja de doler se queda en la memoria.
Las heridas que ya sanamos se nos olvidan, pero las que aún no hemos conseguido curar son las que recordamos.
El conocimiento no es para saber, es para cortar.
Debemos utilizar todo lo que aprendemos para crecer y evolucionar como personas, no solo para acumular conocimientos sin sentido.
No me preguntes quién soy y no me pidas que sea siempre igual.
Las diferentes experiencias vividas por una persona hacen que esta cambie su forma de ver las cosas, y tal vez algo que antes le parecía correcto, ahora lo reprueba.
No hay ninguna gloria en el castigo.
Castigar a las personas no hace que estas cambien sus malas actitudes.
Donde hay poder, hay resistencia.
Cuando hay personas que tienen más poder que otras, éstas lucharán para equiparar sus fuerzas.
Hay formas de opresión y dominación que se vuelven invisibles; la nueva normalidad.
Muchas veces los poderosos utilizan formas para dominar a las masas, las cuales encubren como si fueran normales.
No he tratado de escribir sobre la historia de ese lenguaje, sino sobre la arqueología de ese silencio.
En sociología los silencios son tan significativos como los discursos. No decir algo también tiene un significado.
En política y análisis social, aún no hemos cortado la cabeza del rey.
Todavía no se ha encontrado la forma que la política haga una sociedad más equitativa para todos sus miembros.
De manera funcional, el poder de castigar esencialmente no difiere de los de curar y educar.
Se requiere la misma cantidad de recursos para castigar a una persona que para educarla o garantizar su salud y bienestar.
La prisión es el reclutamiento del ejército del crimen. Eso es lo que logra.
Encerrar a todos los criminales juntos no hace que estos aprendan a vivir de otra forma, sino que continúa formándolos en las malas formas.
Las escuelas sirven el mismo propósito que las prisiones y las instituciones mentales: definir, clasificar, controlar y regular a las personas.
Las escuelas deberían brindarles las herramientas a las personas para que sepan razonar por sus propios medios, y no hacer que sean todas iguales.
Es increíble cuánto le gusta juzgar a la gente.
Debemos meternos en nuestros propios asuntos y no juzgar a las demás personas.
De la idea de que una identidad no nos ha sido dada, creo que solo queda una consecuencia práctica: debemos crearnos a nosotros mismos como una obra de arte.
Cada persona tiene la capacidad de crearse a sí misma y de hacer lo que realmente la haga feliz.
La muerte dejó su viejo y trágico cielo y se convirtió en el centro poético del hombre: en su verdad invisible, en su secreto visible.
La sociedad moderna desmitificó a la muerte, y la trató de una forma más natural.
La vigilancia es permanente en sus efectos, incluso cuando es discontinua en su acción.
Las personas que saben que están siendo observadas, sienten continuamente la presión del observador, sin importar si éste los está observando o no.
Estamos entrando en la época de la examinación infinita y la objetificación obligatoria.
La sociedad moderna está tratando a las personas como objetos, como productos, los cuales son examinados y encasillados en diferentes grupos, a los cuales se les ofrecen cosas, y no como seres humanos.
El marxismo existió en el siglo XIX como pez en el agua: incapaz de respirar en otro lugar.
Las ideas marxistas solo tienen validez en el contexto mundial que se vivía en el siglo XIX. Hoy en día son imposibles de aplicar.
No siento que sea necesario saber con certeza qué soy.
Debemos concentrarnos más en lo que queremos hacer y en lo que sentimos.
Mi punto no es que todo es malo, sino que todo es peligroso.
La peligrosidad de las cosas no las hace malas.
El juego vale la pena siempre y cuando no sepamos cuál será su final.
La incertidumbre de lo que puede llegar a ocurrir es lo que hace entretenidas a las cosas.
Todo es peligroso, nada es inocente.
Todo lo que hacemos tiene sus riesgos.
Desde el punto de vista de la riqueza, no hay diferencia entre necesidad, confort y placer.
Las personas que tienen los medios para obtener lo que quieren, no sienten el mismo placer que pueden sentir las demás personas al obtener algo que desean.
Tal vez el objetivo hoy en día no es descubrir qué somos, sino oponernos a lo que somos.
