Lengua y literatura

Lengua castellana o castellano: origen, características, estructura


¿Qué es la lengua castellana o castellano?

La lengua castellana o simplemente castellano es una de las lenguas romances derivadas del latín hablado. Se dice castellana porque su lugar de origen fue Castilla, un reino medieval de la península ibérica que fue conquistando el resto de los reinos hispánicos de la época, tanto moros como cristianos.

La lengua castellana es hablada en España e Hispanoamérica, y es oficial en Guinea Ecuatorial, aunque como lengua materna solo la tiene una muy pequeña parte de la población. En Guam y Filipinas quedan muy pocos hispanohablantes, y como segunda lengua la hablan más de 489 millones de personas.

Es la segunda lengua mundial según la cantidad de hablantes nativos, y si se incluyen a quienes hablan el castellano como lengua materna, los que la tienen como segunda lengua y a los hablantes con competencia limitada, se llegan a los 589 millones de personas, alcanzando el tercer lugar en el mundo después del mandarín y el inglés.

En España hay una controversia con el término “español” para referirse a la lengua, pues se considera que españoles son todos los idiomas hablados en el país, como el euskera, el catalán, el gallego o el castellano. En Hispanoamérica son sinónimos “castellano” y “español”.

Origen de la lengua castellana

La lengua castellana es el producto de diversas influencias lingüísticas: por un lado, la península fue habitada originariamente por los tartesos, los íberos y los celtas, y hacia el norte por los vascuences, pueblos cuyas lenguas eran corrientemente habladas en aquellas regiones.

Por otro lado, el latín, el idioma del imperio romano que colonizó Hispania después de la segunda Guerra Púnica contra los cartagineses (que eran los fenicios).

Con la romanización de Hispania, ocurrida entre los siglos III y I a.C., el latín hablado por los romanos se mezcló con las lenguas existentes, dando origen al latín hispánico –hablado exclusivamente en la península debido a la lejanía del centro administrativo imperial, Roma–, del que provendría, entre otras, la lengua castellana.

Existía el latín culto o literario (la lengua de la escritura), y el latín vulgar, es decir, el que se hablaba comúnmente.

Con la caída del Imperio romano tras la invasión de los pueblos germanos, en el siglo V, es cuando comienza el proceso de formación del castellano y de las otras lenguas romances, ibéricas o no.

Se incorporan vocablos provenientes de las tribus germánicas, sobre todo de los godos y visigodos (como guerra, y nombres propios como Rodrigo, Fernando, Álvaro).

Con la posterior invasión de los musulmanes, en el siglo VIII, y tras 8 siglos en estas tierras, la indiscutible influencia del árabe en el español dejó en nuestro idioma al menos 4.000 palabras, conocidas como arabismos:

Almohada, aceite, alcabala, daga, diván, barrio, baño, hazaña, oliva, limón, nácar, naranja, ojalá, rehén, zanahoria, tabique, son apenas algunos de estos arabismos.

Gracias a la alianza de los reinos de Castilla y Aragón, y a la progresiva expansión territorial, el castellano fue afianzándose como lengua española. Los historiadores suelen dividir en tres periodos la formación de la lengua castellana: el castellano medieval, el castellano medio y el español moderno.

El castellano medieval era el que se hablaba y escribía entre los siglos X y XIV. La figura más importante fue el rey Alfonso X el Sabio. El castellano medio es la transición entre el medieval y el moderno, desde el siglo XV hasta comienzos del XIX.

Se considera al español moderno como el consolidado por España y los países hispanoamericanos independizados, en el que se han admitido numerosos préstamos lingüísticos provenientes de las lenguas autóctonas de América y se han ajustado algunas normas.

Hay que mencionar que el castellano fue la primera lengua europea neolatina en tener una gramática: en 1492, Antonio de Nebrija publica su Grammatica.

Características generales de la lengua castellana

Alfabeto latino y letra Ñ

La lengua castellana utiliza el alfabeto latino estándar, añadiendo la letra Ñ. Hay letras que no se utilizan comúnmente, como la K y la W.

Fonética

A pesar de que la pronunciación del castellano resulta casi fonética, hay algunos detalles a tomar en cuenta: la letra H no se pronuncia, y las combinaciones GU y QU se utilizan antes de las vocales E e I: Guerra, Aguijón, Queso, Quimera.

Pronunciación de la C, S y Z

En Hispanoamérica la pronunciación de las tres letras es la misma; sin embargo, en España (salvo algunas regiones, como Andalucía y las Canarias), sí se distinguen:

La C + I o E, y la Z + vocales tienen un sonido interdental, parecido al th inglés. La S + vocales tiene un sonido parecido al sh inglés, pero más suave.

Se perdió el fonema correspondiente a la V

La V y la B son, en la pronunciación, indistinguibles, siendo el castellano la única lengua romance que no hace una distinción entre ambas. Eso ha generado muchas confusiones a la hora de escribir, ya que se pronuncian igual: Burro, Viejo, Banal, Voluntad.

