Lengua y literatura

Poslectura: características, para qué sirve, ejemplos


La poslectura es una de las tres fases del proceso de lectura profunda, siendo las otras dos la prelectura y la lectura comprensiva. Se trata de un conjunto de procesos y herramientas que se utilizan para comprobar si la persona ha comprendido correctamente el texto al que ha tenido que enfrentarse.

La poslectura se utiliza generalmente en contextos académicos, con la intención de hacer que los alumnos sean más conscientes de su capacidad de comprensión lectora. De esta manera les resultará más sencillo mejorar en este área, al darse cuenta de cuáles son sus carencias más importantes y qué problemas suelen tener.

Por otro lado, durante la poslectura se busca trabajar en las tres habilidades más importantes para comprender al máximo los textos: la lectura textual, la contextual y la crítica. La primera se basa en comprender aquello que está explícito en el texto, mientras que las otras dos sirven para ir un paso más allá, entender lo que está implícito y formarse una opinión sobre lo que se ha leído.

En este artículo veremos cuáles son las principales características de la poslectura, para qué suele utilizarse, en qué contextos es más útil y algunos ejemplos para comprender mejor este proceso.

Índice del artículo

Características de la poslectura

– Trabaja tres habilidades lectoras

La poslectura es una de las herramientas más eficaces para desarrollar varias habilidades lectores, que son fundamentales para que las personas puedan comprender por completo los textos a los que se están enfrentando. Estas tres habilidades son la lectura textual, la contextual y la crítica.

Lectura textual

La lectura textual es la habilidad que permite a las personas comprender aquello que está escrito directamente y encontrar la respuesta a las preguntas más importantes planteadas por el mismo.

Se refiere a la capacidad para comprender lo que está plasmado de manera literal en el texto. Sin la habilidad de lectura textual es imposible comprender aquello que se está leyendo y no se pueden desarrollar las otras dos.

Aun así, leer un texto una sola vez no tiene por qué ser suficiente a la hora de poner en práctica esta habilidad. Muchas veces es necesario releerlo y enfocarse en algunas partes concretas del mismo, sobre todo si nos encontramos frente a un escrito especialmente complicado.

Lectura contextual

La segunda habilidad trabajada por la poslectura es la que permite a la persona inferir información que no está incluida explícitamente en el texto. Es decir, mediante la lectura contextual se pueden realizar deducciones o inferencias de datos en base a las pistas que van apareciendo en el escrito.

Durante la lectura contextual es fundamental que la persona sea capaz de relacionar sus conocimientos previos con aquello que está observando en el texto. Además, generalmente es necesario leerlo varias veces o realizar un buen trabajo previo de prelectura.

Lectura crítica

Por último, la lectura crítica es la habilidad que permite a la persona formarse una opinión personal y basada en argumentos de aquello que ha leído. En el caso de que se trate de un texto de no ficción, también le permitirá al individuo decidir si está de acuerdo con lo que se explicita en él o no.

– Implica reflexionar sobre lo leído

El proceso de poslectura puede llevarse a cabo de muchas maneras, que además variarán aún más en función del contexto en el que se esté realizando. Sin embargo, una característica fundamental del mismo y que tiene que aparecer en todas las ocasiones es la reflexión sobre aquello que se ha encontrado en el escrito.

Esta es la principal diferencia que existe entre la poslectura y las otras dos partes del proceso de comprensión de un texto. En la prelectura lo importante es realizar una investigación sobre lo que se va a leer, y en la lectura propiamente dicha la base es enfrentarse al texto como tal.

En cambio, aunque en la poslectura puede que sea necesario realizar investigaciones y releer el texto, lo más importante es que la persona utilice sus conocimientos previos y su inteligencia para extraer conclusiones sobre aquello que ha leído.

– Suele realizarse mediante estrategias estructuradas

La poslectura es una herramienta que se utiliza únicamente en entornos muy concretos, especialmente en el educativo y en el de investigación. Esto implica que los textos que se analizan de esta manera tienden a ser muy complicados, de tal forma que es necesario el uso de técnicas y estrategias concretas para poder entenderlos correctamente.

Así, a menudo la poslectura conlleva actividades como responder a preguntas formuladas por un experto, o la realización de debates o discusiones entre varias personas para poder poner en común las ideas extraídas de un texto.

¿Para qué sirve la poslectura?

Ya hemos visto que el objetivo principal de la poslectura es fortalecer tres de las habilidades más básicas relacionadas con la capacidad lectora y ayudar a la persona a entender lo mejor posible el texto al que se ha enfrentado. Sin embargo, esta no es la única utilidad que tiene esta herramienta.

Razonar y entender lo leído

Por un lado, el hecho de reflexionar profundamente sobre lo que se ha leído también puede ser muy útil para mejorar la capacidad de razonamiento y de lógica de las personas.

Retener la información

Por otro lado, además, realizar un buen proceso de poslectura aumenta la retención y ayuda a memorizar aquello que se ha leído, por lo que puede ser una herramienta especialmente importante para los estudiantes.

Desarrollar el pensamiento crítico

Además de todo esto, la poslectura también puede ayudar a las personas a desarrollar una mayor capacidad de pensamiento crítico y habilidad para reflexionar. En este sentido es una herramienta muy utilizada en contextos educativos para mejorar las capacidades cognitivas de los estudiantes.

Ejemplos

Uno de los ejemplos de poslectura más habitual dentro del contexto educativo es la realización de un comentario de texto. Esta actividad busca enfrentar a los alumnos con un escrito (generalmente un artículo de opinión o una pieza literaria) con el objetivo de que lo estudien a fondo y comprendan incluso los aspectos del mismo que no están directamente plasmados en el mismo.

Para lograrlo, después de realizar una investigación previa sobre el autor y sus circunstancias y leer el texto, los alumnos deben responder a una serie de preguntas sobre el mismo que van más allá de la simple comprensión lectora.

Así, tendrán que ser capaces de encontrar dobles sentidos, comprender las metáforas presentes, y en generar inferir todo aquello que quería transmitir el autor pero que no dijo directamente.

Referencias

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