Definición de naufragio
En el latín es donde podemos encontrar el origen etimológico del término naufragio que ahora nos ocupa. En concreto, emana de la palabra “naufragium”, que es el resultado de la suma de varios componentes léxicos de esa lengua:
-El sustantivo “navis”, que puede traducirse como “nave” o “barco”.
-La raíz “frag”, que emana del verbo “frangere”, que es sinónimo de “romper”.
El término alude al hundimiento de un barco en un cuerpo de agua navegable.
Entre las palabras que pueden funcionar como sinónimos de naufragio, además de las ya indicadas, podemos destacar anegamiento, siniestro e incluso inmersión.
Se llama naufragio al acto y el resultado de la desaparición o la destrucción de la embarcación. El concepto también se utiliza para hacer referencia a la nave que naufragó.
Los naufragios pueden producirse por múltiples motivos. Muchas veces el buque termina hundiéndose como consecuencia de algún factor meteorológico, como una tormenta o un huracán. En esos casos, el barco puede inclinarse hasta darse de vuelta y perder su flotabilidad.
Otra posibilidad es que las olas hagan impactar al navío contra rocas u otros objetos sólidos. Si el impacto perfora el casco, el ingreso de agua puede terminar causando el naufragio. La colisión contra rocas o contra otra embarcación por una falla humana es otro probable motivo de naufragio.
Los naufragios, por otro lado, suelen ser una de las consecuencias de un conflicto bélico o de un ataque armado de otro tipo. Un barco que es impactado por un torpedo o por un misil, por mencionar dos posibilidades, es muy probable que naufrague.
El naufragio del Titanic es uno de los más famosos de la historia. Este transatlántico chocó contra un iceberg en la noche del 14 de abril de 1912, en el marco de su viaje inaugural. El gigantesco barco luego se partió a la mitad. Como consecuencia del naufragio, más de 1.500 personas perdieron la vida.
En tiempos de guerra, en tanto, un naufragio muy conocido es el del Musashi, un acorazado japonés destruido en la Segunda Guerra Mundial. Su hundimiento se produjo el 24 de octubre de 1944, dejando como saldo más de 1.000 muertos.
Además de los ya citados, hay otros naufragios importantes a lo largo de la historia como son estos:
-En el año 1820 un buque ballenero llamado Essex, al frente del cual estaba George Pollard Jr. naufragó al ser embestido por un cachalote de grandes dimensiones. Eso sucedió a unos 3.700 kilómetros de las costas de Sudamérica y dicho suceso inspiró a Herman Melville para darle forma a su famosa obra “Moby Dick” (1851).
-En 1915 el transatlántico más grande de la historia hasta este momento era el Lusitania y en ese momento naufragó. Lo hizo en aguas del Atlántico después de haber sido torpedeado por un submarino alemán que creyó que llevaba armamento. Ese hecho trajo consigo que perdieran la vida casi 1.200 personas.
-En 1941 el acorazado alemán Bismarck sufrió un naufragio tras ser torpedeado por naves británicas mientras que surcaba las costas escandinavas. De los 2.200 hombres que viajaban a bordo de él, solo consiguieron sobrevivir 114.