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77 frases de Andrés Calamaro para recordar sus mejores temas


Andrés Calamaro (1961) es un cantautor y productor discográfico argentino. Es uno de los iconos del rock nacional por su trayectoria musical con los Abuelos de la nada, Los Rodríguez y como solista. Desde muy temprana edad, Calamaro se interesó por la música, y a los 8 años tuvo su primer instrumento, un bandoneón. Luego aprendió guitarra eléctrica y piano.

En sus inicios formó la banda Proyecto Erekto con otros músicos (entre ellos, Gustavo Cerati), banda que después sería Soda Stereo, ya sin Calamaro. Es un artista de obligada mención en el rock argentino, con al menos 16 álbumes y una larga trayectoria musical.

A continuación te dejamos una lista de frases de Andrés Calamaro tomadas de canciones como “Flaca”, “Cuando te conocí”, “Algo contigo”, “Loco”, o “La parte de adelante”, entre otras.

Las mejores frases de Andrés Calamaro

-Yo soy un loco que se dio cuenta que el tiempo es muy poco. –Loco.

-Flaca, no me claves tus puñales por la espalda, tan profundo, no me duelen, no me hacen mal. Lejos, en el centro de la Tierra, las raíces del amor, donde estaban quedarán. –Flaca.

-Por un sueño postergado nos cansamos de luchar. Demasiada camiseta y cada vez menos gambeta, la sonrisa cuesta más. –Clonazepán y circo.

-No sé por qué, me imaginé que estamos unidos, me sentí mejor. Pero aquí estoy tan solo en la vida, que mejor me voy. –Desconfío.

-Cuántos desengaños por una cabeza, yo juré mil veces, no vuelvo a insistir. Pero si un mirar me hiere al pasar, su boca de fuego otra vez quiero besar. –Por una cabeza.

-Supongo que nadie se va del todo, espero que exista algún lugar donde los chicos escuchen mis canciones, aunque no los escuche opinar. –Chicos.

-Contigo aprendí a ver la luz del otro lado de la luna. Contigo aprendí que tu presencia no la cambio por ninguna. –Contigo aprendí.

-Si alguna vez no me vuelven a ver, porque a mí como a todos se me olvida, algo va a quedar adentro tuyo siempre, algo que yo te dejé alguna vez. –Tuyo siempre.

-La noche que me quieras, desde el azul del cielo, las estrellas celosas nos mirarán pasar. –El día que me quieras.

-Me gusta tanto que me encante, que quiero hasta la locura desarmarme en el vaivén de tu cintura, y remar sobre tu espalda y naufragarte. –Soy tuyo.

-Tengo a Lorena en las venas, por la sangre se me metió. Es como una droga cualquiera, es necesidad, es amor. –Lorena.

-Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo. Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo. –Algo contigo.

-Pero vos no te animaste, te fascina tener un problema. Te creíste tu cara de nena. Pudiste ser una reina y no te bancaste. –No te bancaste.

-No te olvides de decirle, si algún día pasas por la puerta de la casa de Lorena, que sigo vivo y nunca me olvidé de recordar. –Lorena.

-Yo tengo cuatro claveles, uno por cada motivo. El encuentro, tu mirada. Mi secreto, nuestro olvido. Estoy jugando con fuego. –Jugar con fuego.

-Voy a salir y respirar, porque en el bar nada bueno va a pasar. Apocalipsis malasañero, por un segundo no es el fin del mundo. –Apocalipsis en Malasaña.

-No me siento bien. Hoy perdí la fe. La suerte juega con cartas sin marcar. No se puede cambiar. –Cartas sin marcar.

-Cuando te conocí salías con un amigo de los pocos que tenía. Eras lo mejor de su vida, pero fuiste lo mejor de la mía. –Cuando te conocí.

-Puedo presumir de poco, porque todo lo que toco se rompe. Te presté un corazón loco que se dobla con el viento y se rompe. –Todo lo demás.

-No son mujeres ausentes. No son cuchillos en los dientes. No son martes de carnaval de Brasil. –Carnaval de Brasil.

-Qué más quisiera que pasar la vida entera, como estudiante el día de la primavera. Siempre viajando en un asiento de primera, el comandante de tu balsa de madera. –La parte de adelante.

-Te crees que eres una bruja consumada, y lo que pasa es que estás intoxicada. Y eso que dices que ya no tomas nada, pero me dicen por ahí: “Que sí, que sí. Que sí, que sí”, y dicen, dicen… –Veneno en la piel.

-No me digas que es muy pronto, son las 7 de la tarde aquí en España. No me extraña que seas así y te rías de mí otra vez. No me tengas piedad porque soy de verdad y me puede hacer mal. –El tercio de los sueños.

-Qué gran error volverte a ver, para llevarme destrozado el corazón. Son mil fantasmas, al volver. Burlándose de mí, las horas de ese muerto ayer. –Como dos extraños.

