Historia

Misión Klein Saks: antecedentes, causas, ¿por qué fracasó?


La Misión Klein Saks fue una comisión compuesta por un grupo de expertos estadounidenses contratada por el gobierno colombiano para tratar de mejorar la economía del país. El presidente que decidió contactar con esta consultora fue Carlos Ibáñez del Campo, en 1955, durante su segundo mandato.

La economía chilena sufría una serie de serios problemas estructurales. Estos se habían agravado enormemente después de que la Gran Depresión de 1929 afectara al país en los años siguientes. Tras esta crisis mundial, el intento de implantar un modelo basado en la Industrialización por Sustitución de Importaciones no dio los resultados esperados.

Controlar la inflación se convirtió en uno de los grandes desafíos del país. Para la década de los 50 los precios aumentaron hasta un 80%, mientras que las tasas de desempleo también se incrementaron de manera considerable.

Ante esta situación, Ibañez del Campo decidió contratar a una consultoría estadounidense para que analizara y tratara de buscar soluciones. La misión Klein Saks elaboró una serie de recomendaciones aunque no todas fueron implementadas. La fuerte respuesta social provocó que no dieran el resultado buscado.

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Antecedentes

Durante varios años, Chile había implantado un modelo económico basado en la industrialización por sustitución de importaciones, con influencias del keynesianismo. Este sistema pretendía que el Estado potenciara la industrialización, pero el resultado fue la creación de déficits y el desequilibrio entre la ciudad y el mundo rural.

Además, las consecuencias de la depresión económica mundial, que alcanzaron Chile en los años 30, causó que los precios tuvieran comportamientos erráticos.

Carlos Ibáñez del Campo

Carlos Ibáñez del Campo fue una de las figuras más destacadas en la política chilena durante cuarenta años. Durante su etapa de influencia, y no solo como presidente, buscó fortalecer el papel del Estado en la sociedad.

Su primer mandato presidencial comenzó en 1927, después de la renuncia de Emiliano Figueroa. Al ocupar el cargo, Ibáñez ejerció la presidencia con un estilo autoritario, reprimiendo a la oposición y estableciendo la censura a la prensa.

No obstante, su gobierno tuvo bastante aceptación entre parte de la población, favorecido por el aumento de los precios del salitre y de los beneficios obtenido de la explotación del cobre.

Ibáñez aprovechó para emprender un gran programa de obras públicas y para fomentar la producción mediante créditos y aranceles proteccionistas.

Salida del gobierno

Las políticas de Ibáñez acabaron provocando un alto nivel de endeudamiento público. Esto, y los errores cometidos en la gestión monetaria tras la crisis del 29, hizo que se produjera una gran crisis económica.

Para 1931, las manifestaciones en su contra eran multitudinarias y el presidente no contaba con apenas apoyos. Ante eso, Ibáñez se vio obligado a dimitir y, poco después, los militares ocuparon el poder.

Ibáñez regresó del exilio en 1937 para presentarse a las elecciones que iban a tener lugar al año siguiente. Su candidatura era apoyada por el movimiento nacionalsocialista, pero un intento de golpe de Estado protagonizado por un grupo de jóvenes nazis y la matanza del Seguro Obrero, hizo que desistiera.

Antes de recuperar la presidencia, en 1952, Ibáñez se había presentado a las elecciones de 1942, aunque sin éxito. En 1949, fue elegido senador por el partido Agrario Laborista.

Gestión económica

En su segunda presidencia, Ibáñez mantuvo la política desarrollista iniciada por los radicales. Así, trato de impulsar la producción, apoyando a empresas públicas como la Compañía de Acero del Pacífico (CAP). Asimismo, fundó la Industria Azucarera Nacional (IANSA), siendo uno de los últimos presidentes en crear empresas para la CORFO.

Aparte, fue el creador del Banco del Estado de Chile y modificó los estatutos del Banco Central de Chile.

En lo social, Ibáñez fijó un salario mínimo para los campesinos, lo que sacó de la pobreza a miles de trabajadores del campo.

Toda esta política significaba un gasto público muy elevado, lo que provocó una subida de la inflación. La situación se agravó tanto que, en 1955, Ibáñez llamó a la consultora económica Klein-Sacks para que ayudara a sanear la economía.

Causas

El modelo económico adoptado en buena parte de América Latina, basado en el “estatismo keynesiano”, mostró sus limitaciones durante la década de los 50 del siglo XX.

Este modelo estaba sostenido por la búsqueda de desarrollo interior, sustituyendo las importaciones por la industrialización. En la práctica, los gobiernos impulsaron potenciar la industrialización nacional orientada al mercado interno.

Crisis del 29

La Gran Depresión de 1929 comenzó en los Estados Unidos, pero acabó afectando a todo el planeta. En Chile, sus consecuencias provocaron una enorme inestabilidad social. Un ejemplo fue la inmigración de los obreros del salitre hacia Santiago por la pobreza que estaban afrontando.

