Definición de todo
El término todo proviene del latín totus y hace referencia a algo que se toma o se comprende enteramente. Por ejemplo: si en un salón hay ocho personas de sexo masculino y ninguna mujer, puede decirse que allí todos los asistentes son hombres.
En un marco determinado, la noción de todo es absoluta (es decir, no tiene graduaciones o términos medios). Si leemos una información que afirma que todos los jugadores titulares de un equipo de fútbol recibieron sobornos, el dato supone que los once integrantes fueron sobornados. No es posible considerar que dicho soborno haya llegado a dos, cinco o diez jugadores, ya que cualquier cantidad que no sea once no será “todo el equipo”.
Cuando la idea de todo se utiliza para generalizar, se incurre en errores. Una frase del tipo “Todos los políticos son corruptos” supone que no existe ningún político honesto, lo cual es falso. Sin embargo, en el lenguaje cotidiano, dichas expresiones son habituales. El término también se usa para ponderar en exceso alguna circunstancia o cualidad: “Todo es un problema en esta escuela”, “Todo en esta ciudad es interesante y digno de ser observado”, “El atleta ganador de la medalla dorada es todo músculo”.
Continuando con el uso del término en el plano sentimental, decir que alguien es «todo lo que tenemos» o que estar con esa persona es «todo lo que anhelamos» no puede ser cierto al cien por ciento; al menos, no desde un punto de vista estrictamente analítico. Pero la intención de dichas frases no es la exactitud, sino que buscan enfatizar los sentimientos de una persona hacia otra, demostrándole cuán invaluable resulta para ella su presencia, su compañía.
A los seres humanos nos resulta imposible entender completamente el concepto de todo cuando excede los límites de las personas y los objetos conocidos y se aplica a la totalidad de partículas que conforman el universo. Del mismo modo, imaginar la nada es una tarea tan ardua como absurda: no podemos pensar en la ausencia total de materia, y poco tiene que ver la nada con poner la mente en blanco o negro.
¿Cuáles son los límites del universo? ¿Acaso tiene límites? De tenerlos, ¿podría encontrarse dentro de otro espacio? ¿Y si del otro lado no hubiera nada? Para entender el todo es absolutamente necesario comprender la nada; cuando termina el primero, comienza la segunda, y el nivel de complejidad de los interrogantes aumenta considerablemente, volviéndose imposibles de resolver.
Es probable que la forma esférica de nuestro planeta sea en parte responsable de nuestra dificultad para comprender los límites. Si comenzamos a recorrer la Tierra siguiendo uno de los infinitos aros que la atraviesan, jamás nos toparemos con un muro que represente el final de la existencia, dado que siempre habrá tierra o agua frente a nosotros, y tarde o temprano volveremos al punto de partida.
Escrito de la misma forma, por lo general con todas sus letras en mayúscula («TODO»), es la unión de dos palabras inglesas y suele utilizarse en el ámbito de la programación informática para enumerar tareas pendientes. Dentro de los diversos documentos de código que conforman un programa, los desarrolladores tienen la opción de hacer anotaciones que el ordenador ignorará completamente; se utiliza, por ejemplo, para detallar el funcionamiento de una sección en particular, o bien para señalar aspectos que deben ser mejorados, finalizados o eliminados. En este caso, «TODO» se usa independientemente del idioma del programador («TODO: mejorar la carga de recursos»).
Todo, por último, es un concepto filosófico que se vincula a la categoría de totalidad. Esto implica abarcar el mundo como una gran unidad. Los pensadores marxistas sostienen que el capitalismo, con la división del trabajo y la lucha de clases, lleva a la alienación, que hace que las personas consideren al mundo a partir de diversos fenómenos inconexos.