Psicología positiva: historia, principios, teorías, aplicaciones
La psicología positiva es una rama de la ciencia del comportamiento humano que se centra en comprender aquellos aspectos de la vida que hacen que esta merezca la pena. Su objetivo principal es descubrir cómo ayudar a las personas a ser felices y a llevar una buena existencia. Se trata de una mezcla de ciencia y arte, y puede aplicarse tanto a nivel individual como en toda la sociedad.
La psicología positiva fue una de las ramas que más tarde surgieron. La primera mención del término se dio en 1998, cuando el profesor Martin Seligman escogió este tema como aquel que quería desarrollar durante su mandato como presidente de la Asociación Americana de Psicología.
En un principio, la psicología positiva surgió como un rechazo hacia otras corrientes más antiguas como el psicoanálisis o el conductismo. La psicología tradicional se había centrado principalmente en las enfermedades mentales, de tal manera que ponía el énfasis sobre todo en los pensamientos negativos, problemas psicológicos y dificultades de adaptación.
Seligman y el resto de psicólogos positivos quisieron cambiar este paradigma y estudiar los aspectos más positivos de la existencia humana, con el objetivo de mejorarla tanto como fuera posible. Aunque en un principio se basó en la psicología humanista, pronto desarrolló sus propias investigaciones y llegó a conclusiones muy novedosas que siguen siendo relevantes a día de hoy.
Índice del artículo
- 1 Historia
- 2 Principios de la psicología positiva
- 3 Teorías
- 4 Aplicaciones
- 5 Autores y sus ideas
- 6 Referencias
Como ya hemos visto, la psicología positiva surgió oficialmente en 1998 cuando Martin Seligman escogió este tema como aquel que quería desarrollar mientras fue presidente de la APA, la asociación de psicología más importante del mundo. Sin embargo, antes de este momento los conceptos más importantes de la disciplina ya habían estado presentes en multitud de disciplinas relacionadas.
El propio término “psicología positiva” fue mencionado por primera vez por Abraham Maslow, un importante psicólogo humanista, en la primera edición de su libro Motivación y personalidad de 1954.
Sin embargo, durante las décadas siguientes el foco de la investigación psicológica continuó centrado en las enfermedades mentales y en los problemas humanos, por lo que el término nunca llegó a cuajar.
Sin embargo, con la llegada de Seligman a la presidencia de la APA esto comenzó a cambiar. En su libro Auténtica felicidad, Martin Seligman afirmó que la psicología del último medio siglo había estado consumida por el estudio de la enfermedad mental, y animó a los expertos en este campo a cambiar el foco hacia la mejora de la vida cotidiana y a ayudar a las personas a alcanzar todo su potencial.
En 1999 tuvo lugar la primera cumbre de psicología positiva. Tres años más tarde, se celebró la Primera Conferencia Internacional sobre Psicología Positiva. A partir de este momento, el público general comenzó a interesarse cada vez más por los descubrimientos sobre este tema, que estaban impulsados principalmente por Seligman y sus colaboradores.
A pesar de que tuvo una acogida bastante fría en un principio, poco a poco el mundo científico comenzó a aceptar la psicología positiva como una rama más del estudio del conocimiento humano. Así, la universidad de Harvard comenzó a impartir cursos sobre este tema en el 2006; y poco después se creó la IPPA, la primera organización internacional enfocada en este ámbito.
A pesar de que la psicología positiva es considerada una rama totalmente independiente de esta ciencia, existen otras disciplinas muy relacionadas con ella que sirvieron como influencia para su desarrollo. Una de las más importantes es la psicología humanista, que tuvo gran importancia durante la primera mitad del siglo XX.
Algunos de los autores más importantes de la psicología humanista fueron Erich Fromm, Carl Rogers y Abraham Maslow. Todos ellos se preocuparon por investigar qué elementos podían ayudar al desarrollo de la felicidad humana, y a que las personas alcanzasen su máximo potencial. Estos son también algunos de los principales objetivos de la psicología positiva.
