Definición de tablet
Tablet es un término de la lengua inglesa que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto puede traducirse como tableta, aunque las acepciones de esta noción mencionadas por la RAE no coinciden con el significado actual.
Una tablet, en definitiva, es una computadora (ordenador) portátil más grande que un smartphone pero, generalmente, más pequeña que una netbook. Se caracteriza por contar con pantalla táctil: esto quiere decir que para utilizar la tablet no se necesita mouse (ratón) ni teclado.
Existen diversos formatos de tablet. Las más populares miden entre 8 y 12 pulgadas y disponen de teclado virtual, aunque es posible añadirle un teclado físico a través de una conexión USB o Bluetooth.
Existen, además, las tablets que tienen un teclado físico giratorio o que se oculta tras la pantalla. Otros dispositivos similares, como los booklets y los phablets, también presentan distintas disposiciones de teclados.
La popularidad de la tablet se multiplicó en 2010, cuando Apple lanzó el iPad. En la actualidad una gran cantidad de fabricantes, como Samsung, Asus, Google, Microsoft, HP y Sony, han presentado sus propias tablets.
Suele considerarse la tablet como un dispositivo para navegar por Internet, acceder a contenidos multimedia y jugar. En cambio, estos equipos no suelen emplearse con fines profesionales.
Con una tablet, es posible escuchar música, ver películas, tomar fotografías, realizar videoconferencias y leer libros electrónicos, por citar apenas algunas posibilidades. Como puntos en contra, hay que mencionar la incomodidad para emplear el teclado virtual y la falta de ergonomía.
Muchos son los modelos que existen actualmente en el mercado de este tipo de dispositivos tecnológicos ya que ha experimentado un notable auge su demanda en los últimos tiempos. De ahí que los expertos del sector hayan establecido una serie de recomendaciones o consejos para que los ciudadanos puedan comprar la tablet que más y mejor se ajusta a sus necesidades:
-El precio. De manera indiscutible, uno de los primeros aspectos en los que hay que fijarse es en su valor, para que así pueda adquirirse una que se ajuste a la economía que se posee. Así, las de gama baja serán más asequibles a cualquier bolsillo, mientras que las medias o altas ya no podrán estar al alcance de todos.
-El tamaño de la pantalla. Asimismo también hay que prestar atención a este factor, del que dependerá por supuesto su precio final: los modelos que tengan mayor tamaño de pantalla, de entre 8,4 y 10, serán más caros. Para elegir las dimensiones adecuadas hay que pensar en para qué se quiere la tablet, ya que si sólo es para leer o para llevarse consigo viajando, una de entre 7 y 8 pulgadas es más que suficiente.
-El sistema operativo. En función del que se esté acostumbrado a utilizar en ordenadores o teléfonos móviles así como pensando en los servicios que ofrece cada uno, habrá que elegir entre una tablet Android, con iOS, con Fire OS o con Windows, por ejemplo.
-La capacidad de almacenamiento y la conexión a Internet que tenga también son aspectos a tener en cuenta.
Claro que, como se menciona en un párrafo anterior, existen teclados diseñados específicamente para tablets, además de tablets que cuentan con sus propios teclados, como la aclamada línea Asus Transformer o la costosa Microsoft Surface, dos claros ejemplos de lo lejos que ha llegado la tecnología. Ambas familias de productos ofrecen la experiencia completa de un ordenador portátil, más las comodidades propias de una tablet, como ser la pantalla táctil, el menor peso y la capacidad de utilizarlas en cualquier orientación.
La llegada al mercado de dichos productos híbridos y sus derivados cambió la percepción que la gente tenía de la tablet, y dio lugar a que muchos la adoptaran como herramienta de trabajo, especialmente en puestos que no requieren de un gran poder de procesamiento. Si bien la Surface de Microsoft sí se ofrece en modelos con componentes de una capacidad y un poderío que desafían los límites con los ordenadores de escritorio, lo mismo no ocurre con la competencia, por lo cual las tablets normales resultan más adecuadas para tarea de escritura, entre otras no muy demandantes.
Si bien existen los ordenadores portátiles con pantalla táctil y prestaciones similares a las de una tablet, esta última representa una tentadora alternativa dado su menor coste y su mayor versatilidad a la hora de transportarla. Además, los avances en la tecnología de los procesadores permiten que los modelos más potentes ejecuten de videojuegos con un rendimiento aceptable.
La tablet y el ordenador portátil se diferencian lo suficiente como para coexistir sin ponerse en peligro mutuamente, ya que no apuntan al mismo público, o bien satisfacen necesidades distintas de una misma persona. Por ejemplo, hay ordenadores portátiles de varios miles de dólares que se ensamblan especialmente para los jugadores más demandantes, con varias decenas gigas de RAM y procesadores gráficos de última generación, y ninguna tablet alcanza este nivel de especificaciones.
Con respecto al término en sí, es importante señalar que se trata de un anglicismo, razón por la cual la Fundación del Español Urgente recomienda el uso de la palabra española «tableta» para referirse a estos dispositivos portátiles. Por otro lado, esto no se refleja en los medios de comunicación ni en el habla cotidiana, ya que «tablet» continúa siendo la opción preferida; como dato curioso, en América latina se usa como sustantivo femenino, mientras que en España, como masculino.