Taxismo: qué es, definición, tipos, ejemplosTaxismo
¿Qué es el taxismo?
El taxismo, en biología, se conoce como el movimiento, reacción o cambio de orientación que realizan los animales en respuesta a un estímulo. Son respuestas instintivas que ayudan a la preservación de la especie.
El taxismo es una respuesta del sistema nervioso de los animales ante estímulos. No debe confundirse con la cinesis, que es también el movimiento que se realiza ante un estímulo. La cinesis es aleatoria, mientras que el taxismo va orientado a acercarse o alejarse.
Los animales identifican estos estímulos por medio de sus receptores corporales; estos envían una señal al sistema nervioso. La respuesta dependerá de la clase de estímulo que se presente y del tipo de animal que la perciba.
Existe una gran variedad de taxismos, estos varían según la naturaleza del estímulo. También varían los receptores que alertan al animal y las características de la orientación.
El conocimiento sobre los distintos taxismos en los animales es importante para la biología, ya que ha ayudado a comprender aspectos orgánicos y de comportamiento en distintas especies.
Características del taxismo
El taxismo, simplificado en su forma más básica, se divide en dos tipos de orientación: positiva y negativa.
- El taxismo positivo es aquel que hace al animal acercarse a la fuente de estímulo; el negativo, por su lado, hace que se aleje. Suele ayudar a los animales en su apareamiento o alimentación, dado que los acerca a su pareja o los mueve hacia su presa. Esta respuesta al estímulo les ayuda incluso a comunicarse entre sí, y a encontrarse a pesar de estar a grandes distancias.
- El taxismo negativo, por otra parte, suele estar relacionado con la preservación y supervivencia de los animales. Se trata de la respuesta a estímulos que pueden indicar peligro, como los movimientos repentinos. Por ejemplo, cuando los animales identifican cambios en la temperatura, suelen moverse a climas más cálidos o fríos según su conveniencia.
Receptores sensoriales
Los receptores son la fuente que tiene cada animal para detectar los estímulos del ambiente. Se trata de estructuras sensoriales con las que cuentan los animales de diversas especies y que pueden identificar movimientos internos o externos.
Los receptores sensoriales externos logran identificar los estímulos del ambiente, tales como sonido, luz, movimiento, temperatura, olores y presión, entre otros.
Los receptores sensoriales internos identifican estímulos relacionados con el interior de organismos, como la temperatura corporal, los niveles de pH e incluso la composición de la sangre.
Existen también los propiorreceptores, que se encuentran en los músculos, huesos y tendones de los animales. Estos les avisan sobre el estado y la posición de su propio cuerpo.
Órganos de los sentidos
Los órganos de los sentidos son las partes del cuerpo de un animal que entran en contacto con los estímulos y con el ambiente.
Por ejemplo, en el ser humano el oído ayuda a identificar sonidos, la piel es el órgano por el cual ingresa el estímulo del tacto al sistema nervioso, y los ojos identifican variaciones de luz y movimiento.
En los animales, la ubicación de estos órganos y sus funciones suele variar según el ecosistema en el que se desarrollen.
Por ejemplo, una gran parte de los insectos cuenta con antenas que sirven como receptores del tacto. En otros animales, como los pulpos y las medusas, los receptores se encuentran en los tentáculos.
La mayoría de los mamíferos se guían por medio de la vista, utilizando sus ojos; sin embargo, ejemplares como los murciélagos y los delfines basan sus desplazamientos en la ecolocalización, es decir, mediante el uso del sonido.
En el ámbito de receptores sensoriales internos, lo quimiorreceptores ayudan a los animales a identificar, por ejemplo, las feromonas en el ambiente. Esto les permite acudir a una posible pareja de apareamiento.
Las serpientes poseen un muy pobre sentido de la vista, pero tienen la habilidad de detectar la temperatura corporal de otros animales. Estos termorreceptores la auxilian para cazar a sus presas.
De igual manera, algunas especies de tiburones y mantarrayas pueden sentir campos eléctricos en el agua creados por otros animales.
Tipos de taxismos
Los tipos de taxismos son la consecuencia de las variaciones de estímulos externos o internos cuando son interceptados por los animales utilizando sus órganos sensoriales.
1- Anemotaxismo
Es el desplazamiento según la dirección del viento. Algunos insectos, al percibir los trazos químicos de una probable presa o pareja de apareamiento, realizan anemotaxia negativa (se mueven en contra del viento) hasta encontrar el origen del olor.
2- Fototaxismo
Es el desplazamiento hacia o en contra de la luz. Insectos como los gusanos y las cucarachas suelen alejarse al estar expuestos a la luz, mientras que polillas y moscas se ven fuertemente atraídas hacia esta.
3- Geotaxismo
Se trata del desplazamiento hacia o en contra de los movimientos gravitacionales. Por ejemplo, algunas clases de anémonas, medusas y parásitos marinos tienen la tendencia a desplazarse al fondo del mar, haciendo así una geotaxia positiva.
4- Hidrotaxismo
Es el desplazamiento en dirección del agua. Cuando las tortugas emergen de sus huevos enterrados en la arena a las orillas del mar, realizan una hidrotaxia positiva, dado que su instinto les hace dirigirse al océano en cuanto nacen.
5- Termotaxismo
Se refiere al desplazamiento hacia fuentes de calor. Una termotaxia positiva sería acercarse a lo templado, mientras que una negativa es alejarse de la fuente de calor.
Algunas especies en las que se ha comprobado termotaxismo positivo son los nematodos y los mosquitos.
6- Tigmotaxismo
Es la respuesta ante vibraciones o ante la presión ejercida sobre un punto. Un ejemplo de este taxismo incluye a las arañas.
Al tejer sus redes, las arañas pueden identificar las más sutiles vibraciones. Cuando un insecto pequeño queda atrapado y ejerce presión sobre la red, las arañas realizan una tigmotaxia positiva: se acercan a su presa.
Referencias
- Taxis. Biology Online. Recuperado de biology-online.org
- Dijkgraaf, S. (s.f.) Mechanoreception: Sensory Reception. Encyclopedia Britannica. Recuperado de britannica.com