Para crecer y evolucionar como seres humanos, necesitamos ir en contra de todo lo establecido y repensarnos como sociedad.
El principal interés en la vida y el trabajo es convertirse en alguien que no se era al principio.
Debemos buscar trabajos y experiencias que nos hagan crecer como personas.
¿Están las cárceles sobrepobladas o la población está sobre-encarcelada?
Muchos de los presuntos criminales que hay en las prisiones están ahí porque el mismo sistema los acorrala y no les da opciones para vivir bien; y no les queda otra opción que la de delinquir.
De ser el objeto de una experiencia religiosa santificadora, la pobreza se convirtió en el objeto de una concepción moral que condena.
En la antigüedad, la pobreza era bien vista; en cambio en la actualidad se la reprueba.
Uno únicamente existe fijado a relaciones definidas de dominación.
Todas las relaciones que tenemos en nuestra vida se encuentran bajo una graduación de poder.
Los sueños engañan, llevan a confusiones, son ilusorios. Pero, no están errados.
Dentro de la irracionalidad de los sueños se expresan nuestros más profundos deseos.
El poder no es una institución, tampoco una estructura. No es una fuerza particular de las que se nos haya dotado. Es el nombre que uno le atribuye a una situación estratégica compleja en una sociedad particular.
El poder es algo abstracto, y es ejercido por una persona o institución que posee ciertas ventajas sobre algún o algunos individuos en una situación en particular.
Estoy irremediablemente enamorado del recuerdo. Un eco de otro tiempo, otro lugar.
Siempre recordamos con cariño los sucesos agradables de nuestro pasado.
Somos más libres de lo que pensamos.
Realmente tenemos la libertad de hacer muchas más cosas de las que nos permitimos hacer en nuestras vidas.
Cree que lo que es productivo no es sedentario, es nómada.
Las sociedades cambian con el paso del tiempo, y también nosotros debemos cambiar y evolucionar para mantenernos activos.
En cada momento, paso a paso, uno debe confrontar lo que está pensando y diciendo con lo que uno está haciendo, con lo que uno es.
Debemos ser consecuentes con nuestros actos y hacer lo que pensamos y decimos.
No hay un silencio, hay muchos. Todos ellos son parte integral de las estrategias que subyacen a los discursos y los permean.
Cuando se intenta imponer algo en una sociedad, muchos efectos negativos de lo que se quiere imponer no se dicen; de esta manera resulta más aceptable para dicha sociedad y termina aceptando lo impuesto.
El intelectual fue rechazado y perseguido en el momento preciso en el que los argumentos fueron incontrovertibles.
Los grandes poderes intentaron callar a las personas que lograban exponer las mentiras creadas por estos para dominar al pueblo.
La política no es lo que pretende ser, la expresión de una voluntad colectiva. La política respira bien únicamente donde esta voluntad es múltiple, dudosa, confusa, y oscura, incluso para sí misma.
La política funciona bien cuando todas las voces son escuchadas de la misma forma, y no cuando solo se escuchan unas pocas.
Lo que busco es una apertura permanente de posibilidades.
Siempre debemos buscar los diferentes caminos posibles para resolver algo.
Uno crea la guerra para ganar, no porque sea justa.
Las guerras se utilizan para imponer unas ideas sobre otras, sin importar cuál de las dos sea mejor.
¿Qué deseo puede ser contrario a la naturaleza, si el deseo fue dado al hombre por la naturaleza misma?
Todo lo que un ser humano piensa, lo hace gracias a la naturaleza.
Este conocimiento, tan inaccesible, tan formidable, el tonto, en su idiotez inocente, ya lo posee.
Hay ideas que resultan muy complejas de entender para los que estudian mucho y son fácilmente entendidos por otros menos preparados académicamente.
El hombre moderno no es ese que se va a descubrirse a sí mismo, sus secretos y sus verdades ocultas; es el hombre que trata de invertirse.
Con esta frase, Foucault cita a Baudelaire, para indicar que el hombre moderno no es un ser libre, es uno que debe enfrentarse a la tarea de construirse a sí mismo.
Uno siempre debería tratar de localizar al poder en el extremo de su existencia, donde siempre es menos legal en carácter.
El ejercicio de poder llevado a los extremos puede valerse de medios ilegales para su acción.