-Pero si ahora tienes tan solo la mitad del gran amor que aún te tengo. Puedes jurar que al que te quiere lo bendigo. Quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo. –Aunque no sea conmigo.

-Angustia de sentirme abandonado, de pensar que otro a su lado pronto, pronto, le hablará de amor. Hermano, yo no quiero rebajarme, ni pedirle, ni llorarle. –Nostalgias.

-Solo Dios es testigo de cuánto te amé. Quisiera dormir pero no lo consigo, no puedo dejar de pensar. Ayer estabas aquí conmigo, hoy no te quisiera encontrar recogiendo tus cosas. –Sin saber qué decir.

-Señor banquero, devuélvame el dinero, por ahora es lo único que quiero. Estoy cansado de los que vienen de amigos, y solo quieren rellenarme el agujero. –Alta suciedad.

-Cuántas veces yo pensé volver, y decir que de mi amor nada cambió, pero mi silencio fue mayor. Y en la distancia muero día a día sin saberlo tú. –La distancia.

-Era una forma de caminar, era solamente verte pasar. Eso es meterse en problemas, jugar limpio no es para mí. Nadie sale vivo de aquí. –Nadie sale vivo de aquí.

-Tengo cada insensatez y me puedo equivocar, pero no me equivoqué contigo. Tengo abierto el minibar y cerrado el corazón, y solo late, y solo late por los dos. -5 minutos más (minibar).

-Si resulta que sí, sí podrás entender lo que me pasa a mí esta noche, ella no va a volver. Y la pena me empieza a crecer adentro, la moneda cayó por el lado de la soledad y el dolor. –Crímenes perfectos.

-No me importan todos tus problemas. No me empujes a abandonarte de nuevo. No es un trago fácil para mí. Bailando sobre la sangre de los demás –No me empujes.

-Siempre seguí la misma dirección, la difícil, la que usa el salmón. Siento llegar al vacío total, de tu mano me voy a soltar. –Salmón.

-En el palacio de las flores había flores de todos los colores, quedaba en Basavilbaso, hace mucho que no paso por ahí.- El palacio de las flores.

-Ella dijo “que te vaya bien”, y le dije “buena suerte y hasta luego”, y nunca más la volveré a ver, o tal vez sea en algún tiempo. –Buena suerte y hasta luego.

-Quiero elegir del mapa un lugar sin nombre a dónde ir. Será el lugar donde viva lo que quede por vivir. Por eso de cada viaje me traigo el equipaje perdido, por eso es que he decidido nunca olvidar, nunca olvidar. –Donde manda marinero.

-Qué verde era mi valle cuando había una china siempre en mi habitación. Eso sí, la cama nunca está vacía, pero no es igual. Nunca es igual. –Nunca es igual.

-Es lo que me gusta de ser libre como un pájaro libre, buscando el hueso que uno nunca va a encontrar. Eso que uno nunca va a encontrar. El hueso que uno nunca va a encontrar. –La verdadera libertad.

-Te quiero, no sé si estoy despierto, o tengo los ojos abiertos. Sé que te quiero y que me esperan más aeropuertos. Te quiero, te llevaste la vela y me dejaste el entierro. Primero te quiero igual. –Te quiero igual.

-La brisa de enero a la orilla llegó. La noche del tiempo sus horas cumplió. Y al llegar el alba el carozo cantó, partiendo al durazno que al río cayó. Y el durazno partido ya sangrando está bajo el agua. –Durazno sangrando.

-De un tiempo lejano a esta parte ha venido perdido sin tocarme la puerta, recuerdo entrometido. De un tiempo olvidado ha venido un recuerdo mojado de una tarde de lluvia, de tu pelo enredado. –Para no olvidar.

-Esperando y esperando, porque vivir es jugar, y yo quiero seguir jugando, le dije a mi corazón. Sin gloria pero sin pena, no cometas el crimen, varón, si no vas a cumplir la condena. –Paloma.

-Y en un duelo de perdedores, perdí un paquete con ilusiones. Los que no podemos dormir de noche… porque tengo los dientes apretados. –Los dientes apretados.

-La otra noche te esperé bajo la lluvia dos horas, mil horas como un perro. Y cuando llegaste, me miraste y me dijiste “loco, estás mojado, ya no te quiero”. –Mil horas.

-Hoy, si no te tengo será la ruina para mí, cuando te decidas yo quizá ya no esté aquí. Tú te estás quedando, sí, conmigo te estás quedando, ¡estoy loco por ti! –Loco por ti.

-Todo lo que diga está de más. Las luces siempre encienden en el alma. Y cuando me pierdo en la ciudad, vos ya sabes comprender. –Un vestido y un amor.

-Un ángel me vino a buscar. Igual, igual no lo quiero a seguir. Me dice la gente que deje de pensar así, pero igual te espero, en algún lugar te espero. –Algún lugar encontraré.

-Habrá que ver si la crónica Verónica reacciona, la Verónica mitad, tiene muy poca maldad, pero está cansada de esperar… –Media Verónica.

