Lengua y literatura

Textos orales: características, tipos y estrategias


Los textos orales son los textos que se producen en un entorno hablado, los que se realizan con sonidos y constituyen la base de la comunicación humana. A través de la oralidad podemos intercambiar ideas con amigos, familiares, colegas, compañeros y extraños.

La competencia lingüística es un concepto estrechamente ligado a la producción de los textos orales, pues mediante ella sabremos cómo hablar en determinados contextos: no es lo mismo hablar con amigos o con la familia que frente a un grupo de profesionales, en una entrevista o dando una conferencia.

Los textos orales son básicos para desarrollar la interacción humana, y se producen casi siempre de forma espontánea. Al aprender a hablar, se aprende a producir textos orales, pues como unidad comunicativa constituyen la forma más competente de transmitir información.

Su canal de transmisión es el auditivo y, como contraposición al texto escrito, se apoya en la gestualidad y en un determinado uso de expresiones lingüísticas. Se consideran los textos orales como primarios, y los escritos como secundarios.

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Características del texto oral

Los textos orales se caracterizan por varios factores, definidos por la forma expresiva. Tienen un carácter natural, ya que se expresan a través del habla aprendida desde la infancia, participan al mismo tiempo varios interlocutores y son generalmente espontáneos, siendo la espontaneidad una de sus principales características.

Comunicación no verbal

Con “comunicación no verbal” nos referimos a que la gestualidad es importante para descifrar el significado de un texto oral. Esto quiere decir que muchas veces la comunicación oral se compone por tonos de voz, miradas y gestos muy difíciles de reproducir en un texto escrito.

Espontáneo e inmediato

La inmediatez se refiere a que cuando dos o más personas hablan, están compartiendo un contexto comunicativo que hace comprensibles el diálogo y la situación. Cuando se producen los textos orales se hacen rápidamente, en respuesta a intervenciones de los demás interlocutores.

Esto permite que se corrijan unos a otros, o que uno termine la frase del interlocutor, pues la interacción es fundamental; y reafirma su carácter inmediato y espontáneo, así como lo efímero del habla. Por eso existe el dicho: “Las palabras se las lleva el viento”, porque no quedan fijadas para su recuerdo más que en la memoria de quien nos escucha.

Por el contrario, cuando se inventó la escritura, se hizo para fijar hechos.

Sintaxis poco elaborada

Como el acto de habla (o texto oral) se produce inmediatamente mientras se habla, la sintaxis usada es generalmente poco elaborada. Cuando se habla de sintaxis, se habla del conjunto de reglas y las formas en que las palabras se combinan.

En el lenguaje oral la sintaxis es más bien pobre, en el sentido de que muchas veces no hay coherencia gramatical, pues las reglas al hablar suelen ser más relajadas que en la escritura.

Así, podemos escuchar a gente que en sus diálogos dicen frases como: “estuve viendo las tiendas y vi mucho cerradas”, o “cuando yo le dije a ella que viniera entonces no vino”.

Las reglas gramaticales a veces parecen no utilizarse correctamente, y según el contexto, pueden ser aceptadas.

En otras palabras, cuando un profesor habla delante de la clase debe hacerlo correctamente, pero cuando ese mismo profesor habla con amigos o con su familia, el carácter natural del habla le permitirá “saltarse” algunas reglas gramaticales.

Abundancia de deícticos

Los deícticos son elementos gramaticales usados en el habla, cuyo significado depende de la situación comunicativa. Es decir, cuando hablamos con otra persona y le decimos: “Fíjate en esto”, la persona sabrá a qué nos referimos, pues estaremos señalando algo específico en el entorno.

Los deícticos señalan un lugar, un objeto, un tiempo o una persona que no se especifican en los textos orales, y funcionan como sustitutos de los conceptos o personas. Hacer el gesto de señalar una dirección y decir “allí” en el contexto se entenderá perfectamente, pero al reproducirse por escrito habrá que explicar qué era ese sitio denominado “allí”.

Otro ejemplo puede ser cuando decimos “mira el cuadro, este no me gusta pero aquel me parece extraordinario”. En este caso, “este” y “aquel” son deícticos.

O en la frase: “venimos mañana”, tanto “venimos”, que alude al sujeto tácito de 1° persona plural, como “mañana”, adverbio de tiempo, son deícticos, puesto que hay que aclarar quiénes son los que vienen y cuándo será ese “mañana”.

Tipos de textos orales

Según la situación comunicativa, los textos orales se pueden clasificar en tres grandes tipos: la situación comunicacional singular, la dual y la plural.

Textos orales en la comunicación singular

Son los textos producidos para discursos políticos, una exposición magistral (conferencias, clases, etc.). Se dice que son singulares porque los expresa una sola persona.

Textos orales en la comunicación dual

Son aquellos textos que se producen entre dos interlocutores, como una charla entre dos amigos, una llamada telefónica o una entrevista (de trabajo, televisiva, etc.).

Textos orales en la comunicación plural

Son los textos generados en reuniones, como los debates en clase, las reuniones vecinales, los coloquios o las conversaciones entre tres o más personas.

Para cada una de ellas se necesitan habilidades específicas.

Estrategias para la producción de textos orales

Es importante que desde la escuela se enseñe a dominar el “arte de la oratoria”. No es que todos los estudiantes van a ser oradores (que sería ideal), sino más bien que aprendan a hablar en público y a expresarse correctamente.

Por ello, muchas estrategias educativas se enfocan en que los estudiantes den charlas, expongan temas y hagan debates en clase, como una manera de lograr la competencia lingüística de la que se habló al principio.

La competencia lingüística hará saber al hablante cómo desenvolverse en determinados ámbitos, y hacerlo en público delante de los compañeros y el profesorado indicará el tono en que se hará y el uso adecuado de las palabras.

Así, en conversaciones entre amigos serán aceptadas palabras coloquiales e incluso las “malas palabras”, mientras que en una conferencia el lenguaje utilizado será más bien estándar y correcto.

Producir textos orales para exposiciones o discursos requiere del estudio del tema en cuestión. Es habitual que quien dé la conferencia prepare el tema y se ayude de fichas donde estarán los puntos importantes que deberá tocar. Las fichas son un recordatorio que servirá para construir el texto oral.

Para los coloquios y debates, también se tendrá que preparar el o los temas que se vayan a tratar, así como para una entrevista se hace muchas veces un pequeño ensayo con el entrevistado a fin de asegurar un buen texto oral, que sepa cómo dominar los nervios y exprese claramente las ideas.

Referencias

  1. Rodríguez, M. E. (1995). Hablar en la escuela: ¿para qué?… ¿Cómo? Lectura y Vida, Revista Latinoamericana de Lectura, vol. 16, N° 3, pp. 31-40. Tomado de academia.edu.
  2. López Valero, A. (1996). Tipología textual y técnicas de expresión oral. Tomado de ruc.udc.es.
  3. Rodríguez, L. C. (2002). Las unidades del discurso oral. Boletín de lingüística, vol. 17, pp. 7-29. Tomado de redalyc.org.
  4. Texto oral/texto escrito (2020). Fundamentos teóricos y aplicaciones prácticas. Tomado de educarex.es.
  5. Producción de textos orales (2020). Tomado de creacionliteraria.net.
  6. Bravo, F. (2020). ¿Cuáles estrategias de aprendizaje podemos implementar para la producción de textos orales y escritos en niños(as)? Tomado de academia.edu.