Organismos

Actinomyces: qué es, características, morfología, patogenia


¿Qué es Actinomyces?

Actinomyces es un género de bacterias compuesto por bacilos Gram positivos, caracterizados por un patrón de crecimiento filamentoso parecido a las ramas de un árbol. En el pasado este género fue confundido con hongos debido a su morfología, pero posteriormente descubrieron que sus especies se comportan como agentes bacterianos.

Existen 42 especies identificadas, pero sus principales especies son: A. israelii, A. naeslundii, A. odontolyticus, A. viscosus, A. meyeri, A. pyogenes, A. georgiae, A. turicensis A. gerencseriae,A. graevenitzii.

Este género bacteriano forma parte de la microbiota habitual del tracto gastrointestinal en los seres humanos y los animales, abarcando desde la bucofaringe hasta el colon.

Recientemente se sugirió que este organismo podría ser un comensal relativamente frecuente, residente de la piel y las mucosas de la región urogenital.

Estas especies están muy adaptadas a vivir sobre la superficie de las mucosas sin causar daño. Sin embargo, pueden originar infecciones cuando traspasan la barrera epitelial bajo condiciones que produzcan una tensión de oxígeno lo bastante baja como para producir su multiplicación (necrosis de tejido).

Características del Actinomyces

– Algunas especies son anaerobias estrictas y otras son microaerófilas.

– Son de crecimiento lento, algunas cepas necesitan hasta 7 días o más para hacer su aparición.

– Crecen de 35 a 37° C. No son móviles, ni forman esporas. Son bacilos ácido-resistentes, por lo que su pared celular tiene cierta similitud a la pared de las micobacterias.

– Tienen bajo potencial de virulencia, causando enfermedad solo cuando son violentadas las barreras mucosas, por trauma, cirugía o inflamación-infección, favorecido por condiciones de baja presión tisular de O2.

– La infección con Actinomyces promueve la invasión pélvica de otros gérmenes, como Escherichia coli, estreptococos, bacterias anaerobias, entre otros.

– Aparecen a temprana edad como microbiota oral y gastrointestinal. Un estudio reveló que bebés de 2 meses de edad ya estaban colonizados por A. odontolyticus en la cavidad oral.

– Se ha descrito que las especies de Actinomyces desempeñan un papel central en las etapas iniciales de la formación de biopelículas en los dientes (placa dental), tanto por encima (supragingival) como por debajo (subgingival) de la línea de las encías.

Taxonomía

  • Dominio: Bacteria.
  • Phylum: Actinobacteria.
  • Orden: Actinomycetales.
  • Sub-orden: Actinomicineae.
  • Familia: Actinomycetaceae.
  • Género: Actinomyces.

 Morfología

Son bacilos Gram positivos de 1 µm de diámetro, pero de longitud variable, ya que puede formar filamentos ramificados o no ramificados. También se puede presentar como bacilos difteroides cortos, o en forma de maza.

Dependiendo de la especie pueden desarrollarse lenta, moderada o rápidamente sobre agar sangre. Sus colonias son rugosas o lisas según la cepa involucrada.

El color de las colonias sobre agar sangre varía según la especie entre blanca, grisáceas, rojas o traslúcidas, pueden ser opacas o brillantes y de bordes irregulares o lobuladas.

En el tejido humano infectado se concentran como microcolonias, unidos a elementos hísticos, lo que conforman gránulos de color amarillo anaranjado, llamados gránulos sulfurosos por su similitud a los granos de azufre.

Patologías

Actinomicosis

Es un padecimiento inflamatorio y granulomatoso crónico que se origina en los tejidos adyacentes a las superficies mucosas. Las lesiones siguen un lento curso de expansión lateral y profunda con induración considerable y fístulas que drenan.

Su naturaleza exacta depende de los órganos y estructuras implicados. Es más frecuente en pacientes adultos y en el sexo masculino.

Los signos y síntomas pueden ser muy inespecíficos, como hinchazón, tos, fiebre baja y pérdida de peso.

Con frecuencia el diagnóstico es difícil, pues al observar una masa fibrótica creciente, que se propaga a través de los planos de los tejidos, puede confundirse con un tumor maligno.

Entre los tipos de actinomicosis se tienen:

Actinomicosis cervicofacial

Está relacionada con la higiene dental deficiente, extracción de piezas dentales o traumatismo bucal o de mandíbula. Produce linfadenopatías.

La infección puede llegar a una osteonecrosis de mandíbula relacionada con bisfosfonatos.

Las especies más aisladas en este tipo de lesiones son A. israelii (42%), A. gerencseriae (26,7%), A. naeslundii y A. viscosus (9%), mientras que A. odontolyticus, A. meyeri, A. georgiae y A. neuii subsp. neuii se recuperan ocasionalmente.

Actinomicosis torácica

Son inusuales y provienen de la aspiración o introducción traumática de material infectado de la orofarínge, que conduce a la erosión a través de la pleura, tórax o pared abdominal. También puede entrar por vía hemática, pero es más raro.

En el caso de actinomicosis torácica es necesario hacer diagnóstico diferencial con cáncer de pulmón, neumonía y tuberculosis.

