Medicina

Efectos secundarios del orfidal: frecuencia y tipos


Los efectos secundarios del orfidal (lorazepam) son dañinos para la salud, por eso es importante consumir este medicamento bajo receta y control médico. El orfidal es el nombre comercial que recibe el lorazepam, un medicamento perteneciente al grupo de las benzodiacepinas de alta potencia. En él se distinguen cinco propiedades principales: es ansiolítico, amnésico, sedante, anticonvulsivo y relajante muscular.

Concretamente, el orfidal es catalogado como un fármaco tranquilizante-ansiolítico que se utiliza para evitar el nerviosismo y la ansiedad. De forma general, el orfidal se emplea para tratar a corto plazo los estados de ansiedad, así como la ansiedad asociada a la depresión y los trastornos del sueño.

Frecuencia de los efectos secundarios del orfidal

De forma general se han establecido cinco categorías diferentes en función de su frecuencia. Estas son:

  1. Muy frecuentes: lo experimenta al menos uno de cada 10 pacientes.
  2. Frecuentes: lo experimenta al menos uno de cada 100 pacientes.
  3. Poco frecuentes: lo experimenta al menos uno de cada 1.000 pacientes.
  4. Raros: lo experimenta al menos uno de cada 10.000 pacientes.
  5. Muy raros: lo experimenta menos de uno de cada 10.000 pacientes.

A pesar de esta organización sobre la frecuencia de los efectos secundarios del orfidal, la mayoría de ellos resultan de frecuencia no conocida, al no contar hoy en día con datos suficientes para establecer su prevalencia.

Tipos de efectos secundarios del orfidal

1- Trastornos generales

Por lo que respecta los trastornos generales, el consumo de orfidal presenta dos síntomas principales: la astenia y la debilidad muscular.

Estos dos síntomas se catalogan como frecuentes, por lo que al menos una de cada 100 personas que consumen este fármaco presentan este tipo de afecciones.

La astenia suele provocar una sensación de fatiga y cansancio generalizado en la persona, mientras que la debilidad muscular suele hacerse especialmente notoria en las extremidades superiores.

Más allá de estas dos alteraciones, el consumo de orfidal puede provocar otros trastornos generales, los cuales resultan de frecuencia no conocida. Estos son:

  1. Reacciones de hipersensibilidad: incremento de la sensibilidad sensorial del paciente.
  2. Reacciones anafilácticas.
  3. Angiodema: hinchazón bajo la piel de la lengua o la laringe que puede producir una obstrucción de las vías respiratorias.
  4. Hiponatremia: el consumo de orfidal se relaciona, en algunos casos, con falta de sodio en el organismo.
  5. Hipotermia: en algunos casos el consumo de orfidal puede motivar una disminución notoria de la temperatura corporal.
  6. Síndrome de la secreción inapropiada de la hormona antidiurética.
  7. Angioedema: en algunos casos, el consumo de orfidal puede dar lugar a hinchazón bajo la piel.

2- Trastornos cardíacos

El consumo de orfidal puede provocar alteraciones en el funcionamiento cardíaco del organismo. Estos efectos resultan de frecuencia desconocida, por lo que no es posible determina la prevalencia de este tipo de alteraciones entre los consumidores.

No obstante, sí que se ha determinado que el trastorno cardíaco causado por el consumo de orfidal más frecuente es la hipotensión, es decir, la disminución de la presión sanguínea del organismo.

3- Trastornos gastrointestinales

El lorazepam es un medicamento que también puede afectar al funcionamiento gastrointestinal del organismo. No obstante, en la actualidad no se poseen datos acerca de la prevalencia de este tipo de trastornos.

Las náuseas son el único síntoma que presenta una frecuencia conocida. Esta alteración es considerada como poco frecuente, por lo que la presentan al menos una de cada 1.000 personas que consumen orfidal.

Los otros trastornos gastrointestinales que puede originar el uso de este fármaco son de frecuencia no conocida y resultan los siguientes:

  1. Estreñimiento.
  2. Aumento de la bilirrubina.
  3. Ictericia: coloración amarillenta del blanco del ojo y de la piel.
  4. Incremento de las transaminasas.
  5. Aumento de la fosfatasa alcalinza (unas enzimas del hígado).