Nuestra sociedad no es una para el espectáculo, sino para la vigilancia.
Según Foucault, los espacios donde vivimos no son escenarios de la vida cotidiana, son lugares funcionales dispuestos para el control de sus habitantes.
La locura, en sus palabras salvajes e indomesticadas, proclama su propio significado; en sus quimeras pronuncia su verdad secreta.
Para Foucault, todo discurso que salga de lo normal es producto de la locura. Sin embargo, esto no evita que desde sus motivaciones más profundas pueda expresar su propia verdad.
Las creencias religiosas preparan una especie de paisaje de imágenes, un medio ilusorio favorable para cada alucinación y cada delirio.
Las creencias de la religión católica se encuentran fundamentadas en un discurso fantástico, que lleva a sus creyentes a avalar eventos sobrenaturales y milagrosos.
La naturaleza, guardando únicamente secretos inútiles, ha puesto al alcance de los seres humanos y de manera visible, las cosas que ellos necesitaban conocer.
La naturaleza no se encuentra oculta para que el ser humano la explore, esta se presenta tal cual es para su estudio.
Con la humanidad, la vida ha terminado con una criatura que nunca se encuentra a sí misma en el lugar adecuado, una criatura destinada a deambular y a cometer errores de manera interminable.
El ser humano es la única forma de vida en la tierra que se cuestiona sobre su existencia, sin encontrar respuesta a sus preguntas y repitiendo numerosas veces los mismos errores.
El europeo no sabe quién es él. Él ignora que las razas se mezclaron en él. Él busca cuál podría ser su papel. Él no tiene individualidad.
Foucault piensa que el sujeto se encuentra definido por la genealogía y la historia que hicieron posible su existencia. El no reconocer su origen, el hombre europeo carece de subjetividad.
Desde un punto de vista cristiano, el razonamiento humano parece una locura, comparado con el razonamiento de Dios. Pero, el razonamiento divino parece una locura para el razonamiento humano.
Las respuestas dadas por personas con quienes no compartimos las mismas creencias parecen descabelladas.
El poder es cualquier cosa que tienda a inmovilizar y volver inalcanzables esas cosas que nos son ofrecidas como reales, ciertas y buenas.
El ejercicio del poder se da cuando se impide que tengamos acceso a las cosas que se nos han ofrecido o queremos.
El lenguaje de la psiquiatría es un monólogo de la razón sobre la locura.
Las disciplinas que estudian el comportamiento humano desde una postura racional, son las encargadas de entablar discusiones sobre temas relacionados con la locura.
El individuo es el producto del poder.
Para Foucault, el individuo con su identidad y características es producto de una relación de poder ejercida sobre su cuerpo, diversidad, deseos y fuerzas.
La visibilidad es una trampa.
Aquel que es fácilmente reconocible se encuentra expuesto.
Lo que me sorprende es que, en nuestra sociedad, el arte se ha convertido en algo que únicamente se relaciona con objetos, y no con individuos o la vida.
El arte debe buscar la compresión de la vida y la exaltación de la individualidad, no la escenificación de los objetos materiales.
La justicia siempre debe cuestionarse a sí misma, así como la sociedad solo puede existir a través del trabajo que hace sobre sí misma y sus instituciones.
La justicia debe ser un organismo vivo, cuyas leyes vayan transformándose a medida que la sociedad va cambiando.
El adversario estratégico es el fascismo… el fascismo que todos tenemos dentro de nuestras cabezas y en nuestro comportamiento cotidiano. El que hace que amemos al poder que nos domina y nos explota.
Nunca debemos simpatizar por las personas poderosas que nos dominan, ya que estas son las que nos explotan.
Las leyes no fueron creadas por la gente común, ni por los campesinos, ni por el proletariado; sino por la burguesía, como un arma táctica en el sistema de divisiones que deseaban imponer.
Las leyes benefician a los poderosos, protegiendo sus intereses y no contemplan las necesidades del pueblo.
El problema con el islam como fuerza política es fundamental para nuestro tiempo y los años próximos, y no se puede abordar con un mínimo de inteligencia si partimos desde una posición de odio.