Actinomyces graevenitzii tiene especial predilección por el área torácica, siendo el principal Actinomyces aislado de este tipo de infección.

Sin embargo, A. meyeri, A. israelii, A. odontolyticus y A. cardiffensis se han recuperado de lesiones actinomicóticas en sitios pulmonares y esporádicamente A. naeslundii y A. viscosus.  

Actinomicosis abdominal-pélvica

La actinomicosis abdominal principalmente se presenta como una consecuencia de procedimientos invasivos, como la colecistectomía laparoscópica, con cálculos biliares perdidos o infecciones abdominales, como la apendicitis.

En tanto que la actinomicosis pélvica se ha asociado con el uso prolongado de dispositivos anticonceptivos intrauterinos (endometritis crónica). Esto se debe a que el microorganismo crece en medio intrauterino sintético uniéndose y formando colonias en forma de araña hasta establecer una biopelícula porosa.

Otra forma de infección es después de ciertas manipulaciones, como por ejemplo, recuperación transvaginal de oocitos, lo que puede originar un absceso tubo-ovárico por Actinomyces.

Actinomyces naeslundii,A. meyeri, A. israelii,A. funkei, A. odontolyticus  y A. turicensis son los más aislados en las afectaciones abdominales.

En las pélvicas, A. israeliiA. odontolyticus, A. urogenitalis, A. hongkongensis,  A. cardiffensis y A. turicensis son las más frecuentes.

Actinomicosis cutánea

La actinomicosis cutánea suele ser un proceso infeccioso secundario con un foco subyacente en los tejidos más profundos, con tendencia a la formación de fístulas por las que fluyen los gránulos característicos.

Rara vez pueden aparecer como resultado de la diseminación hematógena de una lesión actinomicótica en cualquier parte del cuerpo.

Las manifestaciones con senos drenantes, únicos o múltiples, pueden ocurrir en varios sitios del cuerpo, incluyendo la cara, el tórax, el diafragma, la cadera, así como las extremidades superiores e inferiores.

Actinomyces meyeri y A. viscosus han sido las cepas más frecuentemente aisladas en actinomicosis cutánea.

Actinomicosis musculoesqueléticas

Es posible ver casos de osteomielitis en la columna vertebral; el organismo puede aislar del líquido cefalorraquídeo y de toda la médula espinal, lo que puede dejar al paciente con síntomas neurológicos severos.

Actinomyces israelii y A. meyeri son los más frecuentes en este caso.

Actinomicosis cerebral

Las lesiones actinomicóticas en el sistema nervioso central causan la forma más grave de actinomicosis.

Los organismos Actinomyces generalmente obtienen acceso a esta área, ya sea por diseminación hematógena desde sitios remotos, o directamente desde lesiones actinomicóticas locales de la cabeza. La enfermedad generalmente aparece como un único o múltiples abscesos cerebrales.

Se debe sospechar la posibilidad de actinomicosis en el SNC, especialmente en pacientes con síntomas neurológicos que tienen antecedentes de actinomicosis en otras partes del cuerpo.

Actinomyces israelii y A. naeslundii son las especies más importantes en este tipo de lesiones.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en la naturaleza de la lesión, el curso de progreso lento y antecedentes de traumatismo o enfermedad con predisposición a la invasión de mucosa por Actinomyces.

El diagnóstico es difícil porque por lo general los microorganismos son escasos en el pus, ya que se concentran en microcolonias de gránulos sulfurosos profundamente ocultas en el tejido indurado.

Por otra parte, dichas lesiones suelen contaminarse con otras bacterias, principalmente bacilos Gram negativos, que desvían o confunden el diagnóstico etiológico real, si se toma en cuenta un cultivo en aerobiosis.

El diagnóstico infalible se da por biopsia (estudio histopatológico) y cuando se logra observar los gránulos sulfurosos son de valor diagnóstico.

Para el estudio histopatológico los gránulos se trituran, se tiñen con Gram y se observan con un microscopio.

El estudio revelará un centro de filamentos ramificados entrelazados Gram positivos típicos, con bacilos individuales que se ramifican en la periferia, rodeados por células inflamatorias, principalmente neutrófilos polimorfonucleares.

Sin embargo, es posible que se necesiten examinar varias muestras hasta observar los gránulos, ya que son escasos.

Tratamiento

Lo primero es el desbridamiento de la lesión para luego colocar el tratamiento con antibióticos.

La penicilina G es el tratamiento de elección para la actinomicosis. También son activos la ampicilina, doxiciclina, eritromicina y clindamicina. El tratamiento con penicilina debe ser prolongado (de 6 a 12 meses) y con altas dosis.

Prevención

Es importante que los médicos indiquen tratamiento profiláctico cada vez que realicen maniobras quirúrgicas en la cavidad bucal y en el tracto gastrointestinal.

De esta manera se puede evitar la invasión y progresión de enfermedades producidas por Actinomyces.

Por lo general, el pronóstico es excelente si se hace el diagnóstico y se cumple el tratamiento.

Referencias

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