Las herramientas de los nómadas en la prehistoria
¿Qué son las herramientas de los nómadas en la prehistoria?
Las herramientas de los nómadas en la prehistoria son el conjunto de artefactos y utensilios que los seres humanos nómadas inventaron y usaron en el período conocido como Paleolítico.
Previo al establecimiento de la agricultura, la humanidad vivió en condiciones de nomadismo. Es decir, que en esos tiempos los humanos iban de un lugar a otro en busca de frutos y de animales de caza, sin asentarse definitivamente en ninguno.
Los nómadas prehistóricos formaban grupos que iban tras las manadas de cérvidos, bisontes, caballos y mamuts. Eventualmente, establecían campamentos temporales en los lugares de cacería.
Dado que la subsistencia dependía fundamentalmente de la caza y la recolección, tenían que valerse del ingenio para facilitar estas tareas, creando herramientas y utensilios diversos con los materiales y recursos que encontraban a su alrededor.
Piedras, huesos y madera era lo que tenían a su disposición, y los artesanos paleolíticos les dieron las formas más diversas, pero también se valían de resinas, así como de pieles, dientes y tripas de animales.
Los humanos prehistóricos también emplearon herramientas para protegerse de los enemigos y la dureza del clima, así como para elaborar ropa y ensamblar los refugios, si no conseguían cuevas.
La técnica para elaborar herramientas de piedra era simple: darle forma con ayuda de otra piedra, un proceso conocido como percusión.
Herramientas prehistóricas de los nómadas
Cantos tallados
Son las herramientas más antiguas que se conocen. Un canto tallado consiste en una piedra de tamaño adecuado para ser llevada en la mano, la cual se talla con unos pocos cortes.
De esta forma se le proporciona a la piedra un borde filoso, que servía luego para despiezar los animales abatidos y seccionar las pieles.
Hacha de mano
También llamada bifaz, es una piedra con forma de almendra plana o gota, tallada por ambas caras, con un extremo en punta y la base redondeada, para que fuera fácil sostenerla con la mano. Su uso se remonta a poco más de dos millones y medio de años, según la evidencia.
El hacha de mano servía para cortar, despiezar y machacar carne, así como cortar madera. Otro uso del hacha era cavar en busca de raíces y tubérculos. Las gentes prehistóricas también se servían de ellas para crear objetos, a partir de madera y hueso.
Más adelante se le añadió el mango, probablemente de madera, sujeto con tiras de piel.
Buriles
El buril es una herramienta punzante con un extremo biselado y otro extremo agudo, ligeramente curvado. Los buriles prehistóricos se fabricaban a golpe de piedra, para crear una pieza plana y filosa.
Los artesanos usaban buriles para trabajar hueso y astas de ciervo, en la fabricación de azagayas, arpones, agujas, otras herramientas y objetos artísticos. También servía para dibujar grabados sobre objetos y paredes de cuevas, con una gran variedad de temas que incluían personas, animales y símbolos diversos.
Azagaya
La azagaya era un arma arrojadiza, semejante a una jabalina. La punta era fabricada con asta de ciervo o reno, que conseguían de los animales cazados, o simplemente recolectándola en los bosques, ya que los ciervos mudan la cornamenta cada año, durante los meses de marzo y abril.
El cuerno de ciervo es un material duro, y para darle la forma adecuada, los artesanos prehistóricos lo reblandecían primero en agua hirviendo. Tras esto, conseguían extraer una varilla, ayudándose de afilados cuchillos de pedernal.
Seguidamente, trabajaban las varillas puliéndolas cuidadosamente y dándoles la forma de punta, que luego era unida a un astil de madera, con una pluma en el otro extremo, para que tuviera el equilibrio apropiado.
A la punta se le podían incrustar aletillas triangulares hechas de sílex, para aumentar la eficacia del arma.
El ensamblaje de las piezas de la azagaya se llevaba a cabo mediante cuerdas hechas con las tripas de los animales cazados, y pegamento extraído de resinas vegetales, cera de abejas y ceniza.