Para poder dialogar y llegar a un acuerdo con algo que es completamente diferente a nuestro pensamiento, debemos hacerlo desde la aceptación y la tolerancia.
No escribo un libro para que sea la última palabra; lo escribo para que otros libros sean posibles, sin que sean escritos necesariamente por mí.
Los libros tienen la capacidad de generar nuevos razonamientos en diferentes personas, las cuales pueden aportar nuevo conocimiento sobre el tema tratado.
La “ilustración” que descubrió las libertades, también inventó las disciplinas.
Las libertades obtenidas por las clases sociales más bajas, en realidad no son tan así, ya que siguen viviendo una vida de desigualdad de oportunidades y trabajo forzado.
Es la conexión del deseo con la realidad lo que posee fuerza revolucionaria.
La revolución se da cuando pasamos de un pensamiento a la acción de concretarlo.
Debemos estar en el nacimiento de las ideas, en su estallido de fuerza; no en los libros que las expresan, sino en los hechos que las manifiestan.
Para que las ideas se lleven a cabo, deben materializarse en la vida real. Y es ahí en donde está la verdadera lucha, no en los libros.
La primera tarea de un médico es… política: la lucha contra las enfermedades debe comenzar con una guerra contra los malos gobiernos.
Las malas políticas hacen que las personas vivan en malas condiciones y no garanticen su bienestar, haciendo que contraigan enfermedades que podrían ser evitables.
La corte es la burocracia de la ley. Si se burocratiza la justicia popular, entonces se le da la forma de una corte.
Las cortes y los tribunales de justicia fueron creados para brindarles, en principio, un juicio justo a los ciudadanos que cometían delitos, y no juzgarlos sin conocer en profundidad las causas.
Es la certeza de ser castigado y no el horroroso espectáculo del castigo público, lo que debe desalentar al crimen.
Lo que debe amedrentar al delincuente es la pena en sí, y no la exposición de la misma.
En las regiones más oscuras del campo político, el hombre condenado representa la figura simétrica inversa del rey.
Los condenados son la clase más baja de una sociedad, así como el rey es la más alta.
El gobierno es la correcta disposición de las cosas.
Los gobernantes deben ser las personas encargadas de garantizar que a ningún ciudadano le falte nada, y que los recursos sean bien distribuidos.
La locura es el falso castigo de una solución falsa, pero por su propia virtud revela el verdadero problema, el cual puede ser resuelto luego.
Cuando se pierde el control, se actúa de forma irracional, y al hacer esto es posible ver el posible trauma que afecta a una persona.
Como la arqueología de nuestros pensamientos fácilmente muestra, el hombre es una invención reciente. Y, tal vez esté acercándose a su final.
El ser humano como tal, no tiene muchos años, comparado con el resto de las cosas; y sus actitudes lo están encaminando cada vez más a su fin.
Estamos entrando a la era de la examinación infinita y de la objetivación obligatoria.
La sociedad moderna tiende a analizar todo lo que sucede, exhaustivamente.
Debajo de la humanización de las penas, lo que se encuentra son aquellas reglas que autorizan, o exigen la “indulgencia”, como economía calculada de la pólvora para castigar.
Para Foucault, el hecho de que las penas sean menos severas que en la antigüedad no se debe a un acto benigno del sistema, sino a una mejor distribución de los recursos para disminuir los costos económicos de las mismas.
El castigo debe proceder del crimen; la ley debe parecer una necesidad de las cosas, y el poder debe actuar mientras se oculta bajo la suave fuerza de la naturaleza.
Los crímenes deben ser castigados dependiendo de su gravedad y el castigo debe ser ejemplar.
Los pobres vagabundos, criminales y locos harán el papel de leprosos.
En la antigüedad, a los leprosos se los apartaba y excluía de la sociedad, cosa que hoy en día se hace con los criminales, vagabundos y locos.
Es en esta relación de clase entre burguesía y proletariado donde comienza a funcionar el sistema penitenciario condensado y remodelado.
Las cárceles comenzaron a funcionar para contener a las personas del proletariado que delinquían.
El objetivo principal del sistema penal es el de detener la continua ilegalidad de las clases bajas y la organización de un mundo de delincuencia.
El sistema penal solo se enfoca en la delincuencia de las clases sociales más bajas, pero no lucha contra los delincuentes que existen en las otras escalas sociales.