4- Trastornos de la sangre y del sistema linfático

De forma general se sostiene que los trastornos de la sangre y del sistema linfático originados por el efecto directo del orfidal resultan poco prevalentes. No obstante, estas altearciones no cuentan hoy en día con índices de frecuencia.

En este sentido, los trastornos de la sangre y del sistema linfático que puede provocar el consumo de lorazepam son:

  1. Trombocitopenia: el consumo de orfidal puede dar lugar a una disminución de las plaquetas de la sangre.
  2. Agranulocitosis: en algunos casos, el orfidal puede provocar una disminución de un tipo de glóbulos blancos de la sangre conocidos como neutrófilos.
  3. Pancitopenia: el consumo de orfidal se ha relacionado con una disminución importante de todas las células de la sangre.

5- Trastornos del sistema nervioso

Las alteraciones del sistema nervioso son probablemente los efectos secundarios más prevalentes del orfidal. Este hecho se explica por la actividad psicofarmacológica de estos medicamentos.

El orfidal actúa principalmente en las regiones cerebrales, por lo que su consumo provoca modificaciones en el funcionamiento de esta región del organismo. Sus efectos terapéuticos (no secundarios) van destinados a incrementar la relajación y la tranquilidad de la persona.

No obstante, el consumo de este psicofármaco puede provocar otras alteraciones no deseadas en el funcionamiento del sistema nervioso.

En este sentido, los efectos secundarios más frecuentes son la sedación, la sensación de ahogo y la somnolencia. Estos síntomas se catalogan como muy frecuentes y aparecen en al menos uno de cada 10 personas que consumen orfidal.

Como trastornos del sistema nervioso frecuentes (lo experimentan al menos una de cada 100 personas), el consumo de lorazepam puede provocar descoordinación motora, problemas en el habla, confusión, depresión, desenmascaramiento de depresión y mareos.

Como trastornos poco frecuentes (experimentado en uno de cada 1.000 casos), este psicofármaco puede motivar una modificación del deseo sexual, impotencia y disminución de orgasmos.

Finalmente, como efectos secundarios de frecuencia desconocida aparecen:

  1. Síntomas extra-piramidales: temblor, vértigo, visión borrosa, visión doble y dificultad para articular palabras.
  2. Dolor de cabeza.
  3. Desinhibición conductual.
  4. Estados y sentimientos de euforia.
  5. Ideas y/o intentos de suicidio.
  6. Alteraciones de la atención y de la concentración.
  7. Trastornos del equilibrio.
  8. Reacciones paradójicas: ansiedad, agitación, excitación, hostilidad, agresividad o furia.
  9. Alteraciones del sueño y/o insomnio.
  10. Experimentación de alucinaciones.

6- Trastornos respiratorios

El consumo de orfidal también ha reportado la aparición de ciertos trastornos respiratorios. No obstante, no se cuenta con datos acerca de su prevalencia y resultan efectos secundarios de frecuencia desconocida.

En este sentido, los trastornos respiratorios que puede ocasionar los efectos directos del lorazepam son:

  1. Insuficiencia respiratoria.
  2. Empeoramiento de una apnea del sueño previa.
  3. Empeoramiento de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica previa.

7- Trastornos de la piel y el tejido conjuntivo

El consumo de lorazepam puede dar lugar a la aparición de trastornos de la piel y del tejido conjuntivo.

Estos trastornos constituyen dos efectos principales: las reacciones alérgicas en la piel y la caída de cabello. Ambas alteraciones son de frecuencia desconocida.

8- Adicción

Finalmente, cabe destacar que el consumo prolongado de orfidal, sobre todo si se consumen dosis elevadas o sin control médico, puede dar lugar al desarrollo de adicción a la sustancia.

Unos de los casos de adicción más comunes se producen en esas personas que tras el consumo prolongado de orfidal, desarrollan dependencia al orfidal para poder conciliar el sueño.

No obstante, el orfidal también puede provocar adicción a nivel general y originar una elevada dependencia a la sustancia. En estos casos, la persona puede reaccionar con un síndrome de abstinencia cuando suprime el consumo del medicamento.

Referencias

  1. Mencías Rodriguez, E. Mayero Franco, L.M. Manual de Toxicología Básica. 2000. Ediciones Díaz de Santos, S. A. (99-109).
  2. McKIM WA. Drugs and Behavior: An Introduction to Behavioral Pharmacology. Pearson Education, 2002.