Psicología

Motivación para adelgazar: qué es y consejos para tenerla


¿Qué es la motivación para adelgazar?

Conocer cómo aumentar tu motivación para adelgazar puede ser la clave para comenzar a bajar de peso y alcanzar el estado físico que deseas. Si estás leyendo este artículo es probable que hayas estado durante un largo tiempo tratando de adelgazar sin obtener resultados.

Cuando te esfuerzas y no obtienes resultados, lo más común es desmotivarse. Tras esta desmotivación, desciende tu rendimiento, lo que guía a peores resultados, y al final acabas abandonando, retomando tus hábitos anteriores y renunciando al esfuerzo que antes hiciste, ya sea con dieta o ejercicio.

Esfuerzo + pocos resultados = Desmotivación.

Normalmente, el esfuerzo constante da sus resultados positivos, así que no abandones. Si llevas ya unos meses y no has visto resultados, lo más aconsejable es que se te esté pasando algo por alto y tengas que visitar a un especialista.

No obstante, las dos claves para perder peso son la alimentación balanceada y hacer ejercicio físico de forma constante.

Consejos para crear la motivación para adelgazar

Visualiza los beneficios

Es muy importante que seas capaz de ver el motivo de tu esfuerzo en adelgazar. Es decir, tienes que ser consciente de que perder peso te ayudará a estar saludable y verte más atractivo/a. A su vez, esto te permitirá sentirte mejor contigo mismo o incluso gustar a más personas del sexo opuesto.

Cuando te levantes por la mañana y pienses que tienes que estar a dieta y hacer ejercicio, piensa también en cuáles son las consecuencias de eso. Visualiza la condición en la que quieres estar. Eso hará que te motives y que encuentres un motivo para el esfuerzo que realizarás.

Por ejemplo: visualiza que estás paseando y te sientes bien, te ves atractiva/o porque estás en forma.

Si te quedas en el esfuerzo que tienes que hacer y no visualizas los beneficios, te desmotivarás porque tu cerebro solo experimentará esfuerzo y no las sensaciones placenteras asociadas a tu visualización: tener un físico atractivo, sentirse bien, estar en forma…

Haz un compromiso

Una de las mejores formas de aumentar la motivación y perseverar para conseguir unos objetivos es comprometerse. 

Lo puedes hacer contigo mismo, escribiendo una carta o una simple frase como:

“Me comprometo a adelgazar 10 kilos los próximos 6 meses”.

También lo puedes hacer con tu pareja, hijos, padres o cualquier persona cercana. Esto último puede funcionar muy bien; si le dices a alguien lo que quieres conseguir puede que te sientas “comprometido” a cumplir lo que has dicho.

No te compares

Compararte solo llevará a desmotivarte. Eres totalmente distinto a otras personas. Algunas serán más atractivas y más delgadas, otras no. En cualquier caso, todas las personas son valiosas.

Céntrate en ti y en tus resultados y evita compararte con otras personas.

Descansa

Para adelgazar hay dos puntos fundamentales: la alimentación y el ejercicio físico. En ambos te puedes tomar un descanso cada cierto tiempo.

Con la alimentación, una vez a la semana te puedes dar un capricho, como comer pizza o chocolate (con moderación). Respecto al ejercicio físico, es una hora aproximadamente 4-5 veces por semana. No es aconsejable que te agotes yendo al gimnasio a diario.

Tener descanso es esencial para seguir teniendo motivación para adelgazar. En estos días de descanso, ponte recompensas si realmente te estás esforzando en adelgazar, como ir al cine, ver a un amigo que te gusta, realizar tu hobby preferido…

Establece objetivos

Si estableces objetivos, sabrás lo que hacer y si sabes qué hacer no perderás el tiempo. 

Los objetivos son una forma de centrar al cerebro en las acciones que son necesarias para conseguir algo. Por otra parte, los objetivos que te marques no pueden ser ni demasiado complicados (porque te desmotivarás si no los consigues), ni demasiado sencillos (porque no estarás aprovechando todo tu potencial).

Además de saber lo que tienes que hacer, te recomiendo que hagas otra lista de todas las cosas que no tienes que hacer para adelgazar. Ponla en un sitio visible y no te olvides de ello.

Prémiate a ti mismo

Como cualquier otro logro, perder peso puede requerir constancia y te tendrás que esforzar. Sin embargo, también puedes disfrutar del proceso. Tu meta es adelgazar, aunque durante el camino a ella también puedes disfrutar.