Para un hombre, el exceso y la pasividad son las dos mayores formas de la inmoralidad en la práctica de las aphrodisia.
La aphrodisia hace referencia a los gestos y contactos que brindan cierta forma de placer; para la cual, los extremos son malos.
La vigilancia policial provee a la prisión con infractores, a los cuales ésta convierte en delincuentes.
Las prisiones convierten a los pequeños infractores en delincuentes, ya que en su interior conviven todos juntos, y estos aprenden las malas costumbres.
No hay que olvidar que la política ha sido concebida como una continuación, sino de la guerra, del modelo militar, como medio fundamental para prevenir el desorden civil.
A través de la política se resuelven, de forma pacífica, los conflictos que en el pasado se resolvían con violencia.
La normalización se convirtió en uno de los mayores instrumentos del poder al final de la época clásica.
Al normalizar ciertas actividades, las clases dominantes controlaban al pueblo sin que éste se revelara.
El terror de las ejecuciones públicas creaba focos de ilegalidad.
Las ejecuciones públicas solían ser un lugar de riñas, robos, gritos contra la autoridad, e intentos de liberación de los condenados.
La gente nunca se sintió más cerca de los que pagaron la pena, que en esos rituales destinados a mostrar el horror del crimen y la invencibilidad del poder.
Las ejecuciones públicas, en vez de infundir miedo en los que observaban y servir de ejemplo para que no cometan delitos; hacía que el pueblo se identifique con las víctimas y simpatice con ellas.
El nombre del autor manifiesta la aparición de un determinado conjunto discursivo e indica el estatus del discurso dentro de una sociedad y una cultura.
Los textos que tienen autor, le dan contexto al mismo y lo ubican dentro de una categoría.
Es sorprendente que las prisiones sean parecidas a las fábricas, escuelas, cuarteles, hospitales… los cuales se parecen a las cárceles.
Foucault remarca la similitud en la construcción de estos edificios, los cuales son diseñados para que las personas permanezcan en su interior, sin ver el exterior.
No soy un historiador profesional, nadie es perfecto.
Todos cometemos errores.
La prisión es el único lugar donde el poder se manifiesta tal como es, en su forma más expresiva, y donde es justificado como fuerza moral.
En las prisiones se utiliza la justificación moral de lo bueno y lo malo para cometer actos despiadados con los detenidos, sin ser mal vistos.
Mi relación con las personas de ese lugar es como la de un actor o un acróbata. Cuando termino de hablar tengo una sensación de soledad absoluta.
Con esta frase, Foucault hace referencia a la audiencia encargada de asistir a sus charlas en Francia, quienes no le daban ningún tipo de retroalimentación después de escucharlo.
El ideal no es construir herramientas, sino bombas.
Para Foucault los libros son bombas, útiles únicamente en el momento en el que son lanzados y leídos por la gente. Después de esto, desaparecen.
La ejecución pública no restableció la justicia, reactivó el poder.
Al ejecutar al último rey de Francia y acabar con la monarquía, no mejoraron las condiciones para el pueblo, únicamente se transfirió el poder a una nueva figura.
Vivimos cercados por escenarios.
De acuerdo con Foucault, la decadencia de las sociedades europeas es un espectáculo, digno de ser representado en una obra de teatro.
El poder popular únicamente escucha sus intereses y deseos. Es violento e impone su voluntad sobre todo el mundo.
El poder popular no es ignorante, es otra forma de poder que vela porque sus intereses predominen, incluso a costa del cumplimiento de la ley.
Si todo es peligroso, entonces siempre tendremos algo para hacer.
Lo peligroso se presenta como un problema o problemática por resolver. Si nos encontramos en un medio donde todo es peligroso, permanente estaremos encargados de resolver algo.
La institución del dinero aparece en el corazón de la práctica de la medición.
Antes de que existiera el dinero, existían múltiples maneras de medir el mundo y cuantificarlo. Con la creación del dinero, estas maneras pasan a un segundo plano.
Llamar al sexo por su nombre después del siglo XVII se ha hecho más difícil y costoso.
El lenguaje ha sometido la libertad de expresión y su libre circulación, tornando al sexo en un tema lleno de misterio.