Chile, como otros países latinoamericanos, recurrió a la misión Kemmerer para intentar corregir los desequilibrios creados. Sin embargo, la introducción del patrón oro y el contrato entre el gobierno chileno y la familia Guggenheim para fundar la Compañía de Salitres, medidas recomendadas por la Kemmerer, solo empeoraron la situación.

Inflación

La inflación fue el gran quebradero de cabeza para la economía chilena durante las décadas anteriores a la llegada de la misión Klein-Saks.

Los dos primeros años de la presidencia de Ibáñez, antes de contratar a la consultora estadounidense, presentaron unos números muy negativos. Así, entre 1953 y 1955, la inflación alcanzó cifras del 71,1% y del 83,8%.

Déficit

La mencionada inflación causó desequilibrios importantes en todos los sectores económicos. Durante los dos años anteriores a la llegada de la misión, la hacienda pública tuvo un déficit importante, debido en su mayoría al aumento del gasto corriente, además de por la ineficacia del sistema tributario.

Finalmente, para financiar ese déficit, el gobierno debía utilizar recursos del Banco Central y, en menor medida, de la banca privada.

Otras causas

Además de las ya mencionadas, existieron otros motivos que provocaron la contratación de la misión Klein-Saks. Entre ellas, algunas malas cosechas y la inestabilidad de las políticas económicas. Todo esto desembocó en un ambiente de incertidumbre muy desfavorable para que llegaran inversiones.

Igualmente, Chile sufrió las fluctuaciones del mercado del cobre, uno de sus únicos productos de exportación. El desempleo, por su parte, creció considerablemente durante los primeros años del gobierno de Ibáñez.

¿Por qué fracasó?

En un principio, la Klein – Saks fue muy bien recibida por la derecha chilena. La izquierda, en cambio, rechazó su presencia.

El primer paso de la misión fue analizar la economía del país. La conclusión fue que el problema era estructural: Chile consumía más de lo que producía. Esto era lo que provocaba el aumento de la inflación, ya que causaba escasez de divisa y aumentaba el gasto social.

Las recomendaciones de la misión, entre otras, fueron realizar ajustes salariales para algunos sectores, especialmente a los empleados públicos y aumentar los precios, eliminando el control gubernamental sobre ellos. Igualmente, hacía hincapié en la necesidad de mejorar la administración del país.

Estas medidas eran contrarias a las políticas populistas, según los expertos, del gobierno de Ibáñez. En la práctica, equivalían a subir impuestos y bajar los salarios. No obstante, sí aceptó algunas de las recomendaciones, consiguiendo reducir la inflación.

Modelo neoliberal

La misión recomendó cambiar completamente el modelo económico chileno, introduciendo un sistema neoliberal.

Las sugerencias fueron reducir el déficit fiscal y limitar el crédito bancario al sector privado; eliminar las subidas automáticas de salarios y que estas fueran negociadas directamente entre las empresas y los trabajadores; aumentar las importaciones y diversificar las exportaciones; buscar capital extranjero; y reformar las tributaciones.

Efectos sociales

Los efectos sociales de las medidas no tardaron en provocar protestas. La congelación de los salarios generó una fuerte resistencia por parte de los sindicatos, que convocaron huelgas generales.

Por otra parte, las nuevas políticas de comercio exterior acabaron perjudicando a los pequeños empresarios y a sus trabajadores. La reducción del gasto social frenó la reducción de los índices de pobreza y aumentó la desigualdad social.

Protestas

En abril de 1957 las calles chilenas se llenaron de manifestantes en contra de la nueva política económica. La causa inmediata fue el aumento de los precios de los transportes públicos, aunque los motivos, como antes se indicaba, eran más profundos.

Los universitarios y los obreros fueron los que tomaron la iniciativa de las protestas. Se produjeron quemas de microbuses y episodios de saqueo. Se calcula que murieron unas 20 personas y el gobierno debió enviar al ejército para controlar las calles.

Todo esto provocó la debilidad del gobierno del presidente Ibáñez. Para tratar de recuperarse, decidió atender a las demandas sociales y no renovar el contrato con la Misión. 

Referencias

  1. Escolares. Misión Klein-Saks. Obtenido de escolares.net
  2. More than history. La Misión KLEIN-SAKS y Los Primeros Indicios de Desregulación Económica. Obtenido de morethanhistoryblog.wordpress.com
  3. Simunovic Gamboa, Pedro. El fracaso de las políticas económicas en Chile: La Misión
    Kemmerer y la Misión Klein-Saks (1925-1958). Recuperado de estudiosnuevaeconomia.cl
  4. Edwards, Sebastian. The Role of Foreign Advisors in Chile’s 1955–1958. Stabilization Program. Obtenido de nber.org
  5. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Carlos Ibáñez del Campo. Obtenido de britannica.com
  6. Global Security. Carlos Ibáñez del Campo. Obtenido de globalsecurity.org
  7. U.S. Library of Congress. Economic Policies, 1950-70. Obtenido de countrystudies.us