Cuando consigas pequeños logros, como adelgazar un kilo, date un premio a ti mismo. Esto hará que tu comportamiento, el esfuerzo que estás haciendo para perder peso, se refuerce y se vuelva a repetir en el futuro.

¿Con qué premiarse? Por supuesto, no con algo que te haga ganar peso. Debe ser algo que te agrade; ver una película, dar un paseo, comprarte ropa, salir con tus amigos…

Castígate a ti mismo (moderadamente)

Si te saltas la dieta o no haces ejercicio también será necesario que te pongas un “pequeño castigo”. Eso hará que sea menos probable que repitas ese comportamiento negativo que no te lleva a cumplir tus objetivos.

Si por ejemplo llevas sin ir al gimnasio una semana, castígate sin hacer algo que sueles hacer y que es placentero para ti; ir al cine, salir con tus amigas…

Por otra parte, es importante que tengas en cuenta que el castigo no funciona tan bien como el refuerzo (darte un premio a ti mismo). Por tanto, usa más los premios cuando hagas algo que te lleve a adelgazar.

No seas perfeccionista

El perfeccionismo solo te hará perder tiempo y no tomar acción. Si quieres hacer todo perfecto, tendrán que estar todas las condiciones para hacer cierta acción y al final no se procede a nada. Trata de mejorar siempre, pero no busques ser perfecto.

Si por ejemplo percibes el comer un pequeño dulce como un gran fracaso, es más probable que abandones y que destruyas tu autoestima. Si lo consideras como un pequeño error del que tienes que aprender y no volver a cometer, seguirás perseverando en tu objetivo de perder peso.

Cuida tu autoestima

Para mejorar tu autoestima te recomiendo este artículo. 

Sobre todo, cuida la voz crítica interna que te transmite pensamientos negativos y destructivos sobre tu persona. Trata de ser consciente de esos pensamientos, elimínalos y reemplázalos por pensamientos positivos.

La voz crítica es la que te lanza pensamientos como: “no vas a adelgazar nunca”, “tanto esfuerzo no sirve para nada”.

Esos pensamientos destruyen tu autoestima. Hazte consciente de ellos y cámbialos por otros más constructivos: “estoy adelgazando poco a poco y al final veré resultados”, “el esfuerzo merece la pena”.

Evalúa tu progreso pero sin obsesionarte

Es necesario evaluar el progreso, de esa manera podrás saber qué estás haciendo bien, qué estás haciendo mal y qué necesitas cambiar.

Lo puedes hacer simplemente pesándote en la balanza de tu gimnasio o de tu casa y apuntando esos resultados que podrás ver cada cierto tiempo. Al verlos, estarás motivado/a porque observarás que tu esfuerzo está teniendo sus recompensas y resultados positivos.

Pero no te obsesiones; si por ejemplo te miras en el espejo continuamente para ver si estás adelgazando, no verás los cambios porque esos cambios se dan muy poco a poco y a corto plazo son casi imperceptibles.

Sin embargo, si evalúas los resultados cada semana y te has esforzado, verás esos cambios de forma clara y, por tanto, aumentará tu motivación.

Espera cierto aumento de peso

Si estás adelgazando acudiendo al gimnasio, al principio es posible que experimentes cierto aumento de peso.

Esto es simplemente porque estarás ganando musculación y el mismo volumen de proteínas (músculos) pesa más que el mismo volumen de grasas. Tras unos días, el peso volverá a descender porque estarás perdiendo ese exceso de grasas que tenías.

La habituación se da poco a poco

Los hábitos son simplemente formas de comportamiento que hemos adoptado, pero lo que llamamos malos hábitos (fumar, beber) son tan fáciles de adoptar como los buenos hábitos. 

Sí, los malos hábitos también se adoptan poco a poco y al principio no son placenteros: ¿te gustó la primera vez que fumaste? ¿De pequeño te gustaba la cerveza o en general el alcohol?

Por tanto, para adoptar el buen hábito de hacer ejercicio y cuidar tu dieta, tendrás que ir poco a poco y con esfuerzo. Tras un periodo de adaptación a tu nueva forma de vida, tu cuerpo se habrá habituado y te será difícil librarte de esos nuevos hábitos sanos.

Si por ejemplo quieres comenzar a comer mejor, no trates de hacerlo de todo. Ve introduciendo poco a poco comidas sanas en tu dieta.

Si quieres comenzar a correr para adelgazar, comienza por poco tiempo al día. Por ejemplo, con 10-15 minutos diarios. Después puedes ir subiendo poco a poco.