Medicina

Tenesmo vesical: qué es, fisiología, causas, tratamiento


¿Qué es el tenesmo vesical?

El tenesmo vesical es la necesidad apremiante de orinar, ocurriendo de manera repetida, aunque la vejiga se encuentre vacía. Es un síntoma que se relaciona con el esfuerzo voluntario al percibir la plenitud vesical, sintiendo necesidad de orinar.

El tenesmo vesical acompaña otros síntomas de trastornos urinarios. La polaquiuria y disuria, que implican dolor y dificultad para la micción, son algunos síntomas asociados.

Es importante no confundir el tenesmo con la urgencia miccional; la urgencia ocurre al estar la vejiga llena de orina, impulsando a la persona a realizar la micción de inmediato al sentir que no puede contenerse.

El tenesmo vesical es un síntoma inespecífico que consta básicamente de diversos mecanismos reflejos involucrados, que inician contracciones del músculo liso vesical, promoviendo la aparición de tenesmo, siendo múltiples sus causas. El tratamiento sintomático producirá alivio del tenesmo vesical, pero puede haber recurrencias.

Un diagnóstico adecuado de las causas, y la instauración de un tratamiento de las mismas determinará la eliminación definitiva del molesto síntoma.

Anatomía y fisiología

El mecanismo fisiopatológico del tenesmo requiere comprender su anatomía y fisiología.

Descripción anatómica

La vejiga urinaria es un órgano predominantemente muscular que se encuentra detrás del pubis; posee propiedades elásticas que permiten su ensanchamiento, siendo su función contener la orina.

El músculo vesical se llama detrusor, con funciones de relajación y contracción, involucrado en su llenado y vaciado.

Un espacio triangular ubicado en la pared de la vejiga, llamado trígono, corresponde a la desembocadura de los uréteres que transportan la orina desde los riñones al esfínter urinario. Más allá del esfínter las vías urinarias se continúan con la uretra encargada de llevar la orina al exterior.

El detrusor y el esfínter vesical poseen acciones opuestas y coordinadas: la relajación de uno implica la contracción del otro.

Fisiología

La micción posee componentes voluntarios e involuntarios: el primero es consciente, permitiendo que se pueda aguantar para el vaciado de la vejiga, mediante la acción voluntaria sobre el esfínter vesical.

El componente involuntario de la micción se encuentra determinado por el sistema nervioso autonómo: la inervación simpática dependiente del plexo nervioso hipogástrico y la inervación parasimpática establecida por el plexo sacro. Ambos sistemas nerviosos se encuentran coordinando de manera simultánea las fases de llenado y vaciado de la vejiga.

Tanto las acciones de los distintos grupos musculares relacionados con la micción, como los reflejos que permiten este acto fisiológico han sido extensamente estudiados describiéndose hasta ahora un total de doce reflejos.

La micción requiere la acción coordinada de receptores de la pared vesical, los nervios autonómicos y sistema nervioso central. Los receptores de la pared captarán la tensión de producto de una vejiga llena, o la relajación después del vaciado.

El estímulo viaja por vía aferente hacia el centro pontino de micción (CPM) para coordinar el reflejo miccional; la respuesta efectora producirá el deseo de orinar. El CPM se ubica en el bulbo raquídeo, pero se cree que una estructura llamada locus coereleus participa también.

La respuesta efectora correspondiente será entonces:

  1. Vejiga llena: contracción del detrusor y relajación del esfínter;
  2. Vejiga vacía: relajación del detrusor e inicio del llenado, con contracción esfinteriana.

Mecanismos de micción

Existen tres mecanismos de los que depende la micción:

  • Motor involuntario: causa de la contracción del detrusor.
  • Motor voluntario:  contracción de músculos abdominales y control del esfínter.
  • Mecanismo sensorial: impulso nervioso aferente y eferente que produce la respuesta miccional.

Fisiopatología

La respuesta inducida que produce el tenesmo es algo compleja, involucrando múltiples receptores y efectores; sin embargo puede explicarse de una manera sencilla.

