Definición de presión atmosférica

Con origen en el vocablo latino pressĭo, la palabra presión se emplea para describir al resultado de apretar algo o hacer que una cosa se comprima. Dicho término, por lo tanto, refiere a la fuerza que se aplica sobre un objeto y que puede ajustar, oprimir, estrechar o apiñar.

Atmosférico, por otra parte, es aquello que se vincula o refiere a la atmósfera (tal como se conoce a la capa de gas que rodea a un cuerpo celeste). Por lo general, la noción de atmósfera se aprovecha para identificar a la capa de aire que cubre a nuestro planeta.

Estas definiciones nos permiten comprender la idea de presión atmosférica, que es la fuerza que la atmósfera hace sobre todo los objetos que se hallan en su interior.

A lo largo de la Historia, muchos han sido los científicos y estudiosos de la presión atmosférica que, de un modo u otro, han contribuido a conseguir que en la actualidad se pueda calcular la misma sin ningún problema y se pueda analizar desde muy diversos puntos de vista.

De esta manera, entre las figuras que aportaron su granito de arena en el desarrollo de este tipo de presión nos encontramos con personajes de la talla del físico italiano Galileo Galilei, el matemático Evangelista Torricelli, el físico francés Blaise Pascal o el inventor alemán Otto von Guericke.

Este último científico será fundamental en el desarrollo del término que nos ocupa pues, a partir de los estudios que llevaron a cabo Torricelli o Pascal, estableció sus propias teorías y conceptos. Ello le llevó a realizar unas demostraciones en el año 1654 acerca de la impresionante fuerza que la atmósfera puede llegar a ejercer sobre un elemento. Unos experimentos estos, basados en una esfera de cobre y en el vacío que se generaba en su interior, que despertaron la admiración del ámbito científico del momento.

Se dice que la presión de la atmósfera en un determinado punto equivale al peso de una estructura de aire estática que se prolonga desde dicho punto hasta el borde más alto de la atmósfera. La única manera de calcular este peso con exactitud es conociendo la variación de la densidad del aire, ya que éste se hace menos denso a medida que se incrementa la altura.

Además de todo lo expuesto tenemos que dejar patente que esa bajada de la citada presión atmosférica con la altura trae consecuencias para la salud de la persona. Los montañistas y escaladores son los que más pueden dar constancia de este hecho pues cuando llevan a cabo a cabo sus ascensos sufren síntomas tales como dolores de cabeza, vértigo, debilidad o incluso problemas de tipo intestinal.

A nivel del mar, el valor normal de la presión atmosférica es de 1013 mbar o 760 mm Hg. Este valor equivale a 1 atmósfera, una unidad de medición que no forma parte del Sistema Internacional de Unidades pero que suele utilizarse y abreviarse como atm.

La presión atmosférica incide sobre los fenómenos climatológicos. Si la corriente de aire es fría, baja y hace subir la presión, contribuyendo a la formación de lo que se conoce como anticiclón térmico. En cambio, si el aire es tibio o calente, se incrementa y promueve una bajada de la presión, lo que lleva a la formación de un ciclón térmico y provoca inestabilidad.

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