Alfred Wegener: quién fue, biografía, teoría de las placas y otros aportes
¿Quién fue Alfred Wegener?
Alfred Wegener (1880-1930) fue un geofísico y meteorólogo alemán. Su principal aporte fue su teoría sobre las placas tectónicas y la deriva continental, por lo que es considerado el padre de la geología moderna.
Tras observar la forma de los continentes y estudiar hallazgos físicos encontrados en África y América, llegó a la conclusión de que las placas que forman la corteza terrestre no permanecían estáticas.
De sus estudios sacó la conclusión de que, millones de años atrás, había existido un solo continente: Pangea.
Esta teoría no recibió una buena acogida. Sus cálculos sobre el movimiento de las placas no eran demasiado precisos y tuvieron que pasar varias décadas para que parte de su trabajo se confirmara.
Wegener también fue un destacado meteorólogo y realizó varias expediciones a Groenlandia.
Biografía de Alfred Wegener
Nacimiento y primeros años
Alfred Wegener nació en Berlín el 1 de noviembre de 1880. Allí cursó sus estudios de segunda enseñanza. Ya en esa época, sus calificaciones eran excelentes, graduándose como el mejor de su clase.
A la hora de elegir estudios superiores, entre 1900 y 1904, se decidió por la física, en Berlín, la meteorología, en Heidelberg, y la astronomía, en Innsbruck.
Wegener compatibilizó sus estudios con el puesto de ayudante en el Observatorio Astronómico de Urania. Después de presentar su tesis doctoral de astronomía, se decantó por dos campos que comenzaban a desarrollarse: la meteorología y la climatología.
En 1905, comenzó a trabajar en el Observatorio de Aeronáutica de Lindenberg como asistente. Allí coincidió con uno de sus hermanos, Kurt, también científico. Ambos compartían idéntico interés por la meteorología y por las investigaciones en los polos terrestres.
Trabajando juntos, fueron pioneros en el uso de los globos aerostáticos para estudiar la atmósfera.
Durante sus experimentos, establecieron un nuevo récord de duración de un vuelo entre el 5 y el 7 de abril de 1906. Estuvieron en el aire 52 horas y media.
Primeras expediciones a Groenlandia y años en Marburgo
Uniendo dos de sus grandes pasiones, la meteorología y la exploración, Wegener fue miembro de una expedición para explorar la última parte desconocida de la costa de Groenlandia.
El director de esa exploración fue el danés Ludvig Mylius-Erichsen y, aparte de sus observaciones, Wegener construyó la primera estación meteorológica en esa parte del mundo.
Al regresar a su país, en 1908, el científico pasó varios años enseñando meteorología, astronomía y física cósmica en Marburgo. Durante ese tiempo, escribió uno de sus trabajos más importantes: Termodinámica de la atmósfera.
Sus biógrafos consideran que esa época fue una de las más creativas de Wegener. Aparte del libro mencionado, también empezó a plantearse la teoría que lo haría más famoso: la de la deriva continental.
La idea surgió al contemplar cómo los perfiles de las costas africanas y de Suramérica parecían encajar perfectamente. Además, sabía que los biólogos llevaban tiempo buscando alguna conexión entre ambos continentes, pues se habían encontrado fósiles similares en ambos.
Publicó en 1912 su primer artículo sobre la deriva continental. La acogida fue negativa en los ambientes científicos y solo algunos geólogos le dieron cierta validez.
Primera Guerra Mundial
La Primera Guerra Mundial interrumpió durante unos meses su labor científica. Fue llamado a filas en 1914, y estuvo destinado en Bélgica, participando en algunas batallas muy sangrientas.
Sin embargo, su participación fue muy corta. Wegener resultó herido dos veces y fue apartado del servicio activo. Su nuevo puesto fue en el servicio meteorológico del ejército, que le obligó a viajar por varios países europeos.
A pesar de ello, el científico pudo escribir su mayor obra: El origen de los continentes y océanos. La primera versión fue publicada en 1915 y, de acuerdo con su hermano Kurt, la obra trataba de restablecer la conexión entre la geofísica, la geografía y la geología, perdida debido a la especialización de los investigadores.
La guerra hizo que aquella primera versión pasara desapercibida. Pero siguió desarrollando otras investigaciones y se calcula que, hasta el final del conflicto, había publicado casi 20 trabajos sobre varias de las disciplinas que dominaba.
Posguerra
Cuando acabó la guerra, comenzó a trabajar en el Observatorio Naval Alemán como meteorólogo. Junto a su familia, se trasladó a Hamburgo para incorporarse a su nuevo empleo.
Allí impartió algunos seminarios en la Universidad. Hasta 1923, desarrolló un innovador estudio sobre la reconstrucción del clima durante la prehistoria, disciplina ahora llamada paleoclimatología.
Esa nueva investigación no le hizo olvidar su teoría sobre la deriva continental. De hecho, en 1922 publicó una nueva edición, totalmente revisada. En esta ocasión, sí recibió atención, aunque la reacción fue negativa por parte de sus colegas.
En 1924 fue nombrado profesor de meteorología y geofísica en Graz, lo que le dio tranquilidad económica.
Dos años más tarde, el científico presentó su teoría sobre las placas terrestres en un congreso de la Asociación Americana de Geólogos del Petróleo. Su ponencia, presentada en Nueva York, le volvió a granjear muchas críticas.
Última expedición
Su última expedición a Groenlandia tuvo resultados desastrosos. Fue en 1930 y él fue el encargado de liderar un grupo con el fin de establecer una estación permanente de investigación científica.
