Cultura general

Ética cristiana: origen, fundamentos, representantes


La ética cristiana es poner en práctica el bien, llevando a cabo obras positivas para el hombre siguiendo la palabra del profeta Jesucristo expresada en el Evangelio. Se refiere a un comportamiento justo y altruista. Se pone de manifiesto la moral asumida con madurez espiritual y bajo el conocimiento, por lo menos, de los aspectos básicos del evangelio.

La religión católica define la ética como las normas que debe seguir el hombre para vivir según las reglas de Dios y así alcanzar en el paraíso la felicidad eterna. Según el filósofo alemán y de gran influencia en la concepción de la filosofía de la religión, Max Scheler, la ética cristiana es “la verdad revelada por Dios y propuesta por la Iglesia como principio del comportamiento moral”.

Índice del artículo

Fundamentos 

El fundamento de la ética cristiana se encuentra en la Biblia, en la palabra de Dios recogida por los apóstoles. Están presentes en los diez mandamientos que le entregó Dios a Moisés en el monte Sinaí, siendo las bases más importantes para el comportamiento y cumplimiento de la moral religiosa.

Si bien es cierto que con el pasar de los años filósofos, teólogos, sacerdotes han intentado dar conceptos y explicaciones sobre cómo debe el hombre asumir la ética, la verdad es que todos llevan al mismo punto: las respuestas están en la palabra del creador, así que son estas las bases fundamentales.

Amar a Dios sobre todas las cosas

La religión cristiana es monoteísta y por lo tanto adora a un único Dios, siendo la figura principal, el todopoderoso. El primer mandamiento expone como principio y valor moral creer y respetar la presencia de un padre creador del universo.

No tomar el nombre de Dios en vano

Según la ética cristiana, es un pecado jurar o blasfemar usando el nombre de Dios. Se refiere a la forma en cómo el hombre usa el nombre del omnipotente y se exige respeto hacia él.

Santificar las fiestas

En la religión cristiana existen fechas y días específicos donde se debe honrar el nombre del padre creador, acudir a la iglesia y dar descanso al hombre. Cumplir con ello es una forma de poner en práctica la ética espiritual.

Honrar al padre y a la madre

No solo es uno de los primeros mandamientos y fundamentos de la ética cristiana, sino que se repite en varios pasajes de la Biblia, Algunos de ellos Éxodo 20:12; Deuteronomio 5:16; Mateo 15:4; Efesios 6:2, 3.

En otras palabras, quienes son los dadores de vida merecen ser tratados por sus hijos con respeto, valorados, aceptar su autoridad y al envejecer cuidar de ellos.

No matar

El hombre que sigue los valores de la Iglesia entiende que la vida es sagrada porque desde un principio es Dios quien la creo. Por lo tanto, atentar contra otra persona con cualquier acto de violencia es desobedecer las normas. Solo el todopoderoso puede decidir cuándo termina.

Según el libro del Génesis, el abuso contra la vida del hombre es una consecuencia del pecado original y tomar la justicia por sus manos es un acto de rebeldía contra la deidad suprema.

No cometer actos impuros

Dice la Biblia en Mateo 5, 27-28 que “no cometerás adulterio (…), quien mira a una mujer con malos ojos ya cometió adulterio”. Para el cristianismo, el cuerpo es sacro y cometer actos de lujuria y placer es una forma de desafiar las normas enviadas del cielo. Por eso, según la religión, está prohibido tener relaciones fuera del matrimonio.

No robar

En una misa celebrada en la ciudad de El Vaticano en noviembre del año 2018, el papa Francisco explicó las implicaciones del séptimo mandamiento dado a Moisés y que hasta hoy rige a la ética cristiana.

El sumo pontífice dijo textualmente: “…El Señor nos llama a ser administradores responsables de su Providencia, a aprender a multiplicar con creatividad los bienes que poseemos para usarlos con generosidad en favor de nuestro prójimo, y de este modo crecer en la caridad y en la libertad”

Agregó que “…la vida no es un tiempo para amar y para poseer, sino para amar con nuestros bienes”.

No dar falso testimonio ni mentir

La ética espiritual sostiene que al incumplir el octavo mandamiento se rompe también el amor al prójimo.

Un ejemplo de la importancia de decir la verdad está en la Biblia en un pasaje de una conversación de Jesús con Poncio Pilatos recogida en Juan 18:37 que dice: “…Todo el que está del lado de la verdad escucha mi voz”.

