Definición de sinfonía
Un vocablo griego se transformó en el latín symphonĭa. El concepto llegó a nuestra lengua como sinfonía: un conjunto de instrumentos musicales y/o voces que suenan simultáneamente y de manera acorde.
Por extensión a este significado, se llama sinfonía a una composición creada para ser interpretada por una orquesta. Lo habitual es que una sinfonía se divida en cuatro movimientos que se diferencian entre sí por la estructura y el tiempo. Existen, sin embargo, sinfonías con otra cantidad de movimientos.
Las sinfonías, por otra parte, pueden ser interpretadas por distintos tipos de orquestas. Hay algunas que son interpretadas por más de un centenar de músicos, mientras que otras pueden ser ejecutadas por apenas una decena.
La cantidad de músicos necesarios para ejecutar una sinfonía ha ido cambiando a lo largo de la historia; más precisamente, ha aumentado, y esto se puede apreciar claramente al comparar un concierto dedicado a la obra de Haydn y otro, a la de Gustav Mahler, por ejemplo, ya que para el primero basta una pequeña orquesta de cámara, mientras que para el segundo puede ser necesaria una cuyos músicos se cuenten en centenares.
Como es de esperarse, esto repercute notablemente en el carácter de las obras y en las sensaciones que la música transmite a los oyentes. Si bien un solo músico es suficiente para expresar desde la paz hasta la ira, un movimiento inspirado en una guerra resulta más impactante cuanto mayor sea el número de intérpretes.
A lo largo de la historia, muchos compositores alcanzaron la popularidad gracias a la calidad de sus sinfonías. Uno de ellos fue Wolfgang Amadeus Mozart, quien numeró 41 sinfonías pese a que compuso varias más.
También pasó a la historia Ludwig van Beethoven, autor de nueve sinfonías. El movimiento final de la “Novena Sinfonía”, que incluye fragmentos de la “Oda a la alegría” de Friedrich von Schiller, es una de las composiciones sinfónicas más famosas.
Johannes Brahms, Franz Shubert, Gustav Mahler y Pyotr Tchaikovski son otros compositores que alcanzaron un gran reconocimiento por sus sinfonías, las cuales incluso en la actualidad suelen ser interpretadas por orquestas de todo el mundo en diferentes conciertos.
El concepto de sinfonía coral, por su parte, es una composición que tiene como intérpretes un coro de cantantes, una orquesta y a veces también algún solista. Por lo general, estas piezas tienen una apariencia similar a la de la sinfonía, desde un punto de vista funcional y estructural, y por eso reciben este nombre.
La primera persona en acuñar el término de «sinfonía coral» fue el celebrado compositor francés Hector Berlioz, una de las figuras más destacadas del romanticismo musical, quien se valió de él para la descripción de «Roméo et Juliette«, para muchos considerada su obra cumbre.
La Novena Sinfonía de Beethoven, mencionada más arriba, puede ser considerada la antecesora directa de este tipo de sinfonía, ya que se trata de la primera obra conocida que da la misma importancia a la voz humana que al resto de los instrumentos, en el contexto de una sinfonía, y esto se aprecia en la escritura de las melodías, pero también en la calidad y profundidad del texto escogido.
Cabe destacar que la idea de sinfonía también se utiliza en otros ámbitos más allá de la música, con referencia a la armonía que existe entre colores o, de manera simbólica, al estado de aquello que funciona a la perfección.
Por ejemplo, en el ámbito de la cocina es común oír que un plato delicioso es «una sinfonía de sabores para el paladar», y esto hace referencia a la amplitud de sensaciones satisfactorias que experimentan quienes lo prueban. Del mismo modo, como se menciona en el párrafo anterior, es posible describir un cuadro o una imagen muy agradable como «una sinfonía de colores».