Anatomía y fisiología

Músculo supraespinoso: origen, inervación, función, patologías


El músculo supraespinoso es un músculo pequeño, de forma triangular, par. Su nombre proviene del latín musculus supraspinatus. Está ubicado en la fosa de la escápula que lleva su mismo nombre «fosa supraespinosa». La fosa supraespinosa junto a este músculo se localizan en la parte dorsal y superior de la escápula.

Un tendón de este músculo sobresale de la fosa supraespinosa y pasa justo por debajo del acromion y del ligamento coraco-acromial, y por encima de la articulación glenohumeral. Es decir, discurren a través del espacio subacromial hasta insertarse en el troquiter del húmero.

Este músculo forma parte del complejo estructural denominado manguito de los rotadores. Por tanto, protege la articulación glenohumeral. Esta función es muy importante, ya que esta es una de las articulaciones del hombro más inestables.

El músculo supraespinoso no puede ser palpado con facilidad por ser de ubicación profunda, pues por encima de él se encuentra el músculo trapecio.

El tendón está protegido por la bolsa subdeltoidea, evitando que pueda rozar con el acromion, sin embargo, una estrechez a nivel del espacio subacromial puede producir un pinzamiento del tendón del supraespinoso, generando una patología conocida como tendinopatía del supraespinoso o síndrome subacromial.

Índice del artículo

Origen

Este músculo cubre totalmente la superficie de la fosa supraespinosa del omóplato o escápula.

Inserción

Fuera de la fosa supraespinosa, el músculo emite unos tendones que se insertan en la zona superior del troquiter del húmero o también denominado tuberosidad mayor del húmero.

Inervación

El músculo supraespinososo es inervado por el nervio supraescapular. También recibe ramas nerviosas del C5, y en menor proporción de C4 y C6.

Irrigación

Este músculo es irrigado por la arteria supraescapular.

Función

Este músculo participa activamente en el movimiento de elevación del miembro superior.

Por otra parte, el músculo supraespinoso junto al infraespinoso, el redondo menor y el subescapular brindan estabilidad a la articulación glenohumeral, específicamente estos músculos evitan que la cabeza del húmero se desligue de la cavidad glenoidea, especialmente cuando esta se encuentra en movimiento.

Por tanto, una contracción coordinada de los 4 músculos es necesaria para que la posición central de la cabeza del húmero en la cavidad glenoidea no se pierda. En este sentido, se puede decir que, el músculo supraespinoso actúa en conjunto con el resto de los rotadores para mantener la homeostasis de la articulación.

La compresión muscular que ejerce el músculo supraespinoso, es mayor cuando la cápsula articular y los ligamentos están relajados.

Patologías: Tendinopatía del supraespinoso

Esta patología también recibe el nombre de síndrome subacromial o síndrome de impingement.

Por su ubicación anatómica los músculos que conforman el manguito de los rotadores son muy susceptibles a sufrir lesiones por pinzamiento; pero cabe destacar que el más frecuentemente afectado es el músculo supraespinoso.

Todos los músculos que forman parte del manguito de los rotadores, incluyendo al supraespinoso, pueden ser afectados por traumatismos, problemas posturales, exceso de uso de la articulación glenohumeral, degeneración del tejido muscular, forma del acromion, estrechez del espacio subacromial, entre otros.

Cualquiera de estas causas puede generar el síndrome de pinzamiento del tendón del supraespinoso.

Una dolencia común en el supraespinoso es la degeneración de su tejido por falta de una buena vascularización a nivel de la porción terminal del tendón, aproximadamente a 1 cm del lugar de inserción.

El dolor a nivel del hombro suele aumentar a medida que se eleva el brazo, y es común que el dolor se presente en las horas nocturnas. A la palpación hay dolor, dificultad para mover la articulación y puede acompañarse de debilidad.

Clasificación de las tendinopatías

La tendinopatía se puede clasificar en tres grados o estadios.

Estadio 1: existe una anormalidad estructural, sin rotura.

Grado o estadio 2: rotura parcial del tendón.

Estadio 3: rotura completa del tendón.

Evaluación del músculo supraespinoso

Test de Jobe

El test de Jobe está especialmente diseñado para evaluar la función del músculo supraespinoso.

El paciente debe colocar ambos brazos hacia al frente y rotarlos de tal manera que los pulgares queden señalando el piso. Posteriormente el especialista intentará bajar los brazos mientras el paciente resiste a esta acción.

Este test presenta una alta sensibilidad. Una reacción positiva será interpretada de la siguiente manera: Si durante el ejercicio existe dolor, esto significa que está presente una tendinopatía del supraespinoso y si hay debilidad indica rotura del mismo.

Si en cambio no hay dolor, ni debilidad, el músculo supraespinoso se encuentra bien.

Signo del brazo caído (Drop arm test)

Este test también ayuda a evaluar el músculo supraespinoso. En esta oportunidad el especialista le pide al paciente que extienda completamente el brazo y le coloca la extremidad en cuestión en abducción de 120°.

Se le pide al paciente que intente mantener esa posición y posteriormente se le dice que baje el brazo lentamente. Algunos pacientes no lograrán mantener la posición. Otra manera de realizar este test es haciendo presión contraria mientras el paciente realiza el movimiento de abducción de la extremidad.

Test del desgarro del supraespinoso

En este test el especialista con una mano toma el codo del paciente y con la otra intenta palpar la lesión a nivel del hombro. Para ello utiliza sus dedos y con ellos trata de ubicar el punto de inserción del tendón sobre la articulación glenohumeral. A medida que realiza esta acción se rota el brazo interna y externamente.

Estudios de imagen

Al inicio el estudio radiográfico no revela cambios pero en los casos avanzados se puede notar el acortamiento del espacio subacromial. Para un diagnóstico más fidedigno se puede recurrir a la ecografía, la tomografía y a la resonancia magnética computarizada.

Tratamiento de la tendinopatía del supraespinoso

La afectación del manguito de los rotadores debe ser tratada lo más recientemente posible de la lesión inicial, ya que los signos y síntomas, así como la lesión en sí, se van agravando y complicando con el tiempo.

Fisioterapia

En el inicio del síndrome del hombro doloroso se puede tratar con fisioterapia, específicamente se puede abordar con ejercicios pendulares.

Estos son capaces de restablecer la movilidad articular del hombro, sin embargo, existen controversias en cuanto a su correcta aplicación. Los ejercicios se denominan pendular de Codman, Sperry y Chandler.

Por otra parte, estos ejercicios están contraindicados en pacientes con una articulación: infectada, extremadamente dolorosa, completamente inmóvil (anquilosis) o en el período de consolidación de una fractura.

En ocasiones también es aconsejable como tratamiento cumplir unas sesiones con ultrasonido más microondas.

Quirúrgico

Cuando se trata de tendinopatías que están en su etapa inicial, se puede recurrir a terapias, reposo y antiinflamatorios orales, pero cuando la lesión es bastante grave o existe ruptura del o los tendones, el tratamiento es casi siempre quirúrgico. Hoy día se cuentan con técnicas quirúrgicas muy efectivas y menos invasiva como la artroscopia.

Después de la cirugía por artroscopia, el paciente es dado de alta al día siguiente y a los 10 días se retiran las suturas. Durante 6 a 8 semanas el paciente puede usar un cabestrillo sin soporte de peso.

Finalizado el tiempo se continúa con ejercicios que fortalecen la musculatura del hombro, tanto intrínseca como extrínseca, hasta que se haya recuperado toda la movilidad.

Referencias

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