No consentir pensamientos ni deseos impuros

Así como el hombre debe controlar sus acciones para cumplir con la ética cristiana, también debe hacerlo con sus pensamientos. La responsabilidad con Dios es también con el corazón y así lo hacen saber los pasajes bíblicos a lo largo de la toda la lectura de la palabra del creador.

No codiciar los bienes ajenos 

En este mandamiento Dios le pide al hombre desprenderse de los bienes materiales, a no tener sentimientos de avaricia.

Para la ética cristiana el deseo desbordado de riqueza aleja al hombre del verdadero significado de la vida y así lo hace ver cuando en la Biblia Jesús le pide a sus discípulos abandonarlo todo para seguirlo.

Representantes

Las reseñas históricas dan cuenta de tres grandes representantes de la ética cristiana

– San Agustín de Hipona

Se le considera el máximo pensador del cristianismo durante el primer milenio, fue uno de los 36 doctores de la iglesia, siendo llamado también “el patrón de los que buscan a Dios”. La obra de San Agustín contiene más de 100 libros, además de cartas, sermones y correspondencias.

La ética agustiana se fundamenta en cinco aspectos:

La virtud

Para San Agustín, Dios debía ser conocido por los hombres como una fuente de felicidad eterna. Consideraba las virtudes fe, esperanza y caridad superiores a cualquier otro concepto relacionado con el comportamiento humano.

El amor

Como exponente de las bondades del cristianismo, San Agustín decía que “el peso mío es mi amor; por el peso de mi amor soy llevado a donde quiera que voy”, por lo tanto el amor era el sentimiento más importante de los hombres.

La distinción

Se refiere a que no hay más amor verdadero que el amor de Dios y lo considera el único sentimiento honesto.

El problema del mal

Expone que en el mundo hay dos principios creadores en una lucha constante: el Dios del bien o de la luz y el Dios del mal o las tinieblas. Las criaturas, aun cuando sean creadas por el todopoderoso, pueden ser corrompidas y es allí cuando se afecta la moral y la ética.

Libertad, voluntad y destino

La principal preocupación de San Agustín de Hipona era el destino del hombre y aseguró que solo con la fe, la raza humana podía creer en la inmortalidad del alma. Para que la felicidad fuese completa debía tener claro este último dogma.

– Santo Tomás

Su concepto coincidía con el filósofo griego Aristóteles, ya que cita textualmente “toda acción tiende hacia un fin, y el fin es el bien de una acción”.

Para este representante de la Iglesia, la felicidad no puede coincidir con tener bienes materiales, y como el bienestar no se acaba con la vida sino que trasciende a otros planos espirituales, el hombre requiere la ayuda de Dios para alcanzar la visión del bien como un todo.

– Martín Lutero

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Parafraseando a Aristóteles, la ética tenía cuatro principios fundamentales: inteligencia, valentía, moderación y justicia.

Pero el teólogo alemán va más allá, ya que afirma que en toda acción devota hay también un comportamiento egoísta, porque el hombre cree que con ello gana algo. Reconoce que la justicia ante Dios no se gana a través de acciones, porque es un regalo del creador y el hombre llega a ella a través de la fe.

El pensamiento de Lutero va de la mano del pasaje bíblico Romanos 3: 20,que expresa textualmente: “Nosotros no somos justos porque hacemos lo correcto, sino, porque hacemos lo correcto somos justos”.

El teólogo también refiere la importancia de la libertad en la ética cristiana. En uno de sus escritos del año 1520 expone: “Un ser cristiano es un señor libre por sobre todas las cosas, y sometido a nadie. Un ser cristiano es un siervo que le presta servicios a todas las cosas, y sometido a todos.”

Referencias 

  1. Emmanuel Buch (2014). Ética bíblica: Fundamentos de la moral cristiana
  2. Ángel Rodríguez Luño (1982). Max Scheler y la ética cristiana
  3. Opus Dei (2018) Papa explica el séptimo mandamiento, “No robarás” Tomado de opusdei.org.
  4. Les Thompson (1960) Los Diez Mandamientos
  5. La Santa Biblia para Latinoamerica (1989)
  6. Compendio del catecismo de la Iglesia Católica (2005)
  7. Alessandro Reinares (2004) Filosofía de San Agustín.
  8. Mauricio Beuchot (2004) Introducción a la filosofía de santo Tomás de Aquino