Neurociencia

Neurohipófisis: desarrollo, funcionamiento y enfermedades


La neurohipófisis, también llamada lóbulo posterior de la hipófisis o hipófisis posterior, es una estructura que se encarga de almacenar y liberar dos hormonas: la vasopresina y la oxitocina. Dichas hormonas regulan la secreción de agua, y las glándulas mamarias y contracciones uterinas, respectivamente.

Esta estructura forma parte de la hipófisis o glándula pituitaria, perteneciendo al sistema endocrino. Está compuesta principalmente por axones sin mielina procedentes del hipotálamo y por capilares sanguíneos.

Neurohipófisis representación

La neurohipófisis es un ejemplo de neurosecreción, ya que regula la secreción de hormonas. Sin embargo, no las sintetiza. Por el contrario, su tarea principal es el almacenamiento.

La neurohipófisis puede alterarse por tumores, daños cerebrales, o enfermedades congénitas en las que no se desarrolle adecuadamente. Esto da lugar a alteraciones en los niveles de vasopresina y oxitocina.

Índice del artículo

Desarrollo de la neurohipófisis

La hipófisis, más conocida como glándula pituitaria, procede completamente del ectodermo. El ectodermo es una de las tres capas germinales que surgen durante el desarrollo embrionario temprano. En concreto, es aquella que da lugar al sistema nervioso y a muchas glándulas del organismo.

La glándula pituitaria está formada por dos estructuras funcionalmente diferentes que posee distinto desarrollo embriológico y distinta anatomía. Éstas son la pituitaria anterior o adenohipófisis y la pituitaria posterior o neurohipófisis.

La adenohipófisis proviene de una invaginación del ectodermo oral llamada “bolsa de Rathke”. Mientras que la neurohipófisis surge del infundíbulo, una extensión hacia abajo del ectodermo neural.

El ectodermo oral y neural, que son los precursores de la pituitaria, mantienen un estrecho contacto durante la embriogénesis. Dicho contacto va a ser esencial para el adecuado desarrollo de la glándula pituitaria. Cuando ésta última se forma por completo, alcanza el tamaño de un guisante.

Funcionamiento

A diferencia de la adenohipófisis, la neurohipófisis no sintetiza hormonas, solo las almacena y las segrega cuando es necesario.

Los axones (prolongaciones neuronales) que llegan a la neurohipófisis presentan sus cuerpos celulares (núcleos) en el hipotálamo. Concretamente, en los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo.

Estos cuerpos celulares hipotalámicos crean hormonas que viajan por los axones que cruzan el tallo hipofisario, llegando a la neurohipófisis. Ésta última puede liberar hormonas al torrente sanguíneo directamente.

Para ello, los botones terminales de los axones de la neurohipófisis se conectan con los capilares sanguíneos. En dichos botones terminales se almacenan las hormonas que serán liberadas a la sangre cuando el organismo lo necesite.

Parece ser que los impulsos nerviosos del hipotálamo son los que controlan tanto la síntesis como la liberación de las hormonas acumuladas en la neurohipófisis.

Anatomía y partes

La neurohipófisis se forma por la diferenciación del ectodermo neural en la pars nervosa (o proceso infundibular), el tallo infundibular y la eminencia media.

La pars nervosa constituye la mayor parte de la neurohipófisis, y es donde se almacenan la oxitocina y la vasopresina. Ésta posee los axones no mielinizados de las neuronas neurosecretoras del hipotálamo. En el hipotálamo se encuentran sus cuerpos celulares.

En ocasiones, la pars nervosa se usa como sinónimo de neurohipófisis. Sin embargo, este uso es incorrecto.

Mientras que, el tallo infundibular o infundíbulo es una estructura que hace de puente entre los sistemas hipotalámicos e hipofisarios.

En cuanto a la eminencia media, es un área que conecta con el tallo hipofisario. Hay autores que no la consideran parte de la neurohipófisis, sino del hipotálamo.

Las hormonas oxitocina y vasopresina se sintetizan en los cuerpos celulares del hipotálamo. Luego viajan a través de los axones y se acumulan en los botones terminales, dentro de unos gránulos llamados cuerpos de Herring.

En cuanto a la vasculatura, las arterias hipofisarias inferiores que provienen de la arteria carótida interna son las que irrigan esta estructura. Existe una red de capilares que envuelve los terminales axónicos, facilitando que las hormonas liberadas lleguen a la sangre.

Histología

La estructura histológica de la neurohipófisis es fibrosa. Esto se debe a que está constituida, sobre todo, por axones no mielinizados de neuronas del hipotálamo. Posee unos 100000 axones aproximadamente que transportan hormonas.