-Si por las noches ya no puedo dormir, son tus besos que nunca olvidaré. Por mirarte perdí las esperanzas de poderte volver a enamorar. Un segundo que me cambió la vida, un instante que nunca olvidaré. –Por mirarte.

-Dicen que tienes veneno en la piel. Y es que estás hecha de plástico fino. Dicen que tienes un tacto divino. Y quien te toca se queda con él. –Veneno en la piel.

-Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres. Porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren. –Contigo.

-Tengo adentro del pecho un solo presentimiento, como de haberme tragado una bolsa de cemento. -¿Quién asó la manteca?

-Enamorado está el soldado raso aquel, el cuartel no lo ha tratado bien. Y se olvidó del corazón, con el nombre tuyo tatuado en la piel, yo me olvidé de los demás. –Me olvidé de los demás.

-La última vez que nos vimos éramos primos, la próxima vez tal vez seamos extraños. Según pasan los años puede ser que llegue a ser un viejo desconocido, el novio del olvido. –El novio del olvido.

-Parece que mi cámara lenta ya perdió la cuenta y no está contenta, mi muñeco vudú se perdió en la tormenta, con mil alfileres clavados en mi corazón en venta que nadie viene a comprarlo. -Corazón en venta.

-Cuando era niño y conocí el estadio azteca me quedé duro, me aplastó ver al gigante. De grande me volvió a pasar lo mismo, pero ya estaba duro mucho antes. –Estadio azteca.

-¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?, le dijo Romeo a Julieta en el balcón. Suena mal y no importa la razón, no se puede vivir del amor. –No se puede vivir del amor.

-Es el tiempo que me dejó arruinado, por mirarte no me volví a enamorar. Y la luna fue nuestra compañera, la mañana también nos alcanzó. Navegando en una balsa de madera, los esclavos del loco corazón. –Por mirarte.

-La conocen los que la perdieron, los que la vieron de cerca irse muy lejos, y los que la volvieron a encontrar la conocen, los presos, la libertad. –La libertad.

-Yo no quise lastimarte, solamente te dije que no, no estarás acostumbrada a sentirte rechazada, ok perdón, fue sin querer. –Ok perdón, fue sin querer.

-Un charco de olvidos, el espejo de recuerdos que patinan, de cubos de hielo que no enfrían, de rock y juventud. –Rock y juventud.

-Al cielo le agradezco lo que me pasó. Quién iba a imaginarse que me iba a reformar, que un vago que vivía sin preocupación, en un rico asentado me convertiré. –Johnny B. Goode.

-Y aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor, la quieta calle que en el eco dijo: tuya es mi vida, tuyo es mi querer, bajo el burlón mirar de las estrellas que con indiferencia hoy me ven volver. –Volver.

-Adiós, amigos, adiós, déjenme solo, que alguien seguro compartirá el último trago. Adiós, amigos, adiós, un servidor se despide de vos. –Adiós, amigo, adiós.

-Se me acabó la fuerza de mi mano izquierda, voy a dejarte el mundo a ti solita, como el caballo blanco te solté la rienda, a ti también te suelto y te me vas ahorita. –Te solté la rienda.

-Me arde, me arde, es tarde para curarme, me arde, me quema, dejé la sangre en la arena, me arde, ¡me está quemando! Estoy disimulando, como el fuego sobre la superficie del mar, como el viento caliente del desierto. –Me arde.

-Ella es tan formal, que nunca te va a perdonar. Mejor no hablar de eso, pasemos a otro tema. –Pasemos a otro tema.

-Para ver bailar voy a un club mientras muerdo el limón de un gin tonic usado en tu cadera. Todo bien porque voy a comer como un rey en tu agencia de coches usados, entre colegas. –Mi gin tonic.

-Y no existen los destinos, ni siquiera los divinos, desafinan los metales, sin principios ni finales. –Los divinos.

-Elvis está vivo, eternamente dormido, en un inodoro de cristal. Elvis está vivo, se escribe cartas conmigo cuando el sol empieza a caer. –Elvis está vivo.

-Tómate esta botella conmigo, en el último trago me besas. Esperamos que no haya testigos, por si acaso te diera vergüenza. –En el último trago.

-Soy propietario de tu lado más caliente, soy dirigente de tu parte más urgente, soy artesano de tu lado más humano, y el comandante de tu parte de adelante. -La parte de adelante.

-Cuando no estás me paso el día contando minutos, cuando no estás me pierdo en un laberinto oscuro, cuando no estás la soledad me aconseja mal. -Cuando no estás.

-De un tiempo lejano a esta parte ha venido esta noche otro recuerdo prohibido, olvidado en el olvido. -Para no olvidar.

-No sé bien qué día es hoy, solo sé que te vi salir y en cinco minutos perdí las letras para hablarte a vos. -Vasos vacíos.

-Dicen que cuando hay amor no hace falta pedir perdón, pero yo ya pedí perdón tantas veces. -Tantas veces.