Historia

Batalla de Sedán: antecedentes, causas, desarrollo, consecuencias


¿Qué fue la batalla de Sedán?

La batalla de Sedán tuvo lugar entre el 1 y el 3 de septiembre de 1870, en el marco de la guerra que libraban Francia y Prusia. El enfrentamiento concluyó con victoria prusiana y con la captura del emperador francés, Napoleón III. Aunque Francia trató de seguir plantando cara ante los prusianos, la batalla fue decisiva para decidir el resultado final.

Tras la derrota de Napoleón Bonaparte, las potencias europeas habían logrado alcanzar un cierto equilibrio de poderes. Este estatus quo duró unos 50 años y fue roto por la intención prusiana de unificar todos los territorios de cultura germana.

Esta pretensión iba en contra de los intereses franceses. El emperador Napoleón III pretendía convertir a su país en la gran potencia continental y Prusia se estaba convirtiendo en su gran rival. Una serie de circunstancias, cuyo punto álgido fue el enfrentamiento diplomático sobre el próximo ocupante del trono español, desencadenó la guerra abierta entre ambas naciones.

La victoria prusiana puso fin al régimen imperial francés. Además, Francia tuvo que ceder varios territorios a su enemigo, un asunto que continuó generando tensiones hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. Por su parte, el éxito bélico de Prusia les permitió fundar el Segundo Imperio Alemán.

Antecedentes

Las potencias europeas organizaron un sistema de equilibrio de poderes en el Congreso de Viena, celebrado tras su victoria frente a Napoléon Bonaparte. Este sistema funcionó durante cincuenta años, hasta que el creciente poder de Prusia provocó que se rompiera.

La victoria de este país sobre el Imperio Austrohúngaro significó un gran paso para la pretensión de su canciller, Otto von Bismarck, de unificar todos los territorios de cultura germana y convertirse en la gran potencia continental.

Francia

El gran rival de Prusia en la lucha por la hegemonía en Europa era Francia. El golpe de Estado de Napoleón III, en 1851, había sido el inicio del Segundo Imperio Frances. El nuevo emperador había establecido un régimen absolutista que, a pesar de la oposición de parte de la sociedad, pretendía devolver el esplendor perdido al país.

Uno de los ejes de la política exterior de Napoleón III era evitar el fortalecimiento de Prusia. Así, en 1866 había mostrado su oposición a que Prusia y otros estados germanos se unieran. En ese momento, incluso llegó a movilizar el ejército por si era necesario usar la fuerza para evitarlo.

Además, Francia mantenía sus propias intenciones expansionistas. Luxemburgo y otros pequeños territorios estaban bajo su punto de mira, aunque la falta de apoyo internacional evitó cualquier intento de anexión.

Unión aduanera

Bismarck continuaba con sus planes para unificar los territorios germanos. Uno de sus movimientos fue la creación de una unión aduanera. Aparte de las consecuencias políticas y económicas, esta unión fue considerada como un gesto de desafío a Napoleón III.

Por su parte, Francia había obtenido victorias militares en Crimea e Italia, lo que provocó que su ejército fuera considerado casi invencible. Sin embargo, el desastre sufrido en la expedición a México obligaba al emperador a demostrar su poder para no perder prestigio.

El telegrama de Ems

La tensión entre Prusia y Francia había hecho que la guerra estuviera a punto de estallar en varias ocasiones. Finalmente, la chispa que la provocó comenzó con la abdicación de la reina Isabel II de España. Esta no dejó herederos y el parlamento español decidió ofrecer el trono al príncipe Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen, primo del rey de Prusia, Guillermo I.

La posibilidad de que un prusiano ocupara el trono español provocó un rechazo total por parte de Napoleón III. En un primer momento, la presión francesa pareció surgir efecto y Leopoldo dijo no a la oferta.

A pesar de ese rechazo de Leopoldo, Napoleón III no acababa de fiarse. Por ese motivo envió a su embajador a reunirse con el rey Guillermo I con el propósito de que el monarca se comprometiera por escrito a no aceptar el trono español.

Guillermo I se negó a aceptar las peticiones franceses y procedió a enviar un telegrama al canciller Bismarck para informarle sobre el resultado de la reunión. Ese telegrama, en principio inofensivo, ofreció a Bismarck, partidario de la guerra con Francia, la herramienta para provocarla.

El canciller filtró a la prensa una versión modificada del telegrama. En ella daba a entender que el embajador francés había sido humillado,  para que Napoleón III tuviera que reaccionar. El emperador galo cayó en la trampa y el 19 de julio de 1870 declaró la guerra a Prusia.