Además, también contienen células gliales y una gran cantidad de vasos capilares. Éstos últimos se concentran principalmente en la parte ventral, donde se da una mayor liberación de oxitocina y vasopresina a la sangre. Gran parte de los capilares poseen pequeños agujeros para facilitar que las hormonas lleguen al torrente sanguíneo.

Un componente histológico interesante y característico de la neurohipófisis son los cuerpos de Herring. Consisten en protuberancias ensanchadas localizadas en los botones terminales de los axones.

Poseen grupos de gránulos neurosecretores, que contienen oxitocina o vasopresina. Suelen estar vinculados con los capilares, y presentan una forma oval y una textura granulada.

Por otro lado, se han encontrado en la neurohipófisis unas células gliales especializadas denominadas “pituicitos”. Los investigadores creen que podrían participar activamente en la regulación de la secreción de hormonas. Presentan una forma irregular y un núcleo ovalado.

Hormonas de la neurohipófisis

La neurohipófisis almacena y libera vasopresina y oxitocina. Estas hormonas tienen efectos asociados con el sistema nervioso autónomo.

Aunque las funciones de la oxitocina y vasopresina son diferentes, su estructura es muy similar. Según parece, ambas proceden evolutivamente de una misma molécula: la vasotocina. Ésta aún se observa en algunos peces y anfibios.

Las dos hormonas se sintetizan en los núcleos (somas) de neuronas magnocelulares. Su nombre se debe a su mayor tamaño y gran soma. Éstas se localizan en los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo. Cada neurona está especializada en la síntesis de un sólo tipo de hormona (o vasopresina u oxitocina).

Para su síntesis, sus precursores o prohormonas se almacenan en vesículas neurosecretoras que van a procesarlas y convertirlas. En este proceso, unas enzimas convierten a sus precursores, que son proteínas grandes, en oxitocina y vasopresina.

Por otro lado, los núcleos paraventricular y supraóptico del hipotálamo segregan una sustancia llamada neurofisina. Ésta consiste en una proteína que transporta a la vasopresina y a la oxitocina a través del eje hipotálamo-hipofisario.

A continuación, se describe las hormonas de la neurohipófisis:

Vasopresina (AVP)

También conocida como hormona antidiurética (ADH) por sus efectos en el riñón. Su principal función es regular la secreción de agua a través de la orina.

En concreto, estimula la retención de líquido. Además, controla la vasoconstricción de los vasos sanguíneos periféricos.

Oxitocina

Esta sustancia contribuye al transporte de leche durante la succión, desde las glándulas mamarias hasta los pezones. Además, media la contracción del músculo liso del útero durante el orgasmo. Al igual que las contracciones que ocurren en el momento del parto.

Por otra parte, el estrés o la tensión emocional puede alterar la liberación de esta hormona, llegando a interferir con la lactancia.

Curiosamente, debido a su parecido, estas dos hormonas pueden experimentar reacción cruzada. Así, la oxitocina a grandes niveles tiene una leve función antidiurética, mientras que la vasopresina muy elevada puede provocar contracciones uterinas.

Enfermedades

Los tumores en la glándula pituitaria son relativamente habituales. Sin embargo, un tumor en la neurohipófisis es muy infrecuente. Si existe, suele acompañarse de metástasis y tumores en las células granulares.

También se ha encontrado una anomalía congénita de la neurohipófisis llamada síndrome de interrupción del tallo hipofisario. Se caracteriza por una neurohipófisis ectópica (que se desarrolla en un lugar incorrecto) o ausente, tallo hipofisario muy delgado o inexistente, y aplasia de la hipófisis anterior.

Esto da lugar a deficiencias en el funcionamiento de la glándula pituitaria, incluyendo la neurohipófisis. Algunos de los síntomas son hipoglucemia, micropene, talla baja, retraso en el desarrollo, tensión baja y convulsiones.

Cualquier daño o disfunción de la neurohipófisis puede provocar problemas en la secreción de vasopresina u oxitocina.

Por ejemplo, en la diabetes insípida hay una liberación insuficiente de vasopresina. En esta enfermedad, el organismo no puede concentrar la orina. Los afectados llegan a eliminar unos 20 litros de orina diluida cada día.

Por otro lado, una liberación muy elevada de vasopresina provoca el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (HAD). Esto produce que el organismo retenga más agua de la cuenta, subiendo demasiado los niveles de agua en sangre.

Mientras que, dosis elevadas de oxitocina pueden dar lugar a hiponatremia. Esto supone una concentración muy baja de sodio en sangre.

Referencias

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