Sin embargo, la psicología humanista no fue la única influencia que tuvieron los primeros psicólogos positivos. Desde el principio de la historia escrita multitud de pensadores han reflexionado sobre la felicidad y el bienestar humanos, y muchas de sus conclusiones han sido estudiados por esta disciplina moderna.
Por ejemplo, muchos expertos consideran que la psicología positiva combina descubrimientos de disciplinas como la filosofía oriental, el budismo, la filosofía clásica de occidente y algunas de las primeras ramas de la psicología.
A pesar de no ser una de las ramas más estudiadas a nivel profesional dentro del campo de la psicología, hoy en día la psicología positiva ha alcanzado una gran popularidad tanto entre la población en general como entre muchos practicantes de esta disciplina. Su importancia no deja de crecer año tras año, principalmente en los Estados Unidos y en Europa Occidental.
Martin Seligman y Mihaly Csikszentmihalyi, dos de los principales defensores de esta disciplina, definen la psicología positiva como el estudio del funcionamiento humano positivo y su desarrollo en múltiples niveles.
Estos incluirían elementos biológicos, personales, institucionales, culturales, relacionales y globales, todos ellos necesarios para el funcionamiento más óptimo de la vida.
El concepto más importante dentro de la psicología positiva es el de “eudaimonia”, un término creado por Aristóteles que significa literalmente “la buena vida”. Sin embargo, esto no tiene que ver necesariamente con la felicidad, sino con vivir de acuerdo a lo que es importante y llevar una existencia lo más completa y realizada posible.
Aunque no existe una definición oficial de lo que significa vivir según la eudaimonia, los psicólogos positivos están de acuerdo en que para alcanzar este estado la persona debe tener los niveles más altos posibles de felicidad y significado, a la vez que estar comprometidos con aquello que están haciendo.
Para Seligman, la buena vida implica utilizar las fortalezas personales para producir satisfacción y gratificación. En este video podemos verlo hablando sobre la felicidad:
Como ya hemos visto, la psicología positiva surgió como un complemento a las ramas más tradicionales de esta disciplina, que estaban centradas principalmente en el estudio de los elementos más negativos de la experiencia humana. Así, algunos de los temas más importantes para Seligman y sus seguidores son la felicidad, la autoestima, la satisfacción y los valores.
Así, los terapeutas especializados en esta rama tratan de desarrollar intervenciones psicológicas que ayuden a sus pacientes a tener actitudes más positivas sobre aquello que les ocurre, a encontrar sus puntos fuertes y trabajar sobre ellos, y en general a ser más optimistas y llevar una existencia lo más satisfactoria posible.
Entre los temas más importantes para los psicólogos positivos encontramos algunos como las emociones positivas, los rasgos individuales potenciadores, y las relaciones e instituciones positivas. Otros, como el estado de flow, los valores individuales o las relaciones satisfactorias también suelen estudiarse dentro de esta disciplina.
Debido a que la psicología positiva es todavía una rama muy nueva, no existe una única teoría que englobe todos los descubrimientos realizados por sus investigadores. Sin embargo, sí que se han creado algunas teorías que son consideradas como las principales dentro de este sector. A continuación veremos cuáles son las más importantes.
En su primer libro Auténtica felicidad, Seligman propuso la idea de que existen tres maneras de alcanzar un estado de felicidad que puede merecer la pena investigar. Estos tres caminos son la vida placentera, la buena vida, y la vida con significado.
La vida placentera implicaría saborear al máximo los sentimientos y emociones positivas que normalmente forman parte de un estilo de vida sano. Esto incluiría elementos como las relaciones, el entretenimiento, las aficiones y los intereses propios. A pesar de que muchas personas se centran en este tema, Seligman dice que la felicidad provocada por estos elementos sería muy efímera y podría ser la menos importante.
Por otro lado, la buena vida tendría que ver con los efectos de estados como el flow o la inmersión, que se producen cuando la persona está completamente sumergida en aquello que hace de manera habitual. Participar sobre todo en actividades que producen estos estados generaría un estado de felicidad mucho más duradero que el de la vida placentera.
Por último, la vida con significado tendría que ver con la participación en algo más grande que nosotros mismos. Así, las personas que escogieran este camino derivarían una gran satisfacción de contribuir a la sociedad, participar en grandes objetivos grupales, o mantener relaciones duraderas y estables.
