Definición de semejanza
Hasta el latín hay que marcharse, figuradamente hablando, para poder encontrar el origen etimológico del término semejanza. En concreto, podemos establecer que emana de la suma de dos elementos: el vocablo similia, que puede traducirse como “parecido”, y el sufijo –anza, que es equivalente a “abundancia”.
Semejanza es la cualidad de semejante (que se parece a alguien o algo). Dos seres vivos u objetos semejantes comparten ciertas características. Por ejemplo: “El arquitecto creó esta mansión a semejanza del Palacio del Louvre”, “No entiendo la demanda de plagio: ambas obras no guardan ninguna semejanza”, “Las semejanzas entre estos libros son evidentes y nadie puede negarlas”.
El concepto semejante también puede utilizarse con sentido de ponderación o con carácter demostrativo: “No sé qué hacer ante semejante problema”, “Nunca he oído semejante historia”.
Aplicada a una figura geométrica, la semejanza señala que la figura es distinta a otra solo por el tamaño, ya que sus partes guardan respectivamente la misma proporción. En este sentido, los triángulos semejantes son aquellos que guardan una relación de semejanza y tienen, por lo tanto, similar forma. En el caso de los triángulos, a diferencia de otras figuras, la forma depende sólo de sus ángulos.
De esta manera se llegan a establecer una serie de máximas que son irrefutables. En concreto se manifiesta que todos los triángulos equiláteros tienen la particularidad de que son semejantes.
Todo ello sin olvidar tampoco que se determina que dos triángulos son semejantes en general cuando tienen sus lados homólogos proporcionales y sus ángulos homólogos iguales. De esta forma es como se obtiene la máxima conocida como razón de semejanza, que se puede definir como la razón de la proporción de los lados de los triángulos.
No obstante, también se establece que la mencionada razón de semejanza es igual a lo que sería la razón de los perímetros de los triángulos semejantes.
En la teología cristiana, se utiliza la expresión latina imago dei para hacer referencia a la creación del hombre a “imagen y semejanza” de Dios. Los teólogos creen que dicha frase bíblica está vinculada al dominio que Dios otorgó al hombre sobre las demás criaturas y a la capacidad de procreación.
La semejanza de la Biblia, por otra parte, está relacionada con una perfección de la imagen, entendiendo imagen como el reflejo del alma. Para Santo Tomás de Aquino, todos los seres fueron creados a semejanza de Dios, siendo la imagen (alma) lo que diferencia al hombre del resto de las criaturas.
Tampoco podemos obviar la existencia de lo que se conoce como semejanza fonética, que es la que determina en qué medida se parecen dos palabras diferentes. El cálculo de aquella se realiza en base a la distancia que existe entre ellas y viene determinada por el hecho de que mientras más pequeña sea aquella, más se parecen.
Para terminar hay que subrayar que existen diversas obras literarias que utilizan el término semejanza en su título. Este sería el caso, por ejemplo, de “Las bodas de la semejanza” que fue escrita en 1996 por John Boswell.