Diferencias dialectales y regionales

Antes se consideraba que el “castellano correcto” era el hablado en España. Sin embargo, muchos estudiosos, tanto españoles como hispanoamericanos, llegaron al consenso de que no hay una sola forma correcta de hablar el castellano.

Por ello hay un español estándar, que cualquier hispanoparlante puede entender (el utilizado generalmente en estudios académicos, artículos de divulgación, o en charlas y conferencias), y hay modismos regionales propios, que son entendibles para quienes los comparten.

Signos de exclamación e interrogación

Es la única lengua que utiliza signos de apertura para las preguntas y las exclamaciones.

Ejemplo: ¿Por qué me miras así? / ¡La noche está fresca!

Ustedes y vosotros

En España se utiliza la 2° persona del plural, que es Vosotros, y las formas verbales acordes:

Ejemplo: ¿Vendréis esta noche a la fiesta? / Vosotros sois unos artistas.

En Hispanoamérica se perdió este uso, y en cambio se utiliza Ustedes, con las formas verbales acordes a la 3° persona del plural:

Ejemplo: Ustedes son artistas.

Género

Muchísimas palabras en castellano tienen género, masculino, femenino y neutro. El género modifica otras clases de palabra, como los sustantivos, los adjetivos y los artículos.

Ejemplo: tiene la nariz pequeña / se lastimó el brazo / ella es alta / Mario está contento.

En los últimos años ha habido una fuerte discusión en torno al carácter machista del idioma, y se han propuesto diversas formas de “lenguaje inclusivo”; algunas de estas formas es poner una X en lugar de la A o la O, o la terminación en E, que supuestamente da una idea de neutralidad de género.

Ejemplo: Lxs otrxs chicxs van al parque / Les otres chiques van al parque.

Uso de consonantes dobles

En castellano o español es común el uso de ciertas consonantes dobles, como cc, ll, rr, nn.

Ejemplos: innovación / acción / lluvia / error.

Una lengua llana o grave

Según la acentuación fonética, el castellano posee un 80% de palabras graves o llanas, 17% de agudas y 3% de esdrújulas.

Tres terminaciones verbales: ar, er, ir

Todos los verbos en español terminan en ar, er, o ir: amar, cantar, beber, leer, reír, morir.

Y pueden ser regulares o irregulares. Los regulares son los que no cambian su raíz en ningún tiempo verbal, y los irregulares son los que sufren cambios notables con la conjugación.

Ejemplos de verbos regulares (cantar): él canta / yo cantaba / ellos cantaron / ella cantará / yo canté. Gerundio: cantando. Participio: cantado.

Ejemplos de verbos irregulares (ir): yo voy / él irá / ella fue / vosotros ibais / ella va. Gerundio: yendo. Participio: ido.

Estructura de la lengua castellana

La gramática estructura el castellano en morfología, sintaxis y semántica.

Morfología

Según la morfología, el castellano tiene distintas clases de palabras (sustantivos, adjetivos, pronombres, verbos, preposiciones, conjunciones, adverbios), y partículas que se agregan al comienzo o al final de las palabras (prefijos y sufijos).

La morfología explica cómo se componen las palabras: es una lengua flexiva, es decir, las palabras se alteran gracias a partículas (morfemas) que se le agregan, según lo exija la situación gramatical.

Esto se advierte sobre todo en los verbos. Por ejemplo, el verbo amar cambiará de acuerdo a la conjugación y a la persona gramatical:

Yo amo, me amaste, tú amarías, ella amaba, ellos aman, vosotras amaréis.

Pero también se advierte en los sustantivos, adjetivos y artículos cuando cambian de singular a plural y de femenino a masculino:

La noche / las noches / es alta / es alto / es feliz / son felices.

Sintaxis

La sintaxis es la parte de la lingüística que indica cómo se forman las oraciones, el orden del sujeto, el verbo, el objeto, las funciones que cada tipo de palabra cumple dentro de la oración y las relaciones que se establecen entre ellas.

En castellano, el orden más común es el de Sujeto + Verbo + Objeto: “Rodrigo perdió su guitarra”.

Semántica

La semántica estudia el significado de las oraciones y las expresiones. Según el orden que las palabras tengan en la oración, el significado podría cambiar: “hombre pobre / pobre hombre”.

La semántica es una parte clave para la comprensión de cualquier texto, oral o escrito. Para ello se utilizan, entre otras cosas, la denotación y la connotación.

La denotación es lo que significa una palabra desde un punto de vista conceptual y objetivo (burro: animal solípedo, de color ceniciento, de orejas largas. Se usa como animal de carga).

La connotación es lo que esa palabra significa de acuerdo al contexto y desde un punto de vista subjetivo (en sentido despectivo, burro: persona de poco entendimiento). Una palabra, de acuerdo al contexto, puede tener entonces varios significados.

Referencias

  1. ¿Cómo se llama nuestro idioma: “español” o “castellano”? (2006). Tomado de delcastellano.com.
  2. Idioma español (2020). Tomado de es.wikipedia.org.
  3. Huidobro, J.M. (2020). Origen y evolución del castellano. Tomado de acta.es.
  4.  Origen y estructura del español (2020). Tomado de edukativos.com.