La clave del éxito era que las provisiones llegaran a tiempo para aguantar el duro invierno en Eismitte, lugar donde se levantó la estación. Sin embargo, un factor poco previsible retrasó la salida de la expedición.
El deshielo se demoró mucho, provocando un retraso de seis meses sobre el calendario previsto.
Los expedicionarios sufrieron durante todo septiembre. Ya en octubre consiguieron alcanzar la estación, pero sin apenas provisiones.
Ante la desesperada situación, el pequeño grupo que quedaba decidió que Wegener y un compañero intentaran volver a la costa para conseguir algo de combustible y comida.
El 1 de noviembre de 1930, el científico celebró su quincuagésimo cumpleaños. Al día siguiente salió de la estación. El viento era muy fuerte y la temperatura rondaba los -50° C. Sería la última vez que se le vio con vida.
Muerte
Dadas las circunstancias, no se conoce la fecha exacta de su fallecimiento. Su compañero, en el desesperado intento de llegar a la costa, enterró su cuerpo con cuidado y marcó su tumba. Después, trató de continuar su camino, pero tampoco logró llegar.
El cuerpo de Wegener fue encontrado seis meses después, el 12 de mayo de 1931, gracias a las señales dejadas por su fallecido compañero.
Teoría de las placas
La aportación científica más conocida de Alfred Wegener fue su teoría de la deriva continental. A pesar del reconocimiento actual, en su época exponer esa idea le trajo muchos disgustos.
La primera publicación relacionada con esa teoría fue en 1912. Posteriormente, la amplió y la presentó formalmente en 1915, en su famoso libro El origen de los continentes y los océanos.
Esta obra se tradujo a varios idiomas, como francés, español, inglés o ruso. La edición definitiva, la cuarta, apareció en 1929.
En líneas generales, Wegener afirmaba que todos los continentes estuvieron unidos en una sola masa de tierra hace unos 290 millones de años. Llamó a ese supercontinente Pangea, “toda la tierra” en griego.
Deriva continental
Se denomina deriva continental al movimiento de las placas continentales por la superficie terrestre.
Wegener publicó la hipótesis en 1912, después de observar la forma de las costas africanas y sudamericanas y darse cuenta de que encajaban casi a la perfección. Además, se basó en algunos descubrimientos de fósiles muy similares en ambos continentes.
En su tesis original, Wegener afirmó que los continentes se desplazaban sobre una capa más densa de la tierra, conformada por los fondos oceánicos.
De esta forma, los territorios continentales habrían ido cambiando su posición a lo largo de los milenios.
Pangea
El científico concluyó que los distintos continentes habían estado unidos hace millones de años. Llamó a ese supercontinente Pangea.
Según su teoría, así se explicarían las formas de las costas y el parecido de los restos de flora y fauna encontrados en distintos continentes.
Sin embargo, no pudo explicar en ese momento la manera en que se desplazaban los continentes. Eso provocó que la gran mayoría de sus colegas científicos rechazaran la teoría.
Rechazo de la teoría
La teoría de Wegener se basaba, en su mayor parte, en observaciones empíricas. No explicaba, por ejemplo, cómo se desplazaban los continentes.
Por otra parte, su cálculo sobre la velocidad en que se movían era incorrecto, ya que lo estimó en 250 centímetros al año. En realidad, la velocidad es de unos 2,5 cm/año, mucho más lento de lo que pensaba.
Estos errores y omisiones hicieron que la comunidad científica no aceptara su teoría. En el mejor de los casos, se consideró que era una idea interesante, pero sin pruebas que la sustentaran.
Otros aportes
La teoría de deriva continental ha eclipsado otras aportaciones de Wegener, relacionadas con campos diversos. Destacó no solo en el ámbito puramente científico, sino en otros, como el manejo de los globos aerostáticos o sus observaciones de Groenlandia.
Prueba de la variedad de áreas que interesaron al científico son sus trabajos sobre dinámica y termodinámica de la atmósfera, fenómenos ópticos en la misma y en las nubes, ondas acústicas y diseño de instrumentos.
Termodinámica de la atmósfera
Las expediciones a Groenlandia le permitieron recopilar numerosos datos metereológicos y de otros tipos. Por ejemplo, pudo estudiar la circulación del aire en las zonas polares.
Cuando volvió de su primera expedición, y mientras daba clases en Marburgo, escribió una de sus obras más importantes: Termodinámica de la atmósfera.
Este libro es un clásico de la meteorología. Destaca, especialmente, la descripción de las propiedades de la atmósfera terrestre.
El clima en el transcurso del tiempo geológico
Fue escrito en 1924. Wegener, en colaboración con su suegro, plasmó sus investigaciones sobre cómo era la meteorología en la prehistoria.
El origen de los cráteres de la Luna
Al terminar la Primera Guerra Mundial, Wegener dedicó algún tiempo a estudiar la superficie de nuestro satélite. De sus observaciones extrajo algunas conclusiones relacionadas con la formación de los cráteres.
Mediante unos simples experimentos, dedujo que los cráteres se habían producido por impactos exteriores. Aunque en la época no consiguió demasiado reconocimiento, la ciencia ha demostrado que tenía razón.
Estación meteorológica en Groenlandia
Wegener también participó en la exploración de una de las zonas menos conocidas del planeta para la época.
Además de recoger datos sobre meteorología y la circulación del aire, fue el responsable de construir la primera estación meteorológica en Groenlandia, Danmarkshavn.
Referencias
- Alfred Wegener. Obtenido de biografiasyvidas.com
- ¿Quién fue Alfred Wegener? Obtenido de meteorologiaenred.com
- Bachiller, Rafael. Wegener, el visionario de Pangea. Obtenido de elmundo.es