Posteriormente, la azagaya se mejoró añadiéndole un propulsor, con el cual se extendía el alcance del arma. Los propulsores se elaboraban en hueso, marfil, madera o asta de ciervo, a la que se añadían elementos decorativos.
La azagaya podía usarse también como arma defensiva, pues se han hallado fósiles de cráneos humanos con azagayas clavadas.
Arpones
La versión más simple del arpón de pesca es un palo con una punta muy afilada. También se utilizaban puntas, como en la azagaya, a las que tallaban dientes, en uno o ambos bordes.
En la base del arpón había un orificio de sujeción para la vara, pero al clavarse en la presa, el arpón se desprendía, por lo que era necesario recuperarlo con una cuerda o hilo de sujeción.
Agujas y alfileres
Durante el Paleolítico, los nómadas se vestían con pieles de animales, en cuya confección empleaban agujas para coser, talladas a partir de hueso, madera, astas de ciervo y otros materiales, como colmillos de mamut, reno o morsa. La aguja de coser más antigua que se conoce tiene unos 40.000 años más o menos.
Según el uso que se le diera a la aguja, se le practicaban cortes en la punta para darle bordes dentados. También venían con un solo agujero para enhebrar o con dos, hechos con un perforador de sílex.
Los alfileres, a los que no se les practicaba agujero, se usaban para sujetar las prendas y los mantos al cuerpo, o para asegurar las pieles de las tiendas usadas como resguardo.
Las fibras utilizadas para coser eran hilos de origen vegetal, o tendones de ciervos y toros.
Punzones
Los punzones o estiletes son utensilios con puntas muy afiladas, empleados para agujerear materiales diversos y suficientemente blandos, como pieles y madera. Se fabricaban con las cornamentas de los cérvidos, o con huesos largos de los animales cazados, tras extraerle la médula.
A los punzones se les practicaba una punta o bien dos, y solían estar decorados.
Raspadores
También llamados rascadores, se fabricaban de láminas de piedra, a las que se les proporcionaba, mediante cortes, un borde más o menos redondeado y biselado. Se utilizaban para separar la piel de la carne de los animales cazados, para curtir pieles, acanalar huesos y cortar carnes.
Bastones perforados
Los arqueólogos han encontrado bastones perforados, que quizá servían para trenzar las crines de los caballos, aunque en realidad no existe un acuerdo acerca de la funcionalidad de estos objetos.
Algunos autores creen que los bastones estarían asociados a las personas con autoridad en el grupo.
Arco y flecha
El sistema de arco y flecha consiste en un arco de madera, a cuyos extremos se ata una cuerda. Al tensar la cuerda, esta acumula energía potencial elástica, que es transferida luego a un proyectil con forma de flecha, el cual adquiere gran velocidad.
La flecha consiste en una vara larga y delgada, provista de una punta en un extremo y una pluma del otro, para darle estabilidad aerodinámica.
El arco y la flecha tuvieron gran relevancia como arma de caza y guerra durante buena parte de la historia de la humanidad; hoy en día, algunos pueblos aún los usan para la caza.
Asimismo, el tiro con arco y flecha es considerado un deporte olímpico y se practica con fines recreativos.
Referencias
- Altuna, J. Hueso Trabajado. Adornos y arte mobiliario en la prehistoria paleolítica vasca. Recuperado de: euskadi.eus.
- Armas de la Prehistoria: Cuándo surgieron y qué tipos había. Recuperado de: formacionimpulsat.com.
- Mundo Antiguo. Herramientas de la Prehistoria. Recuperado de: mundoantiguo.net.
- Museo Arqueológico de Murcia. La vida en la Prehistoria. Recuperado de: museosregiondemurcia.es.
- Tito Bustillo Centro de Arte Rupestre. Herramientas de la Prehistoria. Recuperado de: centrotitobustillo.com.