Definición de obituario
El primer paso que vamos a dar para poder conocer el significado del término obituario es descubrir su origen etimológico. En este caso, hay que establecer que deriva del latín, concretamente de “obitus”, que puede traducirse como “fallecimiento”.
Obituario es un término que procede de óbito (la muerte de un individuo). El diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce varias acepciones relacionadas a esta cuestión.
Se llama obituario al registro parroquial en el cual se detallan las partidas de defunción y entierro. El concepto también puede aludir a la necrología o necrológica (el artículo sobre un sujeto que falleció hace poco tiempo) y al apartado necrológico de un diario o de un periódico.
Un obituario, por lo tanto, puede ser una nota con información biográfica de una personalidad y datos sobre su deceso. Por lo general estos textos apuntan a recordar quién era la persona fallecida, repasando los momentos más importantes de su vida.
Los obituarios son póstumos: es decir, se publican una vez que el protagonista murió. Sin embargo, en ocasiones se han producido errores y los obituarios se dieron a conocer con la persona viva. Esto se considera un error grave en el periodismo, ya que se toma como una falta de respeto.
El riesgo de los obituarios prematuros radica en que muchos periódicos cuentan con los obituarios escritos con anterioridad para ganar tiempo. De esta manera, apenas se confirma la muerte de alguien famoso, el medio de comunicación solo debe completar algunos datos y así puede difundir la nota casi al instante.
Hay que establecer que los obituarios prematuros, además de por un error, pueden tener lugar por razones diferentes. Nos estamos refiriendo a que el individuo está muriéndose, porque alguien ha querido gastarle una broma al protagonista, por un error de tipo administrativo, porque se ha producido un malentendido o incluso porque hay una confusión con el nombre. Eso sin pasar por alto que también puede suceder porque existe un impostor o porque la persona en cuestión finge su propia muerte para librarse de ser condenada por algún tipo de delito.
A lo largo de la historia se han producido muchos obituarios prematuros, no obstante, hay algunos casos especialmente llamativos como son estos:
-El Papa Juan Pablo II se convirtió en protagonista de tres obituarios de ese tipo.
-El criminal británico John Allen, que mató a su mujer y a sus hijos y que se convirtió posteriormente en asesino en serie fingió su propia muerte. Fingió haberse suicidado en el mar para así poder librarse de la condena que tenía pendiente. Durante un tiempo tuvo otra identidad y siguió delinquiendo hasta que fue detenido en 2002.
-El escritor y falsificador Alan Irwin llegó a informar de su propia muerte en un accidente de esquí. Simplemente fue un engaño que preparó para el comienzo del año 1980. Así, su obituario fue publicado en ‘The New York Times’.
Cuando el deceso se informa por error, ya sea por una confusión de nombres o porque el personaje está muy grave pero sigue vivo, puede darse el caso de la publicación de un obituario prematuro. Ante esta situación, resulta imprescindible que el obituario sea rectificado cuanto antes.