Nictofilia: síntomas, causas, consecuencias, tratamiento
La nictofilia se define habitualmente como una preferencia fuera de lo normal hacia la noche y la oscuridad. A pesar de su nombre, generalmente no tiene nada que ver con una atracción sexual patológica, como sí ocurre en el caso de otras filias. Por el contrario, se trata de un término coloquial no incluido en los manuales diagnósticos psicológicos.
En algunos casos, el término nictofilia también puede referirse a un aumento anormal de la excitación sexual durante la noche o en entornos oscuros. Sin embargo, incluso en este caso no podría ser considerada como una filia clásica, debido a que no se produciría la aparición de un deseo sexual anormal.
Aunque no se sabe exactamente por qué hay personas que tienen una preferencia marcada por la noche, se cree que puede tener que ver tanto con factores innatos como con otros aprendidos. En este artículo veremos en qué consiste exactamente la nictofilia, por qué se produce, y sus consecuencias.
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Las personas con nictofilia afirman experimentar fuertes sentimientos de bienestar durante la noche. Así, se sienten mucho más a gusto durante este momento que durante el resto del día. Sin embargo, esta preferencia puede manifestarse de muchas formas diferentes.
Para algunos individuos con nictofilia, esta preferencia implica la necesidad de dormir durante el día y mantenerse despiertos durante la noche. Para otros, puede significar la búsqueda de lugares oscuros, o la realización de actividades relacionadas con el mundo de la noche, como ir a bares o discotecas.
Parece que existe cierta relación entre la nictofilia y la creatividad. Las personas que experimentan esta condición afirman sentirse más activadas durante la noche, siendo más capaces de realizar tareas relacionadas con el arte en este periodo del día.
Así, por ejemplo, es frecuente que las personas con nictofilia dediquen las noches a leer, escribir, pintar, componer o cualquiera que sea su actividad artística preferida.
Por el día, por el contrario, normalmente tienen más dificultades para realizar estas tareas, diciendo en muchos casos que se sienten aletargados o faltos de energía.
Uno de los síntomas que más afectan a la vida de las personas con nictofilia es la preferencia por un patrón de sueño que no encaja con la vida cotidiana de la mayoría de individuos. Así, quienes experimentan esta condición afirman preferir dormir durante el día y mantenerse despiertos durante la noche.
El problema es que esta manera de dormir no suele ser compatible con la vida de la mayoría de personas. Por eso, muchos de estos individuos tienen problemas de sueño, padeciendo por ejemplo insomnio o durmiendo muchas menos horas de las que serían necesarias para estar totalmente descansados.
La ciencia no tiene claro por qué algunas personas tienen preferencia por las horas de noche frente a las del día. Sin embargo, se han identificado algunos rasgos innatos que podrían estar implicados en la aparición de esta condición. Además, ciertos factores culturales y del entorno también podrían tener algo que ver.
Nuestro cuerpo se rige de manera natural por ciclos. Uno de los más importantes es el que se conoce como “ritmo circadiano”. Se trata de un conjunto de sistemas que regulan nuestros estados de sueño y vigilia, mediante hormonas y cambios en la actividad de nuestro organismo.
El ritmo circadiano es diferente en cada persona. Así, algunos individuos están más activados por las mañanas, y otros lo están más por las tardes o noches. La nictofilia podría deberse simplemente a un patrón circadiano alterado. Sin embargo, las causas por las que esto ocurre son todavía desconocidas.
Algunos estudios con personas con nictofilia apuntan a que algunos rasgos psicológicos, como la inteligencia o la introversión, están muy relacionados con la preferencia por la noche. Así, las personas con un alto cociente intelectual tendrían tendencia a estar más activadas en las últimas horas del día.
Lo mismo ocurriría con los introvertidos. Los individuos con este rasgo de personalidad tenderían a estar sobreestimulados durante las horas de más actividad del día; y debido a ello, se sentirían más cómodos por la noche.
Los humanos funcionamos mejor cuando tenemos una estructura en nuestra vida. En el caso de algunas personas, la falta de hábitos impuestos externamente (como por ejemplo la necesidad de levantarse pronto para ir a trabajar) puede provocar un desequilibrio en la rutina cotidiana, que podría acabar desembocando en nictofilia.
A menudo, las personas que sufren este tipo de alteraciones en sus hábitos ya tenían una predisposición genética o psicológica a preferir la noche frente a otras horas del día; pero el desarrollo de su vida cotidiana ha hecho que esta preferencia se exagere.
En un principio, la preferencia de la noche frente a otros momentos del día no es patológica ni tiene por qué causar ningún tipo de problema. Por el contrario, se trata de una simple preferencia generada por factores tanto biológicos como psicológicos y del desarrollo.
Sin embargo, en algunos casos la nictofilia podría generar todo tipo de dificultades en la vida de las personas que la experimentan. Por ejemplo, si la preferencia por la noche impide a un individuo dormir las horas que necesita para estar sano, esta situación podría desembocar en una gran cantidad de problemas.
En casos muy extremos, la preferencia por la noche podría llevar a situaciones muy complicadas, como la incapacidad para llevar una vida normal. El vivir durante las horas de noche complica por ejemplo mantener una vida social normal, tener un trabajo corriente, y llevar a cabo todo tipo de actividades.
Siempre y cuando la preferencia por las horas de noche no afecte de manera negativa a la vida del individuo, en un principio no sería necesario tratar esta condición. Sin embargo, si la nictofilia empieza a condicionar lo que la persona puede o no puede hacer, puede que esta decida buscar ayuda o tratar de cambiar por sí misma.
Por lo general, la mejor manera de combatir los peores efectos de la nictofilia es creando hábitos saludables que ayuden a cambiar los patrones de sueño alterados. En algunos casos, el uso de fármacos para dormir mejor puede ser también muy útil.
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