Los 20 estilos de aprendizaje más comunes
Hay distintos estilos de aprendizaje que responden a distintos modos de percibir lo que nos rodea. Desde el punto de vista neurocientífico, cada persona, al nacer, trae consigo un cerebro único, que se va moldeando con sus experiencias.
Si bien todos los seres humanos compartimos características neurobiológicas cerebrales, nuestros gustos, tendencias y experiencias dictan la manera en que las redes neuronales se conectan entre sí, y nos hacen únicos, del mismo modo en que tenemos distintas huellas digitales o líneas de la mano.
En este sentido, los diversos estilos de aprendizaje son las formas en que cada persona aprende más y mejor. En un entorno educativo, el maestro o profesor deberá tomar en cuenta estas diferencias y combinar diversas estrategias de enseñanza para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea óptimo y exitoso.
Los estilos de aprendizaje son una combinación de ciertos factores internos que le permiten a una persona interactuar con su entorno, percibirlo y responder a determinados estímulos educativos.
En otras palabras, todos tenemos diversas maneras de aprender y nos acercamos al conocimiento desde las propias habilidades, gustos y actitudes.
Índice del artículo
- 1 Principales estilos de aprendizaje
- 2 Estilos de aprendizaje según características personales
- 3 Estilos de aprendizaje por dimensiones
- 4 Estilos de aprendizaje por rasgos
- 5 Estilos de aprendizaje por preferencias personales y ambientales
- 6 Estilos de aprendizaje por interacción social
- 7 Cómo se procesa la información
La psicopedagogía y la psicología son las disciplinas que se han interesado en los procesos de aprendizaje y en cómo adaptar los lineamientos educativos para que los estudiantes puedan aprender mejor.
Hay cinco principales estilos que se agrupan en una primera clasificación que podríamos llamar sensorial: estilos auditivo, visual, kinestésico, verbal y multimodal. Esta clasificación se basa en que cada persona tiene un sentido con el que capta mejor lo que está a su alrededor.
Sin embargo, hay que aclarar que hay muchos más y que los seres humanos, en menor o mayor medida, compartimos una combinación de dos o más estilos.
El estilo auditivo es aquel en que la persona recuerda mejor y aprende mucho más cuando escucha que cuando lee. Los rasgos que puede presentar son los siguientes:
Prefiere escuchar a leer. Y si tiene que leer, lo hace en voz alta. Habla consigo mismo cuando repasa. Tiene facilidad para los idiomas y la música.
Muchas personas graban las explicaciones y luego las utilizan para estudiar. Tienen tendencia a seguir de manera correcta las explicaciones orales, prefieren estudiar en grupo porque se facilitan los debates y las discusiones. Suelen presentar mejor rendimiento en exámenes orales.
Tienen una memoria auditiva altamente desarrollada. Son alumnos que prestan atención en clases, aprenden mucho mejor mediante discusiones y debates y ponen más atención en películas, canciones, vídeos, charlas, etc.
Es el estilo de quien aprende más con las imágenes. Prefiere ver: le es más fácil aprender con dibujos, gráficos, fotografías, etc. Establece asociaciones mediante la visualización.
Responde mejor en exámenes escritos. Le gusta elaborar resúmenes, esquemas; subraya, escribe en las márgenes de los libros y toma notas en clase activamente.
Es el estilo de aprendizaje de quien prefiere la práctica: aprende más haciendo que leyendo, viendo o escuchando. Las personas kinestésicas son táctiles, es decir, a través de las sensaciones captan mejor la información.
Se mueven cuando estudian: caminan de un lado para otro, se levantan, etc.; prefieren estudiar en grupo y responden mucho más a los exámenes prácticos y en los laboratorios.
Es el estilo de quien prefiere leer y recuerda mejor lo aprendido. Le gusta leer antes que escuchar, el acercamiento al aprendizaje lo realiza a través de los textos.
También le gusta escribir apuntes y síntesis.
Es un estilo que presenta una combinación de varios grupos. De hecho, casi todas las personas tienen características de dos o más estilos, sin destacarse ninguno.
Por ejemplo, estudiantes a quienes les gustan las prácticas de laboratorio (kinestésicos) pero que también aprenden con imágenes (visual).
Este estilo caracteriza a las personas que participan activamente. Son creativas, improvisan, se involucran en el entorno –en clases, por ejemplo–, les gusta aprender cosas nuevas y no le temen al nuevo conocimiento. Suelen ser entusiastas y abiertas. Son de las que actúan primero y piensan después.
El estilo teórico refleja a quienes son metódicos, críticos, analíticos, disciplinados; utilizan la lógica. Los alumnos con este estilo suelen basar su aprendizaje en el pensamiento secuencial: “el paso 1 antecede al paso 2”. Son esquemáticos y objetivos.
Es reflexivo el estilo de quienes observan, analizan, ponderan. Son personas pacientes y prudentes. Los estudiantes reflexivos suelen analizar multitud de soluciones a un mismo problema y los ven desde diferentes ángulos.
Este estilo engloba a las personas realistas y objetivas. Suelen experimentar y resultan a menudo muy concretas y eficaces para realizar sus tareas. Prueban ideas, comparan pero siempre basándose en la realidad: las conclusiones abstractas las dejan de lado.