Causas de la batalla de Sedán

Como se ha señalado, la causa principal del conflicto fue la lucha por la hegemonía política en Europa. Francia y Prusia se disputaban ser la potencia principal del continente.

Una vez comenzado el conflicto, la causa de que se llegara a la batalla de Sedán fue la deficiente preparación francesa, así como los errores cometidos durante la guerra.

Mala planificación francesa

La guerra comenzó oficialmente el 19 de julio de 1870. A pesar de que Francia contaba con unos 400 000 soldados y su ejército era considerado el mejor del mundo, su mala planificación provocó que solo estuvieran disponibles 288 000 hombres. Además, los reservistas había recibido un adiestramiento muy limitado.

Prusia, por su parte, logró el apoyo de los estados germánicos del sur. Así, pudieron movilizar en pocos días a más de un millón de hombres. Para el 24 de julio, los prusianos habían desplegado a sus tropas entre los ríos Rin y Mosela. Además, pudieron permitirse dejar suficientes efectivos en la retaguardia por si Francia trataba de invadirlos por el mar Báltico.

El alto mando francés pretendía penetrar en territorio de Prusia lo antes posibles. Sin embargo, los primeros días fueron una sucesión de derrotas. Al contrario de lo que pretendían, las hostilidades pronto se desarrollaron únicamente en su territorio.

Derrota francesa en Gravelotte

El antecedente inmediato a la batalla de Sedán tuvo lugar en Gravelotte. El enfrentamiento que se desarrolló en esa zona fue uno de los más importantes de la guerra y, prácticamente, dejó a los franceses sin opciones.

El ejército francés presentó a sus mejores tropas en esa batalla y las puso bajo el mando del mariscal Bazaine. No obstante, los prusianos los sorprendieron con una maniobra rápida y eficaz.

Los dos ejércitos se encontraban frente a frente, solo separados por el río Mosa. Por sorpresa, los prusianos atacaron a primera hora de la mañana, después de haber pasado la noche construyendo un puente flotante. El resultado fue una victoria total.

Tras la derrota, los franceses solo contaban con el regimiento comandado por Patrice MacMahon.

Desarrollo de la batalla

Después de la derrota en Gravelotte, MacMahon tomó una decisión bastante polémica. El mariscal prefirió dirigirse hacia Metz, entonces bajo asedió, en lugar de trasladar sus tropas a París para defenderla.

Por otra parte, el propio Napoleón III se había unido a su ejército. En esos momentos, el emperador no podía retirarse, ya que hubiera sido humillante para él.

Asedio a Sedán

Los franceses pusieron rumbo hacia el norte para intentar liberar Metz de su asedio. Los prusianos, por su parte, comenzaron a marchar para interceptarlos.

En esos momentos, lo que quedaba del ejército francés se encontraba en muy malas condiciones, tanto físicas como anímicas. Incluso los campesinos los abucheaban durante su trayecto.

Tras los combates que tuvieron lugar los días 30 y 31 de agosto, McMahon no tuvo más remedio que refugiar sus tropas en Sedán, una pequeña ciudad amurallada sin recursos para alimentar a los 120 000 soldados presentes.

Los prusianos pronto pusieron sitio a la localidad. Su artillería evitaba que los franceses la abandonaran, lo que se había convertido en su única opción para continuar luchando.

Además, el mariscal MacMahon había resultado herido y Napoleón III asumió la dirección de sus tropas.

Para el 1 de septiembre, solo existía una ruta de huida para los franceses. Se trataba de atravesar una región aún en poder francés, La Moncelle. Sin embargo, los prusianos adivinaron sus intenciones y movieron su artillería para bloquear esa opción.

Rendición de Napoleón

A pesar de la situación, los franceses intentaron lanzar varios ataques contra los prusianos. Todos esos intentos fueron repelidos con éxito por los más de 400 cañones prusianos.

La caballería francesa cargó hasta tres veces contra los prusianos, en un intento desesperado de romper el sitio. El único resultado fue la gran pérdida de vidas en el bando francés.

Finalmente, Napoleón III ordenó cesar los ataques, ya que se estaba produciendo una auténtica matanza de sus hombres. Según los cálculos, unos 17 000 soldados habían fallecido y otros 21 000 habían sido hechos prisioneros.

Con todo perdido, en el interior de Sedán estalló el caos. Los soldados supervivientes dejaban sus armas e intentaban escapar desesperadamente.