Uno de los descubrimientos más importantes dentro de la psicología positiva fue el del estado de flow. Este fue descrito en un principio por Mihaly Csikszentmihalyi, un psicólogo polaco que estaba estudiando los efectos de la dificultad de una tarea sobre la experiencia al realizar la misma.
Csikszentmihalyi descubrió que cuando realizamos tareas que tienen un gran significado para nosotros y que nos suponen un reto pero no son demasiado complicadas, entramos en lo que él llamó el estado de flow. En él, perdemos la noción del tiempo y obtenemos niveles muy altos de satisfacción.
Para muchos psicólogos positivos, experimentar el estado de flow de manera habitual es una de las claves para vivir una vida feliz y que merezca la pena.
En 2004, Seligman y Peterson intentaron crear una lista de los atributos y características positivos que podemos presentar los seres humanos. Su primer intento constituye lo que se conoce como “organización de las 6 virtudes y 24 fortalezas”, que pronto se convirtió en una de las teorías más importantes dentro de la psicología positiva.
Dentro de esta teoría se describen 6 virtudes que han sido observadas en la mayoría de culturas que han aparecido a lo largo de la historia, y que son consideradas fundamentales para el desarrollo de una buena vida, de un estado de felicidad y de resultados positivos tanto a nivel individual como de la sociedad.
Las 6 virtudes son las siguientes: conocimiento/sabiduría, coraje, humanidad, justicia, templanza y trascendencia. A su vez, cada una de estas seis virtudes están divididas en varias fortalezas de carácter específicas, entre las que se incluyen algunas como la persistencia, la empatía o el autocontrol.
Durante las dos últimas décadas, el campo de la psicología positiva no ha dejado de expandirse y de realizar nuevos descubrimientos relacionados con la manera de vivir bien y llevar una existencia lo más satisfactoria posible. Por eso, la mayoría de aplicaciones de este campo tienen que ver con ayudar a personas y a sociedades a alcanzar un estado de bienestar.
De esta manera, la psicología positiva puede utilizarse como una forma de terapia individual, en la que un psicólogo acompaña a una persona y la ayuda a encontrar sus propias fortalezas, cambiar su punto de vista, y enfrentarse a las dificultades de su día a día con una perspectiva más saludable.
Por otro lado, este campo de la psicología también puede utilizarse para realizar investigaciones sobre los cambios que pueden llevarse a cabo a nivel social con el objetivo de mejorar el bienestar de todos los individuos que pertenecen a una cultura. De esta manera, la psicología positiva tiene un ámbito de aplicación global, algo que la diferencia de otras corrientes.
Son muchas las personas que han contribuido al desarrollo de la psicología positiva como disciplina. Sin embargo, a continuación veremos algunos de los principales autores de esta corriente y sus principales aportaciones.
Seligman fue el creador de la psicología positiva, y el principal encargado de hacer avanzar esta disciplina y de popularizarla. Por eso, la mayoría de las ideas que encontramos en este campo provienen directa o indirectamente de su trabajo.
Entre las aportaciones más importantes de Seligman encontramos algunas como los tres caminos para llevar una vida agradable, la importancia de los valores y las fortalezas de carácter, o la necesidad de cambiar la propia perspectiva para alcanzar el mayor estado de felicidad posible.
Este psicólogo de origen polaco fue el encargado de desarrollar la teoría del flow, un estado en el que perdemos la noción del tiempo y nos encontramos totalmente inmersos en aquello que estamos haciendo. Csikszentmihalyi estudió las condiciones que tienen que darse para que se produzca este estado mental, y creó un modelo replicable que nos permite experimentarlo en nuestra vida cotidiana siempre que queramos.
Ed Diener, también conocido como “Doctor Felicidad”, es un psicólogo estadounidense y uno de los principales colaboradores de Martin Seligman en sus investigaciones sobre la felicidad y el bienestar subjetivo. Sus estudios se centran sobre todo en la influencia de factores como la personalidad, el nivel de estudios o el bienestar económico en la felicidad.
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