Los estudiantes tienden a ser prácticos, prefieren resolver problemas con procesos bien definidos. Se relaciona con el estilo pragmático porque también las personas sensoriales se basan en la realidad, en lo cuantificable y observable. Les gusta la experimentación (por ejemplo, los laboratorios prácticos de biología, química o física).
El estilo de aprendizaje sensorial requiere de prácticas, por eso quien lo presenta aprende mejor en los laboratorios, y en todas las actividades prácticas.
Prefieren los temas abstractos, no les gusta memorizar datos que no tienen un contenido significativo para ellos, tampoco les gustan los cálculos repetitivos. Adoran descubrir nuevas maneras de ver las cosas. Son personas muy creativas.
Estos estilos tienen que ver con cómo se sienten, cómo se perciben a sí mismos y cómo asumen el aprendizaje.
Los rasgos cognitivos hacen referencia a la manera en que las personas organizan, estructuran e interpretan la información y los contenidos.
En este sentido, pueden ser reflexivos, pragmáticos, teóricos…
Son los rasgos que tienen que ver con la motivación de cada uno, con las expectativas propias y con el entorno, así como la actitud que tienen los estudiantes para aprender.
Por ejemplo, algunos alumnos se sentirán tranquilos cuando tengan que exponer un tema ante los compañeros, y otros se sentirán amenazados, temerosos, angustiados, etc.
Hay estudiantes que se sienten a gusto y prefieren aprender con sus compañeros, les gustan las clases grupales, los debates, las discusiones.
Hay otros que prefieren estudiar a solas, se concentran mejor cuando no hay nadie alrededor.
Este estilo engloba el modo en que los estudiantes se acercan al aprendizaje: tiene que ver con la motivación, pues algunos prefieren el aprendizaje voluntario y otros la presión. Es decir, aprenden mejor de un modo u otro.
Las preferencias ambientales se refieren a la forma en que el entorno hace más propicio el aprender. Muchos alumnos eligen música para estudiar, y así retienen mejor lo que estudian. Otros gustan del silencio; otros más de ambientes naturales, o frente a ventanales luminosos, etc.
Son aquellos estudiantes que aprenden para ganarles a los demás. Compiten en todo con los compañeros, quieren tener la mejor calificación y ser los protagonistas en las clases.
Aprenden más cuando comparten ideas y conocimientos, y colaboran en clase tanto con el profesor como con sus compañeros. Ven el aprendizaje como algo interesante.
Los estudiantes de este estilo necesitan que el profesor les diga qué hacer. Siguen estrictamente las indicaciones y no suelen ir más allá.
Este estilo es de quienes buscan más información, sienten una gran curiosidad y les gusta sentirse motivados por aprender.
La psicología y la psicopedagogía han establecido estas diversas clasificaciones de los estilos de aprendizaje basándose en la manera que tiene el cerebro de procesar la información recibida. El investigador norteamericano Ned Herrman (1922-1999) estableció una clasificación de lo que se conoce como “dominancias cerebrales”.
Así, basándose en estudios anteriores que dividían el cerebro en hemisferio izquierdo y derecho, y cerebro cortical y límbico, elaboró una esfera con cuatro cuadrantes, que representaba cada uno las distintas maneras de pensar, crear, aprender, actuar, analizar y convivir en el mundo y con los demás que tienen todas las personas.
El modelo de las dominancias cerebrales quiere explicar cómo los cuadrantes influyen de manera directa en los estilos de aprendizaje, pues cada área responde de distinta manera a los estímulos. Los cuadrantes son los siguientes:
La parte cerebral que analiza. Quienes tienen tendencia a este cuadrante son lógicos, críticos, no experimentan sino con todas las condiciones bajo control. La información tiene que presentarse con fundamentos lógicos y prácticos.
Es la parte que organiza, la que planea, hace secuencias, etc. La tendencia de este cuadrante se presenta en personas introvertidas, conservadoras, excesivamente ordenadas. No improvisan, les gusta seguir los lineamientos.
Es la parte del cerebro que comunica; es afectiva. Las personas con tendencia de este cuadrante tienden a ser extrovertidas, se interesan, preguntan y responden, no suelen ser individualistas.
Aprenden por placer, lo que para ellos se traduce a hacerlo fuera de clase (con visitas didácticas, por ejemplo). Necesitan estímulos para incrementar el interés.
Es la parte del cerebro involucrada en integrar y en generar estrategias. Quienes tienen tendencia a este cuadrante son personas que aman investigar, creativas. Tienen una visión muy clara de lo que quieren.
Les encantan las ideas originales y rechazan la monotonía o lo rutinario, por repetitivo.
Herrman elaboró un test de 120 preguntas con situaciones cotidianas, laborales, académicas o recreativas para localizar el cuadrante de una persona en relación con la dominancia cerebral.
Los resultados señalaron que alrededor del 60% de los entrevistados tenían una doble dominancia y un estilo de pensamiento que se ubicaba en dos cuadrantes; un 30% incluso tenía una dominancia triple y estilo de pensamiento múltiple, y apenas el 6% se ubicaron en un solo sistema de dominancia.
Esta información puede traducirse en que cerca del 94% tenían más de una dominancia cerebral. Lo mismo nos ocurre a todos.