Epipaleolítico: características, modo de vida, arte
El Epipaleolítico fue uno de los periodos en los que se ha dividido la Prehistoria de la humanidad. El término, que significa “sobre el Paleolítico” es relativamente reciente, ya que fue establecido a comienzos del siglo XX. Cronológicamente se solapa con el Mesolítico y, por ese motivo, algunas corrientes historiográficas no lo utilizan en sus estudios.
Uno de los factores que marcaron el cambio del Paleolítico al Epipaleolítico fue el cambio climático que empezó a sufrir el planeta. La era glaciar fue dejando paso a un clima más templado, lo que provocó grandes transformaciones que afectaron al modo de vida de los seres humanos.
Aunque la sociedad humana de este periodo seguía siendo nómada y su supervivencia estaba basada en la recolección y en la caza, durante el Epipaleolítico comenzaron a aparecer algunas de las características que después se manifestarían abiertamente en el Neolítico.
Entre los cambios en el modo de vida destacó la mejora en la fabricación de herramientas. En este sentido, incluso aparecieron algunos útiles que parecen destinados a trabajar el campo. Por otra parte, los grupos cada vez pasaban más tiempo en los asentamientos temporales, lo que puede tomarse como un antecedente de la sedentarización.
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La periodización tradicional de la Prehistoria señalaba que la etapa entre el Paleolítico y el Neolítico se denominaba Mesolítico. Esta clasificación había sido creada por Sir John Lubbock, a finales del siglo XIX y ha sido la más utilizada por los historiadores.
Sin embargo, a comienzos del siglo XX apareció un nuevo término: el Epipaleolítico. La coincidencia temporal con el Mesolítico ha causado que su uso sea confuso en muchas ocasiones.
Aunque hay muchas discrepancias en el mundo académico, en general se considera que el Epipaleolítico se desarrolló entre el 12 000 y el 8 500 antes del presente (AP), mientras que el Mesolítico fue desde esa fecha hasta el 7 200 AP.
Otros expertos, en cambio, no aprecian esa diferencia cronológica. Para ellos, la diferencia entre el Epipaleolítico y el Mesolítico es de concepto.
De esta forma, para estas corrientes historiográficas, los grupos humanos epipaleolíticos habrían mantenido la forma de vida del Paleolítico. Por su parte, las sociedades mesolíticas fueron las que fueron adoptando nuevos estilos de vida que, después, conducirían al Neolítico.
Se considera que el comienzo del Epipaleolítico se produjo cuando el Pleistoceno dio paso al Holoceno. Esto ocurrió en el 12 000 AP, aunque la fecha varía mucho dependiendo de la zona del planeta.
Ya a finales del Paleolítico se estaba produciendo un cambio en el clima del planeta. Después de una larga era glacial, las temperaturas estaban comenzando a ser más templadas, lo que produjo una serie de cambios ambientales que afectaron al ser humano.
Así, ya a comienzos del Epipaleolítico, el cambio climático supuso que algunos animales se extinguieran. Se trataba, en general de especies de gran tamaño, como el mamut o el rinoceronte lanudo, ambas presas muy frecuentes en las batidas de caza de los grupos humanos de la época. Además, otras especies como el reno o el bisonte se trasladaron a zonas más frías.
El resultado fue que animales más pequeños ocuparon el lugar que había dejado esta megafauna. Se trataba de especies como los ciervos o los conejos, más complicados de capturar. Sin embargo, el ser humano ideó nuevas estrategias de caza y se adaptó a la nueva situación.
Como se ha señalado, el ser humano debió adaptarse a la sustitución de unas especies animales grandes pero lentas por otras, más pequeñas y rápidas.
Para poder capturar las nuevas presas, los hombres de la época empezaron a fabricar tipos de armas más avanzadas. La nueva industria lítica hacía posible reducir el tamaño de las herramientas y hacerlas más manejables. Además, el hueso empezó a cobrar mayor importancia como materia prima.
La reducción del tamaño de las herramientas, algo que ya se inició durante el magdaleniense y que se denomina microlitismo, no solo afectaba a la manejabilidad. Igualmente, permitía aprovechar mucho mejor la materia prima utilizada.
Por otra parte, en este periodo también se inventaron utensilios destinados a la pesca. Entre ellos, los cestos de mimbre, rudimentarias embarcaciones o remos.
A pesar de los cambios antes mencionados, el ser humano del Epipaleolítico continuó manteniendo la forma de vida del Paleolítico. Así, se agrupaban en pequeños clanes nómadas que sobrevivían mediante la caza y la recolección.
Sin embargo, la mejora del clima sí supuso algunos cambios. Aunque aún utilizaban las cuevas para resguardarse, también empezaron a hacerlo al aire libre, en asentamientos formados por varias cabañas situadas en círculo.
Los enterramientos, entendidos como actos rituales, ya habían comenzado durante el Paleolítico. Sin embargo, fue en el Epipaleolítico cuando esta costumbre se generalizó.
Los cementerios de la época que se han encontrado muestran cómo los seres humanos de la época dejaban objetos junto a los fallecidos. El modo de enterramiento era bastante variado, ya que se han hallado desde fosas individuales cubiertas de losas de piedra a otras compartidas por varias personas.
Igualmente, algunos de los cuerpos muestran síntomas de violencia, lo que parece indicar que se producían enfrentamientos entre distintos grupos.
El arte durante el Epipaleolítico, denominado arte aziliense, mantiene características muy similares al del Paleolítico superior, cuando se desarrolló el magdaleniense.
El principal cambio que se produjo en el ámbito artístico fue el práctico abandono del arte rupestre. Así, durante este periodo dejaron de realizarse pinturas en las paredes de las cuevas.
En su lugar, los seres humanos de la época desarrollaron un estilo más abstracto de decoración que aplicaban a cantos rodados o a plaquetas.
Este tipo de arte proviene de un yacimiento encontrado en Francia a finales del siglo XIX. Los restos encontrados muestran una continuación estilística con el Magdaleniense, aunque con un menor uso del hueso como material.
En lo que sí presenta notables diferencias es en el estilo, ya que el aziliense se caracteriza por sus representaciones abstractas y simbólicas.
Como se ha indicado, los hombres de la época dejaron de pintar en las cuevas. En su lugar, lo hacían sobre cantos pintados, coloreados con un pigmento normalmente rojo. Aunque en ocasiones utilizaban pinceles muy finos, lo más habitual era que usaran sus propios dedos para realizar los dibujos.
Durante mucho tiempo no se había encontrado ningún ejemplo de arte aziliense figurativo. Esto cambió hace relativamente poco, cuando se encontraron algunas piezas que correspondían a este estilo.
Este arte muestra dos tipos diferentes. El primero está compuesto por representaciones muy esquemáticas, con dibujos de animales realizados sobre cantos.
Por su parte, el segundo tipo muestra figuras con proporciones exageradas. Normalmente, se trata también de representaciones de animales, con un cuerpo muy alargado y desproporcionado respecto a las patas.
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