Fortalezas de un gobierno democrático
Las principales fortalezas de un gobierno democrático son la separación de poderes, las elecciones libres, la igualdad ante la ley, la libertad de expresión y la soberanía popular. La democracia, en contraposición a otros tipos de organización política de los Estados, alude al “gobierno del pueblo”.
Esto significa que, ya sea de forma directa o indirecta, los ciudadanos son quienes toman las decisiones que afectan al desarrollo político y social de un territorio.
Los orígenes de la democracia están en las primeras civilizaciones griegas. Ya en el siglo XVIII las revoluciones en EE UU (1776) y en Francia (1789) sentaron las bases de las democracias modernas.
Hoy en día la mayor parte de los países occidentales se basan en sistemas democráticos más o menos desarrollados.
Fortalezas principales de los gobiernos democráticos
1- Separación de poderes
Fue el filósofo francés Montesquieu quien teorizó sobre este principio. Los poderes en cuestión son el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
La independencia de cada uno de estos poderes con respecto a los otros es el pilar básico de una democracia.
Así, el ejecutivo gobierna y ejecuta, el legislativo discute y aprueba las leyes y normas, y el judicial vela por el cumplimiento de dichas leyes y normas.
Por ejemplo, si hubiese interferencia entre los poderes, el judicial no podría hacer cumplir las leyes y castigar a quien las desobedece.
2- Elecciones libres
La mayor parte de las democracias son indirectas. Es decir, los ciudadanos eligen a un número determinado de representantes que actúan en su nombre.
Para ello, es necesario que haya periódicamente elecciones libres y transparentes. En estas elecciones se renuevan dichos representantes, quienes están sujetos al juicio del público.
Sin elecciones libres, el poder recaería sobre individuos no electos o perpetuaría ad eternum el poder atribuido por el pueblo a uno o varios de ellos.
3- Igualdad ante la ley
Derivado de la separación de poderes, las democracias deben garantizar la igualdad de todos los individuos ante la ley.
Así, un ministro tendrá los mismos derechos y deberes que un carpintero o un juez. En caso de que desobedezcan la ley, todos deberán responder ante esta, sin distinción.
Sin este principio habría impunidad para quienes controlan los resortes del Estado y solo los más débiles y desprotegidos sufrirían el peso de la justicia.
4- Libertad de expresión
Está presente en cualquier constitución democrática y está avalada por la Organización de las Naciones Unidas.
Los filósofos la Revolución Francesa —Montesquieu, Rousseau y Voltaire— la consideran el medio ideal para exponer ideas y hacer evolucionar a la sociedad.
En los países no democráticos esta libertad está muy limitada o no existe. La disensión se persigue policial y judicialmente hasta hacerla desaparecer.
Existen límites para proteger a terceros del uso indebido que pueda hacerse de esta libertad, como insultar, difamar, entre otras manifestaciones.
5- Soberanía popular
Es un concepto contrapuesto al de soberanía nacional. Al ser la nación un concepto abstracto y difuso, su condición de sujeto soberano da pie a interpretaciones inapropiadas.
El pueblo es quien recibe el poder para cambiar el funcionamiento del Estado a través de elecciones o de expresiones públicas y libres, como protestas y manifestaciones.
Referencias
- “Principles of Democracy” on Law and Democracy, at lawanddemocracy.org.
- “Modern Democracies”. James Bryce. (1921). The McMillan Company.