El día 2 de septiembre, el emperador, enfermo, montó en su carruaje y solicitó ver a Guillermo II para rendirse.

Consecuencias de la batalla

La victoria prusiana en Sedán fue total. Además de derrotar al ejército de Francia, habían conseguido capturar al emperador Napoleón III.

La primera consecuencia fue la desaparición del Segundo Imperio francés. En cuanto la noticia de la captura de Napoleón llegó a París se produjo una revolución que proclamó la república.

Bismarck, por su parte, buscaba una rendición lo más rápida posible. Así, envió a sus tropas a sitiar la capital francesa. El día 20, el cerco se había completado.

Los franceses había tenido que formar un gobierno para que el país no cayera en la anarquía. En esos momentos, ya sabían que era imposible resistir y solo esperaban que las condiciones impuestas por los prusianos no fueran demasiado duras. La intención de Prusia de anexionarse Alsacia, Lorena y algunas fortalezas fronterizas retrasaron las negociaciones de paz.

Francia intentó seguir presentando resistencia. Sin embargo, las pocas batallas que se desarrollaron tras Sedán acabaron todas con victoria prusiana.

Rendición 

Como se ha señalado, París se había levantado para proclamar la III República tras la batalla de Sedán. Tras esto, fue elegido una Asamblea Nacional, formada por campesinos y aristócratas, dos grupos muy conservadores y nada partidarios de la democracia exigida por los parisinos.

Por su parte, en París se había formado un órgano de gobierno dispuesto a defender la capital de los prusianos y de la propia Asamblea Nacional.

El sitio de París comenzó a afectar a la población. Algunas zonas de la capital padecieron hambrunas, lo que acabó obligando a negociar los términos de la rendición con los prusianos.

Representantes del gobierno francés y de los prusianos se reunieron en Versalles para acordar un tratado de rendición. Francia, sin opciones, tuvo que aceptar la entrega de Alsacia y Lorena.

El acuerdo también recogía que el ejército prusiano debía entrar en la capital de manera simbólica. Por último, el propio gobierno francés tenía que encargarse de acabar con los focos de resistencia que aún mantenían los parisinos.

Comuna de París

Los prusianos entraron finalmente en París. Los dirigentes de la capital, enfrentados con el gobierno nacional, recomendaron no salir a la calle para evitar enfrentamientos. Tras unas horas, las tropas de Prusia se retiraron.

Ya sin la amenaza prusiana, los parisinos se levantaron en armas contra su gobierno nacional en marzo de 1871. El resultado fue el establecimiento de un gobierno revolucionario, la Comuna de París. Aunque breve, ya que fue reprimido por el gobierno, se convirtió en un antecedente para posteriores levantamientos populares.

El tratado de Frankfurt

El Tratado de Frankfurt recogía el resultado de las negociaciones entre Prusia y Francia para poner fin a la guerra. Firmado el 10 de mayo de 1871, recogía la anexión de Alsacia y Lorena por parte del país vencedor.

Además, los franceses se vieron obligados a pagar cinco billones de francos como indemnización. Mientras solventaba ese pago, los alemanes tenían derecho a establecer tropas en el norte de Francia. Al final, esa situación se prolongó durante tres años.

Este acuerdo generó un gran resentimiento entre los franceses. La cuestión de Alsacia y Lorena alimento los ánimos nacionalistas de los franceses y se convirtió en una de las causas que provocaron la Primera Guerra Mundial.

Nace en II Reich

Más allá del éxito militar, la consecuencia más importantes para los prusianos se dio en el ámbito político. Antes aún de que el conflicto hubiera finalizado, concretamente el 18 de enero de 1871, Guillermo I fue proclamado emperador de Alemania en el propio Versalles.

Nacía así el Segundo Imperio Alemán, también conocido como II Reich. A partir de ese momento, la unificación alemana estaba mucho más cerca.

Referencias

  1. Nicotera, Andrés. La batalla de Sedán (1870). Obtenido de antareshistoria.com
  2. Historia bélica. La Batalla de Sedán -1870. Obtenido de historiayguerra.net
  3. López Mato, Omar. La primera batalla de la guerra moderna. Obtenido de historiahoy.com.ar
  4. Swift, John. Battle of Sedan. Obtenido de britannica.com
  5. Hickman, Kennedy. Franco-Prussian War: Battle of Sedan. Obtenido de thoughtco.com
  6. Dzhak, Yulia. Sedan 1870 – The Great Humiliation of France. Obtenido de warhistoryonline.com
  7. School History. Franco-Prussian War. Obtenido de schoolhistory.co.uk