Sonda Foley: para qué sirve, colocación, cuidados, tipos
La sonda Foley es un tubo recto flexible de látex u otro material que se utiliza para drenar la orina desde la vejiga urinaria. La sonda se coloca a través de la uretra hasta la vejiga y se fija con un balón que se infla con agua estéril o algunas veces con aire. Es un tipo de sonda permanente.
Estos catéteres o sondas fueron diseñados en 1930 por el Dr. Frederick Foley cuando aún era un estudiante de medicina. C R Bard Inc. de Murray Hill, New Jersey, fabricó los primeros prototipos en 1934 y los llamó Foley en honor al cirujano.
Existen varios tipos de sondas Foley: la sonda Foley clásica de dos vías y la sonda Foley de tres vías. Estas sondas se fabrican de varios materiales como silicona y de teflón, aunque inicialmente fueron fabricadas de látex. Las hay de distintas longitudes y calibres.
El sondaje vesical puede establecer un drenaje de orina permanente, intermitente o temporal con fines terapéuticos y/o diagnósticos. Se utiliza en los pacientes que van a ingresar a quirófano, en los pacientes con incontinencia grave, en las intervenciones de próstata o vejiga urinaria y en los pacientes con escaras en el área genital, entre otros.
La colocación y el mantenimiento de estas sondas debe hacerse con mucho cuidado, por un lado, para evitar lesiones de las vías urinarias o de la vejiga, pero sobre todo para evitar infecciones urinarias que son una de las complicaciones más importantes con el uso crónico de estas sondas.
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Para qué sirve
La sonda Foley se usa para drenar la orina desde la vejiga, siendo muchas condiciones en las que es necesario colocar la sonda. Entre estas se pueden nombrar las siguientes:
– Pacientes que deben ingresar a quirófano para someterse a alguna intervención quirúrgica que amerite anestesia general.
– Se utiliza en los casos de obstrucciones de la uretra que generen retención urinaria.
– En las cirugías de las vías urinarias para permitir la cicatrización.
– En pacientes con incontinencia urinaria que presenten lesiones en la zona urogenital o sacra como escaras, dermatitis o úlceras de difícil manejo, la sonda se utiliza para mantener seca la zona y poderla tratar.
– Para el control de la diuresis (medir el volumen urinario) en pacientes hospitalizados, sobre todo en los pacientes hospitalizados en las unidades de cuidados intensivos.
– Se colocan también para recoger muestras estériles e introducir medicamentos con fines diagnósticos o terapéuticos.
Colocación
Para la colocación de la sonda se debe disponer de un personal adecuadamente capacitado y adiestrado. Puede ser un personal de enfermería, un técnico o el médico tratante. El personal debe tener experiencia, conocer la técnica y las normas para la colocación y el mantenimiento de la sonda.
Se debe disponer de guantes y gasas estériles, solución jabonosa, paños estériles, sondas estériles de varios calibres según sea necesario, bolsa recolectora estéril de circuito cerrado, colgador de bolsa, jeringas de 10cc y ampollas de agua destilada estéril para inflar el balón. También debe disponer de lubricante urológico hidrosoluble para facilitar la introducción de la sonda.
La persona que va a colocar la sonda se debe lavar las manos con agua y jabón, se coloca unos guantes no estériles y procederá a lavar con solución jabonosa toda la zona genital para luego aclararla con suero fisiológico, secarla y descartar los guantes.
Seguidamente, previo lavado de manos con solución alcohólica, se colocará guantes estériles y se ubicarán los campos. Se abre el empaque de la sonda y del sistema colector. Se lubrica la sonda y el meato urinario abundantemente, se introduce suavemente la sonda si forzar para no lesionar la uretra y no crear falsas vías.
Una vez comience a salir la orina se procede a llenar el balón con 8 a 10 cc de agua destilada. Se tracciona suavemente la sonda para comprobar la fijación, se fija la sonda en la cara interna del muslo para evitar tracciones y lesiones uretrales y se coloca la bolsa en su soporte.
