Definición de terrorismo
El terrorismo es la dominación por medio del terror, el control que se busca a partir de actos violentos cuyo fin es infundir miedo. El terrorismo, por lo tanto, busca coaccionar y presionar a los gobiernos o la sociedad en general para imponer sus reclamos y proclamas.
El terrorismo puede ser ejercido por distintos tipos de organizaciones sociales o políticas, tanto de derecha como de izquierda. Este tipo de acciones incluso pueden ser llevadas a cabo por grupos poco estructurados.
La violencia política del terrorismo ocupa un plano diferente al contexto de una guerra. Por esa razón, combatir el terrorismo y juzgar a los terroristas son tareas muy dificultosas para un gobierno.
La definición del concepto no es precisa y puede variar de acuerdo a los intereses de quien lo pronuncia. Es común que un político acuse a un opositor de terrorista por el simple hecho de no comulgar con sus ideas. El terrorista, por otra parte, suele negar su condición, sosteniendo que el uso de la violencia como legítima defensa.
En Argentina, la dictadura militar que tomó el poder en 1976 acusó de terrorismo a todo aquel que “difundiera ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana”. Dicha postura tan rígida y ambigua al mismo tiempo puso del lado de los terroristas a cualquier persona opositora al régimen, incluyendo a numerosas organizaciones pacíficas.
Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el gobierno estadounidense extendió su definición de terrorismo para incluir a numerosos opositores. En el caso de su invasión a Irak, por ejemplo, la resistencia es acusada de terrorismo por algunos sectores y legitimada por otros. Además, ha aumentado la atención a los ataques terroristas, dado que el miedo sembrado en la población norteamericana se expandió rápidamente al resto del Planeta.
Desde entonces, el número de atentados de impacto considerable que tuvieron lugar en diferentes partes del mundo ha superado el medio centenar, dejando fuera del recuento los coches bomba en España, Irak, México, Israel y Afganistán. En su mayoría, dichos actos de terrorismo han sido atribuidos a grupos yihadistas (dentro del islám político, los más agresivos y radicales) o a Al-Qaeda, y han tenido por objetivo diversas ciudades de varios países.
No se debe pasar por alto el enfrentamiento terrorista checheno, una lucha que busca recuperar su territorio de la invasión por parte de los rusos. Si bien no son pocos los conflictos de naturaleza política, la religión siempre parece ocupar un lugar protagónico en estos lamentables eventos, y eso alimenta los fundamentos de los terroristas para ejercer la violencia.
El terrorismo no puede ser comprendido; se da cuando el ser humano atraviesa la línea de la razón, de la compasión por los demás, cuando cree que su causa es más valiosa que la vida ajena. Pueblos enteros son azotados por formas de violencia que desafía la imaginación de las mentes más perversas y ni siquiera reciben una explicación para tal abuso de sus derechos y libertades, para que su existencia se vea irreparablemente rasgada ante la pérdida de sus seres queridos, de sus casas, de su esperanza.
A continuación se describen dos de los actos más horribles de los últimos años:
* el 11 de marzo de 2004, Al-Qaeda atacó 4 trenes de Madrid con mochilas bomba, en un intento de cambiar de gobierno y de conseguir que las tropas españolas se retiraran de los países de su interés. Murieron 191 personas y 1.858 fueron gravemente heridos;
* el 7 de julio de 2005, un autobús y varias líneas de metro de Londres sufrieron un atentado con mochilas bomba por parte de una célula local de Al-Qaeda, que buscaba cobrarse por la participación de Gran Bretaña en la invasión del territorio iraquí en el año 2003. Las consecuencias directas: 56 muertos y más de 90 heridos.