Trastornos mentales/Psicopatología

Permarexia: qué es, síntomas, causas, consecuencias, tratamiento


¿Qué es la permarexia?

La permarexia es un trastorno alimenticio que afecta sobre todo al sexo femenino. Se trata de una obsesión severa con la comida y con las calorías, que se considera la antesala para problemas más graves, como la anorexia o la bulimia.

Los individuos afectados por permarexia están constantemente preocupados por no engordar. Debido a ello, miran el valor nutricional de todo lo que comen, y tratan de evitar alimentos altos en calorías o poco saludables. Esto va acompañado de un gran malestar psicológico.

Así, las personas con este síndrome suelen seguir dietas comercialmente “milagrosas” una tras otra, con el fin de no engordar, o podrían experimentar otros síntomas relacionados como obsesión con el ejercicio físico, baja autoestima, o atracones seguidos de periodos de ayuno para intentar controlar el peso.

La permarexia no está reconocida como una enfermedad dentro de los manuales diagnósticos, y se ha identificado recientemente como un trastorno de la conducta alimenticia. 

Síntomas

Obsesión por las calorías: el síntoma más claro es la preocupación constante por las calorías que tienen todos los alimentos ingeridos. Las personas con este síndrome tratarán de evitar cualquier cosa que pueda hacerles engordar. Hacen dietas hipocalóricas (con muy pocas calorías) una y otra vez.

Descontento con el propio cuerpo: la obsesión por las calorías tiene su origen en el malestar que siente la persona con su propia imagen corporal. A menudo, estos individuos se ven con sobrepeso o tienen miedo de llegar a padecer este problema. El miedo a no tener buena figura aparece independientemente de si se está realmente en forma o no.

Obsesión por la imagen corporal: en el caso de la permarexia, la persona afectada tiene pensamientos recurrentes sobre su autoimagen corporal, incluso cuando está inmersa en otras tareas. Al igual que ocurre en otros trastornos, su mente no deja de enviarle pensamientos sobre su peso o la comida.

Baja autoestima: una pobre o errónea autoimagen y autopercepción puede influir en la aparición de la permarexia, ya que la persona se ve a sí misma de una manera siempre descalificativa. 

Justificación de los síntomas: las personas con permarexia normalmente tratan de justificar su malestar y sus acciones, afirmando que solo se preocupan por su bienestar, y que no hay nada de malo en ello.

Causas

Presión social: tanto en las sociedades occidentales como en los países menos desarrollados, existe una gran presión social que lleva a las personas a querer tener un buen cuerpo. La obesidad es vista como algo extremadamente negativo, y aunque hay motivos de salud para ello, el bombardeo constante de este mensaje puede ser muy perjudicial.

Problemas emocionales: las personas con este síndrome creen que no serán aceptadas por los demás o que no serán válidas hasta que no consigan tener un aspecto determinado. Esto puede haber sido provocado debido a algún evento traumático en el pasado, o al rechazo por parte de otras personas por causa del aspecto físico.

Creencias irracionales sobre la alimentación: hoy en día, existen todo tipo de dietas y teorías sobre la alimentación contradictorias entre sí. Algunas están apoyadas por evidencia científica, mientras que otras cuentan apenas con apoyo académico. Sin embargo, es muy complicado saber cuáles de ellas tienen razón y cuáles están equivocadas.

Factores de riesgo

No todas las personas tienen las mismas probabilidades de desarrollar permarexia. A continuación veremos qué factores tienen mayor influencia sobre la posibilidad de acabar padeciendo este síndrome.

Género

La mayoría de las personas que padecen permarexia son mujeres.

Una de las explicaciones más difundidas para esto es que este colectivo sufre una mayor presión social para mantenerse dentro de unos ciertos cánones de belleza, aunque es muy probable que esta no sea la única causa.

Baja autoestima

Aunque este síndrome de por sí puede provocar falta de autoconfianza en las personas que lo padecen, tener autoestima baja también es un factor de riesgo a la hora de desarrollarlo.

Los individuos que no confían en sí mismos son más susceptibles a intentar conseguir un tipo de cuerpo determinado y a obsesionarse con esta meta.

Personalidad obsesiva o neurótica

Este rasgo de personalidad es extremadamente común en las personas con permarexia, al igual que entre los que padecen otros trastornos similares de la alimentación.

De la misma manera, el neuroticismo (la característica de las personas cuyas emociones son muy volátiles y poderosas) también correlaciona con la aparición de este síndrome.

Historial de insatisfacción corporal

Cuando una persona ha tenido un cuerpo con el que no estaba satisfecha durante mucho tiempo y se pone manos a la obra para cambiar esta situación, es mucho más probable que acabe obsesionándose sobre el tema.

Perder peso o ponerse en forma no siempre es fácil, y por desgracia, este objetivo tan saludable puede llevarse demasiado lejos.

Así, en muchos casos, la permarexia es sufrida por individuos que han aprendido mucho sobre alimentación o dietas y se han obsesionado tanto con el tema que acaban desarrollando todos los síntomas mencionados anteriormente.

Consecuencias

A pesar de que la permarexia no se considera todavía un trastorno mental oficial, sus efectos son muy reales para las personas que la sufren. 

Deterioro de la salud

En función de la dieta concreta que siga la persona con permarexia o de sus hábitos alimenticios en particular, es posible que su salud se vea muy perjudicada.

Por ejemplo, si un individuo está convencido de que no puede comer grasas bajo ningún concepto, perderá nutrientes esenciales que su cuerpo necesita para estar bien. Por lo tanto, su salud terminará resintiéndose, en ocasiones, hasta extremos muy graves.

Desarrollo de trastornos psicológicos

Varios de los síntomas de la permarexia (como la baja autoestima, las obsesiones o la pérdida de placer por actividades cotidianas) están muy relacionados con otros trastornos psicológicos bastante más graves.

Por eso, es común que las personas con este síndrome acaben padeciendo problemas de mayor envergadura.

Algunos de los trastornos mentales más comunes entre las personas con permarexia son la depresión, la ansiedad social y la ansiedad generalizada.

Aislamiento social

Habitualmente, los individuos que padecen este síndrome tienden a evitar todas aquellas situaciones en las que se puedan ver tentados de ingerir cualquier alimento que no consideran como adecuados.

Debido a ello, muchas veces renunciarán a acudir a eventos o encontrarse con sus seres queridos simplemente para cuidar de su peso.

Tratamientos

La parte más difícil de tratar la permarexia es detectar que se está produciendo este trastorno.

Los individuos que la sufren normalmente no son conscientes de que tienen un problema, y sus seres queridos a menudo se encuentran con excusas aparentemente lógicas que justifican este comportamiento tan poco saludable.

Una vez que se ha determinado que existe un problema, el enfoque más habitual es utilizar una terapia psicológica, como la cognitivo-conductual.

Este conjunto de técnicas puede ayudar a la persona a reducir sus síntomas, a recuperar la confianza en sí misma, y a recuperar una relación normal con la comida y su cuerpo.

En algunas ocasiones, también se puede utilizar medicación (como ansiolíticos o antidepresivos) para reducir algunos de los síntomas más graves del síndrome.

Esto, normalmente, se llevará a cabo junto con la terapia psicológica para conseguir una mayor efectividad.

Por último, en los casos en los que la salud de la persona está muy deteriorada, es posible que sea necesario hospitalizarla temporalmente hasta que su cuerpo se haya recuperado de la falta de calorías o nutrientes provocada por la enfermedad.

Referencias

  1. Trastornos de la conducta alimentaria. Recuperado de es.wikipedia.org.