Anatomía y fisiología

Accidentes óseos: concepto, para qué sirven y los más comunes


¿Qué son los accidentes óseos?

Los accidentes óseos son marcas que pueden distinguirse en los huesos de los animales vertebrados -incluyendo al ser humano- y que tienen importantes funciones, no solo desde el punto de vista anatómico y fisiológico, sino también en el contexto clínico.

Estas marcas, que generalmente se describen como proyecciones, depresiones o agujeros, resultan elementos indispensables para la identificación de los huesos individuales y para determinar la ubicación de otras estructuras corporales como los músculos, por ejemplo.

Además de servir para realizar la descripción detallada de las estructuras óseas y de cómo es la relación o interacción de estas con los músculos, los ligamentos y otros huesos, los accidentes óseos son utilizados por cirujanos, ortopedistas, radiólogos, anatomistas, forenses y otros para determinar las relaciones anatómicas de los huesos con los tejidos blandos.

Por ejemplo, en el ámbito clínico, el personal de asistencia médica utiliza cotidianamente ciertos hitos óseos para ubicar sitios de inyecciones, localizar ciertos tejidos blandos, ubicar los sitios para obtener imágenes médicas, etc.

¿Para qué sirven los accidentes óseos?

– Permiten el deslizamiento de los huesos que participan en las articulaciones móviles.

– Mantienen huesos en la posición en la que deben estar.

– Proveen soporte estructural para músculos y tejidos conectivos.

– Estabilizan y protegen nervios y vasos sanguíneos.

Los accidentes óseos se forman gracias a la naturaleza dinámica del tejido óseo, que está en permanente remodelación durante la vida de un animal vertebrado.

Generalmente estas ‘marcas’ son reflejo de las fuerzas a las que son sometidas las estructuras óseas y dan cuenta de la capacidad de adaptación que tiene este tejido, bien sea que interactúe con otros huesos o tejidos de menor dureza.

Partes de un hueso

Antes de describir los principales accidentes óseos que existen, es importante comprender la estructura básica de un hueso y los diferentes nombres que reciben sus partes, dado que son necesarios para la descripción de dichas marcas.

Si pensamos en un hueso largo, como el de la pierna, por ejemplo, decimos que este está formado por cuatro partes:

  • La cabeza: también conocida como epífisis, corresponde a las porciones redondeadas que se encuentran en ambos extremos del hueso.
  • El cuello: también llamado metáfisis, corresponde a la porción más ancha del hueso y se encuentra después de la cabeza.
  • El cuerpo: conocido como diáfisis, es la parte central del hueso.
  • La superficie articular: es el área de un hueso en donde este entra en contacto cercano con otro hueso (un hueso puede tener más de una superficie articular).

Accidentes óseos más comunes

Ángulo

Se trata de angulaciones óseas agudas que pueden servir como sitios de unión para otros huesos o para tejidos blandos; a menudo son empleadas para descripciones anatómicas precisas.

Ejemplos de ángulos como accidentes óseos son los ángulos de las escápulas (ángulos superior, inferior y acromial) y del occipucio, que es región inferior de la parte posterior de la cabeza (ángulos superior, inferior y laterales).

Apófisis

Es una zona de la superficie ósea que se caracteriza por tener mayor elevación o, en otras palabras, es una protuberancia ósea articular, como las presentes en las vértebras de la columna.

Cóndilo

Es una prominencia de gran tamaño, que generalmente otorga soporte estructural para tejido cartilaginoso. Se trata de una protuberancia redondeada que encaja en otro hueso como un rompecabezas, originando una articulación.

Un ejemplo importante es la articulación de la rodilla, formada por los cóndilos lateral y medio del fémur y los cóndilos medial y lateral de la tibia.

Cresta

Las crestas son regiones prominentes o elevadas en el borde de un hueso. Generalmente funcionan como sitios de unión para músculos. El hueso más grande de la pelvis, el íleon, tiene lo que se conoce como la “cresta ilíaca”.

Epicóndilo

Se trata de una región ósea que se encuentra por encima de un cóndilo y funciona como sitio de unión para músculos y ligamentos. El húmero, por ejemplo, tiene un epicóndilo medio.

Faceta o carilla

Consiste en una superficie plana y lisa que forma una articulación con un hueso plano o con otra faceta, formando una articulación deslizante. Ejemplo son las articulaciones de las vértebras que permiten la flexión y extensión de la columna.

Escotadura

Una depresión en el hueso que puede, aunque no siempre, proveer un sitio de estabilización para un hueso articular adyacente, el cual puede deslizarse dentro y fuera de la misma, guiando el rango de movimiento de la articulación.

Espina o proceso espinoso

Consiste en una elevación aguda y ‘filosa’ o muy pronunciada del hueso donde se unen músculos y tejido conectivo.

Fisura

Es una abertura en un hueso que generalmente alberga nervios y vasos sanguíneos. Ejemplo común es la fisura orbital superior e inferior.

Foramen

Es un agujero en la estructura ósea que permite el paso de nervios y vasos sanguíneos, como el foramen supraorbital, el infraorbital y el foramen mental en el cráneo.

Fosa

Es una depresión poco profunda en la estructura ósea. Puede servir de sitio de articulación para otro hueso o actuar como soporte de las estructuras cerebrales, como la fosa craneal anterior.

Línea o margen

Se trata del borde de cualquier hueso plano y es utilizado en anatomía para definir adecuadamente los bordes o ‘fronteras’ de un hueso.

Meato

Es un canal con aspecto de tubo que se extiende dentro del hueso y que permite el paso de nervios, vasos sanguíneos e incluso sonido, como por ejemplo el meato acústico externo y el meato auditivo interno.

Ramus o rama

Es una región curveada de un hueso que da soporte estructural al resto del hueso. Un ejemplo importante es la rama púbica superior e inferior, así como la rama de la mandíbula.

Seno

Este término se emplea para describir cualquier cavidad en un órgano o tejido; ejemplo común incluye a los senos paranasales.

Surco

Es una ranura en la superficie del hueso que discurre a lo largo de un vaso sanguíneo o de un nervio, permitiéndole tener un espacio para evitar la compresión por los músculos adyacentes o fuerzas externas de otros tipos.

Trocánter

Se trata de una prominencia de gran tamaño en un lado del hueso. El trocánter de algunos huesos largos del cuerpo humano sirve como sitio para la unión de tejido conectivo denso, así como los trocánter del fémur.

Tuberosidad

Es una prominencia moderada que también funciona para la unión de músculos y tejido conectivo. Se parece mucho funcionalmente a un trocánter y un buen ejemplo es la tuberosidad en la tibia, en el deltoides y en el isquion.

Tubérculo

Es una prominencia redondeada de pequeño tamaño y que funciona para la unión de tejido conectivo. El húmero tiene un tubérculo mayor y uno menor.