La manipulación de la sonda, de los tubos conectores y de la bolsa debe hacerse con las estrictas normas de asepsia. Una vez finalizado el procedimiento se eliminan los restos de lubricante de la zona genital y se descarta todo el material desechable. El personal debe lavarse las manos y seguir el protocolo hospitalario.
Cuidados
Se deben extremar los cuidados de higiene diarios de las manos y de la zona genital. Periódicamente, después de la limpieza, deben efectuarse pequeños movimientos rotatorios de la sonda para evitar adherencias. No se debe efectuar tracción ni hacia adelante ni hacia atrás.
No deben usarse antisépticos locales ni hacer lavados vesicales a menos que estén indicados como en el caso de las hematurias (sangre en la orina). Las sondas deben mantenerse el mínimo tiempo posible.
El mejor cuidado para evitar infecciones es mantener el sistema cerrado y solamente se debe abrir para vaciar la bolsa recolectora o en casos absolutamente necesarios. La bolsa debe vaciarse cada 8, 12 o 24 horas. Cuanto mayor sea el período mejor, para evitar así desconexiones innecesarias.
Tipos
Las sondas Foley son de dos tipos: las de dos vías y las de tres vías. Las de dos vías son las más utilizadas para pacientes hospitalizados y para retenciones urinarias. Las de tres vías se utilizan en cirugías de vías urinarias, vejiga y de próstata, ya que permiten extraer pequeños coágulos y lavar la sangre que pueda acumularse, evitando el taponamiento de la vía.
A partir de las sondas Foley se han diseñado y fabricado muchas otras sondas modificando la forma de la punta, lo que las hace adecuadas para ciertos usos. Por ejemplo, se han fabricado unas sondas con la punta acodada y aguzada que reciben el nombre de sondas Tiemann que se utilizan en pacientes con problemas prostáticos en los que se dificulta el vaciado.
Tipos de sondaje
Las sondas Foley se pueden utilizar para diversos tipos de sondaje que, según su permanencia, se clasifican como: sondaje permanente, de corta duración, de larga duración e intermitente.
La sonda Foley se utiliza en los sondajes permanentes de corta y larga duración. Los de corta duración son aquellos que requieren de tiempos menores a 30 días en pacientes hospitalizados o con patologías agudas. Los de larga duración se usan por más de 30 días en casos de retenciones urinarias crónicas.
Los sondajes intermitentes son aquellos que se efectúan varias veces al día para lo cual generalmente se utilizan sondas de una sola vía que no requieren fijación.
Tipo de material
Las sondas inicialmente se fabricaron de látex, sin embargo, este material causa muchas alergias. Para las personas alérgicas al látex se utilizan unas sondas que traen una cubierta de silicona; este tipo de sonda se utiliza para vaciado vesical en sondajes de corta duración, generalmente menores a 15 días.
Existen sondas hechas completamente de silicona. Las ventajas de estas sondas es que tienen las paredes más delgadas y tienen el mismo calibre exterior de una sonda de látex, pero un mayor calibre interior, por lo que pueden usarse más finas y tienen más tolerancia. Se utilizan para sondajes de larga duración y para los pacientes que tienen alergia al látex.
Luego están las sondas de cloruro de polivinilo llamadas sondas Nélaton. Estas son sondas más rígidas de una sola vía que se utilizan para los sondajes intermitentes o los autosondajes.
Calibre de la sonda
Para referirse al calibre de una sonda se utiliza la escala francesa de Charriere (CH o Ch) que equivale a 1/3 de milímetro.
Los calibres se seleccionan de acuerdo con el sexo, edad y las características del paciente. Para los adultos los calibres utilizados van desde el número 8 al 30 y de 20 a 40 cm de longitud. Los calibres más utilizados en los hombres son del 16 al 22 Ch. En las mujeres 14 y 16 Ch.
Referencias
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