Cualquier estímulo capaz de producir inflamación de estructuras de la vejiga puede producir el reflejo miccional o tenesmo vesical. Igual sucede con la compresión de las estructuras vesicales o la presencia de cuerpos extraños en su interior.

Al ser estimulada la pared vesical, el impulso viaja al CPM, y se interpreta como vejiga llena. La respuesta enviada a la vejiga producirá la sensación característica del tenesmo vesical.

Es así como el tenesmo es un síntoma sensorial, dependiente de un estímulo irritativo de la vejiga, cuya consecuencia es una sensación molesta y repetida.

Causas

El tenesmo vesical es un síntoma relacionado a múltiples causas. Las infecciones son la causa más frecuente de síntomas urinarios, incluyendo tenesmo; otros factores como la presencia de cuerpos extraños, tumores o inflamaciones pueden también producirlo.

Una aproximación bastante precisa a las causas de tenesmo vesical aparece en un consenso de expertos en cuidados paliativos. Este consenso clasifica las causas de tenesmo de acuerdo a su origen en 6 grupos:

Infecciones

  • Bacterianas, que incluyen ITS, cistitis, uretritis o vaginitis causadas por bacterias.
  • Micóticas, como en el caso de candidiasis por Cándida albicans.
  • Virales, como las producidas por virus tipo herpes (Herpes simple).

Causas anatómicas

  • Tumores pélvicos.
  • Cistocele (protrusión de la vejiga).
  • Obstrucciones urinarias o estenosis uretral.

Causas inflamatorias

  • Amiloide.
  • Radioterapia y Quimioterapia, esta última inducida por el uso de Ciclofosfamida.
  • Cistitis idiopática.
  • Reacción a cuerpo extraño.

Inestabilidad vesical

  • Espasmo vesical primario o idiopático.
  • Espasmo vesical secundario, como contracciones debido a catéteres o coágulos sanguíneos.

Neoplasias

  • Cáncer de vejiga, uretra o de cualquier órgano pélvico.

Cuerpos extraños

  • Catéteres o sondas vesicales.
  • Cálculos en vejiga urinaria.

Otras

  • Reacciones de hipersensibilidad.
  • Trastornos pélvicos femeninos, incluyendo la enfermedad inflamatoria pélvica.

Tratamiento

El tratamiento del tenesmo vesical debe ser encaminado a la mejoría del síntoma, así como suprimir las causas de origen. Los tratamientos empleados, en algunos casos, pueden ser comunes a los usados para otros síntomas urinarios.

Entre los tratamientos más utilizados para el alivio sintomático se tiene:

Antiespasmódicos

Su efecto es antiespasmódico relajante de la musculatura lisa visceral.

  • Hioscina
  • Flavoxato, espasmolítico selectivo de vías urinarias bajas.

Analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINES)

Actúan inhibiendo los mediadores inflamatorios y del dolor.

  • Ibuprofeno
  • Diclofenac
  • Ketoprofeno
  • Ketorolac

Esteroides

Su efecto es netamente antiinflamatorio, logrando con esto el alivio sintomático

  • Prednisona
  • Deflazacort

Anestésicos locales

Usados de forma local, ya sea en gel, cremas o mediante instilación local.

  • Xilocaina (cuya presentación puede ser en gel para uso local).
  • Lidocaina.
  • Bupivacaina.

Antidepresivos tricíclicos

Aunque un efecto secundario de los antidepresivos tricíclicos puede ser la retención urinaria aguda, suelen ser útiles en síntomas urinarios crónicos.

  • Amitriptilina
  • Imipramina

Advertencias

La mención de estos fármacos es referencial, y sólo deben ser usados bajo indicación y estricta vigilancia médica.

Un diagnóstico adecuado determinará las causas de tenesmo vesical y su tratamiento.

El tratamiento de las causas de síntomas urinarios, incluyendo tenesmo, es importante para evitar la recurrencia de éstos.

Referencias

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