Definición de tacaño
Lo primero que hay que conocer acerca del término que vamos a analizar, tacaño, es su origen etimológico. En este sentido, podemos exponer que existen varias teorías al respecto, aunque la que cobra más fuerza es la que determina que deriva del italiano, más concretamente de la palabra “taccagno”.
Se trata de un adjetivo que se emplea para calificar a la persona que es mezquina o avara. Tacaño, por lo tanto, es quien escatima o reserva alguna cosa, guardándosela para sí mismo.
Por ejemplo: “¡No seas tacaño e invita a tu mujer a cenar! Tienes que llevarla a festejar el aniversario”, “Mi padre es un tacaño que nunca me quiere dar dinero”, “Manuel, no seas tacaño y convida caramelos a tus compañeros”.
El concepto suele aplicarse a quienes no desean gastar su dinero. El tacaño opta por no incurrir en gastos o inversiones incluso resignando su propia comodidad. No hay que confundirse entre un tacaño y un individuo que está ahorrando con algún fin o que carece de dinero para gastar.
Supongamos que una persona que disfruta un buen pasar económico se propone realizar un regalo a un ser querido que cumple años. Pese a que sabe que al cumpleañero le gusta mucho la tecnología, decide regalarle un par de medias para gastar poco dinero. Ante esta actitud, es posible que el individuo que realiza el obsequio sea calificado como tacaño.
Dentro del ámbito de la cultura muchos son los personajes de libros, películas, programas, series, canciones…que se han dado a conocer y hoy forman parte de nuestro acervo precisamente porque son muy tacaños. En concreto, entre los más significativos se encuentra, por ejemplo, el protagonista de la obra “El ávaro” (1668), del escritor francés Moliére. Como su propio título indica gira en torno a la figura de un hombre llamado Harpagón que destaca por ser exageramente rácano o tacaño.
A todo lo expuesto podemos añadir que, dentro del ámbito de la psicología se establece que las personas que son tacañas vienen a dejar patente no sólo un rasgo de personalidad sino también el hecho de que han vivido situaciones que han propiciado que sean así. De esta manera, se determina que puede ser debido a que su familia ha pasado penurias económicas en el pasado e incluso a que durante la infancia sus padres controlaban al milímetro el dinero y no le daban importancia al afecto hacia los hijos. Así, se viene a determinar que precisamente por esa última situación, los individuos son tacaños básicamente como una manera de llamar la atención sobre la falta de afecto que han tenido.
El calificativo de tacaño, en definitiva, implica una visión negativa sobre la otra persona. De hecho, señalar a alguien como tacaño supone realizarle una crítica. Por eso, a lo largo de la historia, la noción fue empleada para denostar, menospreciar o condenar a diversos grupos sociales. El ejemplo típico es la acusación de tacaños a los miembros de la colectividad judía, una práctica antisemita muy habitual que permitió construir un estereotipo.